El basilisco, Harold Molero y la región carbonífera del Guasare

En este instante la sabiduría universal de Linneo (Carolus Linnaeus, 1707-1778) sigue siendo pasmosa. El ilustre naturalista y filósofo sueco, quien no viajó por el norte más allá de Laponia (Finlandia) y por el sur más allá de Inglaterra, pudo haber saboreado el plátano africano y sin duda el choco...

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Bibliographic Details
Main Author: Viloria, Ángel L.
Format: Article in Journal/Newspaper
Language:Spanish
Published: Anartia 2015
Subjects:
Online Access:https://www.produccioncientificaluz.org/index.php/anartia/article/view/37308
Description
Summary:En este instante la sabiduría universal de Linneo (Carolus Linnaeus, 1707-1778) sigue siendo pasmosa. El ilustre naturalista y filósofo sueco, quien no viajó por el norte más allá de Laponia (Finlandia) y por el sur más allá de Inglaterra, pudo haber saboreado el plátano africano y sin duda el chocolate –a base de cacao, venido de América equinoccial –, de otra forma sería difícil explicar la idoneidad de los nombres latinos que asignó respectivamente a las plantas que dan origen a estos alimentos de sabores explosivos, tan ajenos a la dieta nórdica del siglo XVIII: Musa paradisiaca (divinidad del paraíso) y Theobroma cacao (cacao alimento de Dios). Dos humildes ejemplos de miles de nombres que aquella mente original y preclara concibió para legarle a la cultura su genialidad. Linneo también cometió algunos desaciertos, su bien conocida mariposa tropical americana Papilio vanillae (hoy en el género Agraulis de Boisvudal y Le Conte) fue erróneamente asociada a la planta de vainilla (que es una orquídea) y no a las parchitas (pasifloráceas de las que su oruga depende exclusivamente) porque elaboró su descripción a partir de la ilustración de la pintora y naturalista de origen alemán Maria Sibylla Merian (1647-1717), de quien se presume que durante su estancia en Surinam hizo aquella bella lámina en la cual aparecieron las dos especies, planta y mariposa, hermanadas por puro capricho estético. Así mismo, Linneo describió seres desconocidos de los que escuchó referencias serias, como el hombre de las cavernas (Homo troglodytes) y el hombre salvaje (Homo sylvestris), y obró de buena fe para desmitificar entre los Animalia Paradoxa, el Satyrus (sátiro), la Siren (sirena), el Draco (dragón) y el Monoceros (unicornio), entre otros animales improbables mencionados en los bestiarios medievales.