LA RESERVA DE LA BIOSFERA EL VIZCAINO EN LA PENINSULA DE BAJA CALIFORNIA

"Adentrarse en los estudios que conforman este libro es viajar por la Reserva de la Biósfera "El Vizcaíno", una de las más ricas y variadas de nuestro país y del planeta, porque muchas de sus especies, residentes o migratorias, por su importancia pertenecen al patrimonio natural de la...

Full description

Bibliographic Details
Main Authors: ALFREDO ORTEGA RUBIO, LAURA BLANCA ARRIAGA CABRERA
Format: Book
Language:Spanish
Published: CENTRO DE INVESTIGACIONES BIOLÓGICAS DEL NOROESTE, S. C. 1991
Subjects:
Online Access:http://cibnor.repositorioinstitucional.mx/jspui/handle/1001/1044
Description
Summary:"Adentrarse en los estudios que conforman este libro es viajar por la Reserva de la Biósfera "El Vizcaíno", una de las más ricas y variadas de nuestro país y del planeta, porque muchas de sus especies, residentes o migratorias, por su importancia pertenecen al patrimonio natural de la humanidad. Viajar por la Reserva de la Biósfera "El Vizcaíno" es penetrar en el mundo de la ciencia y la fábula; pues, qué mayor espectáculo puede presenciar un hombre de nuestro tiempo que el de la ballena gris en las lagunas costeras de Baja California, a las que ésta llega cada año para aparearse y dar a luz. Sin embargo, científicos y ecologistas debemos siempre vigilar que las modificacio­nes al hábitat del cetáceo, los accidentes en su ruta migratoria y los cambios en la temperatura de las aguas, no pongan en peligro su sobrevivencia en nuestras lagunas, y éste encuentre en ellas un santuario sano y seguro. Yo mismo, que luché para que se declarara reserva de la biosfera la región del Vizcaíno-Ojo de Liebre, he hecho un compromiso moral de velar, en lo posible, por su salud y seguridad en nuestros mares. Porque, como quiero insistir: En este mundo hay espacio para todas las formas de vida que en él se han manifestado. El hombre cada día se multiplica y quiere más sitio para sus ambiciones y necesidades, de manera que arrasa con selvas y bosques, contamina y depreda ríos, lagos y mares, y al hacerlo acaba con aquello que anda, nada, vuela y repta. Esta expansión material del hombre puede ser un desarrollo negativo, un progreso hacia la muerte, y debemos controlarla. El enriquecimiento de unos cuantos individuos o grupos nos empobrece a todos. La Tierra no debe ser un desierto inerte y silencioso, el jardín negro de nuestras peores fantasías. El hombre, animal racional y conciencia moral, debe defender el derecho a la existencia de las otras criaturas, y no ser su verdugo. A la espera de que nunca llegue el día en que tengamos que lamentar la ausencia de la ballena gris y de las catorce especies en peligro de extinción en esta Reserva, sigamos contemplando con deleite al águila real, al halcón peregrino, al berrendo, a la foca vitulina y las tortugas marinas en el aire, en la tierra y en las aguas del Vizcaíno."