Summary: | pdf La ballena azul (Balaenoptera musculus) tiene una estrategia de alimentación denominada engullición, filtrando grandes cantidades de agua y presas. Al mismo tiempo, ingiere partículas minerales transportadas eólicamente desde la región semiárida que rodea el suroeste del Golfo de California (GC), convirtiéndolo en un receptor permanente de partículas. Dependiendo de su composición, estas partículas pueden contribuir significativamente al suplemento de elementos no esenciales como aluminio (Al) y titanio (Ti) hacia el ecosistema marino. Dichos elementos no participan en las rutas metabólicas de los rorcuales, por lo que se plantea la hipótesis de que son eliminados, sin modificación, mediante las heces, convirtiéndolos en indicadores indirectos del aporte de estos elementos al ecosistema y así ser utilizados como trazadores litogénicos, indicadores de variabilidad climática. Con base en 105 muestras de la colección de heces de ballena azul (1996-2020), analizadas por Espectrometría de Emisión Óptica de Plasma Acoplado Inductivamente (ICP-OES), se confirmó la presencia de Al y Ti. Una asociación positiva significativa (Spearman, r =0.9, p < 0.05) entre las series de tiempo de ambos elementos, indica que comparten la misma fuente de origen. Posteriormente, por medio de correlaciones de Spearman y correlaciones cruzadas, se compararon las fluctuaciones de las concentraciones de Al y Ti, con cambios de régimen de cuatro indicadores del viento (componente U [este a oeste] y V [norte a sur], así como la rapidez y dirección) y 6 índices climáticos (MEI, ONI, NAO, PDO, NPGO y vientos alisios) obtenidos de la NOAA. Los resultados indican que las concentraciones de Al y Ti son moduladas por los cambios en los vientos alisios (Spearman, r= -0.72, p< 0.05), cambios producidos en el Atlántico Norte (umbral de confianza r>0.395, para p<0.05) y cambios en el componente V del viento (r > 0.395, para p < 0.05), con un retraso de 2 y 3 años respectivamente (rx,y(2,3)=0.47,0.42). Variaciones que estuvieron ...
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