Repensar la protección social en salud en América Latina y el Caribe

A pesar de lo que señalan las Constituciones y otras normas básicas de los países de la Región de las Américas, la exclusión de la protección social en salud es un problema que afecta a una proporción importante de la población (al menos 20% y, en números absolutos, entre 80 y 200 millones de person...

Full description

Bibliographic Details
Published in:Revista Panamericana de Salud Pública
Main Authors: Hernán Rosenberg, Bernt Andersson
Format: Article in Journal/Newspaper
Language:English
Spanish
Portuguese
Published: Pan American Health Organization 2000
Subjects:
R
Online Access:https://doi.org/10.1590/s1020-49892000000700016
https://doaj.org/article/0f3d9f11b1b14e49bc721b1de1d6dce1
Description
Summary:A pesar de lo que señalan las Constituciones y otras normas básicas de los países de la Región de las Américas, la exclusión de la protección social en salud es un problema que afecta a una proporción importante de la población (al menos 20% y, en números absolutos, entre 80 y 200 millones de personas). A esta cifra se llega a través de una serie de indicadores teóricos (cobertura de la seguridad social) y prácticos, tanto de estructura (pobreza, etnia y barreras geográficas) como de proceso de salud (partos que tienen lugar fuera de instituciones de salud, cumplimiento del calendario vacunal y acceso a saneamiento básico). La exclusión se ve afectada por el nivel de segmentación de los distintos subsistemas de salud de una sociedad. Tradicionalmente existían en la Región de las Américas los subsistemas público, privado y de seguridad social. La falta de respuesta a este problema ha motivado el surgimiento de un subsistema comunitario. La coexistencia de distintos sistemas combinada con la falta de regulación por las autoridades sanitarias ha ocasionado altos niveles de exclusión y una alta ineficiencia en el uso de los recursos del sector. En el contexto de la reforma del sector de la salud de cada país, se recomienda un proceso de diálogo social en el que se discuta explícitamente el tema de la protección social en salud. Este proceso, que debe ser organizado de forma participativa, debería incluir un diagnóstico completo de la situación (cuántos son los excluidos, quiénes y por qué, y cuáles son los mecanismos más adecuados en el contexto nacional para combatir el problema) y una evaluación técnico-política de las opciones más convenientes para cada sociedad, en la que se determine si se han agotado o no las posibilidades de los subsistemas tradicionales. El proceso debería culminar con un programa de implementación de las propuestas en el que tengan cabida las distintas modalidades más adecuadas para cada caso, de forma que se logre la máxima protección social en salud.