Hace treinta años construimos la Base Antártica española Juan Carlos I

1 page, 1 figure Aquella mañana, con la barra del mercurio marcando -4º C, el viento estaba prácticamente en calma, el cielo despejado y la playa de cantos rodados donde se realizaría el desembarco, e incluso la cercana zona en la que estaba previsto el asentamiento de la base, se encontraban libres...

Full description

Bibliographic Details
Main Author: Meana, Elías
Format: Other/Unknown Material
Language:Spanish
Published: 2018
Subjects:
Online Access:http://hdl.handle.net/10261/222919
Description
Summary:1 page, 1 figure Aquella mañana, con la barra del mercurio marcando -4º C, el viento estaba prácticamente en calma, el cielo despejado y la playa de cantos rodados donde se realizaría el desembarco, e incluso la cercana zona en la que estaba previsto el asentamiento de la base, se encontraban libres de nieve contrastando con el resto del entorno pues, salvo aquel resguardo, el manto blanco de la nieve lo cubría todo. ¡Tan solo los escombros de hielo (brass), algunos del tamaño de pequeños témpanos, que cubrían las aguas de la ensenada, parecían querer estorbar la operación! Tras meses de trabajo y numerosas inquietudes, por fin había llegado el momento de hacer realidad el compromiso que, los componentes del equipo técnico, habíamos adquirido con la Dirección General de Cooperación Técnica Internacional (DGCTI), del Ministerio de Asuntos Exteriores, cuyo director general era Antonio de Oyarzábal. Por entonces, era la DGCTI el organismo responsable de los asuntos antárticos. A los componentes de este equipo, compuesto por Jaime Ribes Lorda, jefe de la Base, y teniente coronel del ejército en situación de reserva, Félix Moreno Sorli, ingeniero de mantenimiento, Roldán Sanz Guix, geólogo, y quien suscribe estas líneas, se sumaba el equipo de investigación encabezado por Antoni Ballester i Nolla, jefe de misión y profesor de química, Josefina Castellvi Piulach, doctora en biología, Joan Rovira Lledos, doctor en química, Mario Manríquez Landoff, oceanógrafo, y Joan Comas Angelet, ingeniero técnico, todos ellos pertenecientes al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Por otra parte, también nos acompañaban Jarkko y Marko, los dos técnicos finlandeses encargados del montaje de los módulos que conformarían el área de habitabilidad de la base, infraestructura que había sido adquirida en Finlandia. Lamentablemente, nadie es capaz de escribir correctamente sus apellidos, y por más que se ha intentado localizarlos, no ha habido manera y de ahí su omisión. [.] Peer reviewed