Paleomagnetismo e Historia Volcánica de Tenerife

Todas estas investigaciones pudieron lIevarse a cabo gracias a la entusiasta ayuda y dirección del Prof. José Maria Fúster y a la colaboración de varios compañeros del Departamento de Petrologia y Geoquímica. especialmente los Drs. E. Ibarrola. que realizó los análisis de potasio para las dataciones...

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Bibliographic Details
Main Author: Carracedo, Juan Carlos
Format: Book
Language:Spanish
Published: Cabildo Insular de Tenerife 1979
Subjects:
Online Access:http://hdl.handle.net/10261/18283
Description
Summary:Todas estas investigaciones pudieron lIevarse a cabo gracias a la entusiasta ayuda y dirección del Prof. José Maria Fúster y a la colaboración de varios compañeros del Departamento de Petrologia y Geoquímica. especialmente los Drs. E. Ibarrola. que realizó los análisis de potasio para las dataciones radiométricas, y V. Araña y F. Anguita. que hicieron una lectura critica del manuscrito. Fue de especial ayuda la orientación prestada en numerosas jornadas de campo por J. M. Navarro.En Canadá y EE.UU. prestaron su colaboración los Profesores F.W.Beldes y D.W.Stranway del Departamento deGeología de la Universidad de Toronto y del Centro Espacial de la NASA en Houston, respectivamente, que me iniciaron en el Paleomagnetismo. En Portugal los Drs. M. Portugal Ferreira, V.Costa y R. Macedo, del Laboratorio de Geocronología de Coimbra, colaboraron con las determinacione sradiométricas. Aquí en Tenerife, el Profesor L.Alonso, leyó, criticó y contribuyó a la mejora de este manuscrito. La relativamente reciente confirmación de la deriva de los continentes, teoría enunciada por primera vez por Wegener en 1915, y fruto de ella, la teoría de la tectónica de placas, ha supuesto sin lugar a dudas una auténtica revolución en las Ciencias de la Tierra, especialmente en la Geología. Esta revolución es comparable al impacto que causara en su día en la Biología la introducción del concepto de evolución. Las primeras tentativas de explicación de la génesis de las Islas Canarias se producen al conocerse los enunciados de la tectónica global, relacionando esta génesis con la apertura del Atlántico. La continua separación de los continentes de Africa y América del Sur, como consecuencia de la continua expansión del suelo del Atlántico a partir de la dorsal, produce una serie de fenómenos que afectan a las Canarias, al ser estas islas parte integrante de la placa litosférica africana. El análisis de las relaciones existentes entre las áreas volcánicas activas y la tectónica de placas vino a demostrar la aparición de volcanismo activo y acentuada sismicidad en los bordes de placa. Un grupo de autores intenta relacionar las Canarias con un borde constructivo, cuyas manifestaciones volcánicas, las Islas, habrían ido alejándose de la Dorsal Centroatlántica por la continua actividad generadora de suelo oceánico a partir de esta zona central. Estos modelos presentan la dificultad de que la edad de las Canarias no parece sobrepasar los 30 ó 40 millones de años, mientras que, según determinaciones cronológicas recientes, la edad de la corteza oceánica que rodea el Archipiélago supera los 150 m. a. Además de la lógica conjugación de la génesis de las Canarias con la tectónica del Atlántico, aparecen nuevas hipótesis que intentan relacionar este proceso con la geología continental africana, especialmente con el plegamiento del Atlas, cuya ocurrencia coincide en el tiempo con la formación de las Islas. Más adelante aparece un nuevo factor que influirá decisivamente en los modelos posteriores, como son las dataciones radiométricas efectuadas en las Islas por Abdel Monem y otros en 1972 que ponen de manifiesto el crecimiento hacia el Este de las edades máximas del volcanismo subaéreo visible más antiguo de las Islas. Siguiendo pues la dirección de expansión del suelo del Atlántico, estas edades máximas van creciendo de forma progresiva desde los 0.75 m. a. correspondientes .al Hierro, hasta los 19 m. a. de Lanzarote. Resulta entonces lógico que se aplicara al origen de las Canarias el mismo modelo que se había aplicado con éxito en las Islas Hawaii. Este modelo, ideado por Tuzo Wilson en 1963, suponía la existencia de una zona de fusión fija en el manto (punto caliente) que se manifestaría en superficie como un área de volcanismo activo continuo. El lento (varios cm. por año) pero incesante desplazamiento de una placa litosférica sobre este punto caliente explicaría la progresión de edades de las islas edificadas por este tipo de actividad volcánica. Aunque este modelo es aún válido para explicar la génesis del Archipiélago, presenta una serie de dificultades en su aplicación entre las que destacan la aparente inmovilidad de la placa africana en los últimos 25 m. a., según observaciones recientes realizadas por Burke y Wilson (1972), así como la posible existencia en las Islas de interrupciones importantes de la actividad volcánica. Estos dos hechos, de confirmarse, chocarían con los funda­ mentos de la teoría expuesta por Tuzo Wilson. Como hipótesis alternativa y en un intento de salvar estos inconvenientes, Anguita y Hernan postulan la existencia de una fractura en la litosfera en el área de Canarias relacionada con el plegamiento del Atlas cuya actividad se propagaría hacia el área de las Canarias, iniciando a su paso la actividad volcánica. Este sencillo modelo explicaría la progresión de edades hacia el Este, como resultado de la propagación de las tensiones en sentido opuesto. Al mismo tiempo permitiría la existencia de hiatos en la actividad volcánica de las Islas como consecuencia de la repetición del proceso de fracturación. Un tercer grupo (Araña y otros, en prensa) supone la existencia de bloques con saltos de falla de varios miles de metros, producidos por acortamiento cortical en la zona de tránsito de la corteza oceánica a la continental en la zona del Archipiélago. Esta fracturación en bloques favorecería el ascenso de los materiales volcánicos que darían lugar a las islas. En otro orden de cosas, el paleomagnetismo ha sido instrumento tan valioso en el aporte de evidencia a favor de la deriva continental y la tectónica de placas que es muy dudoso que su aceptación final se hubiese logrado sin su ayuda. La determinación de las curvas de deriva polar de los bloques continentales, el descubrimiento de las bandas de anomalías magnéticas impresas en los fondos oceánicos, el estudio de las inversiones del campo magnético terrestre (CMT) presentes en los sedimentos de los fondos oceánicos, etc., han sido sin duda hitos fundamentales en la elaboración y demostración de las teorías mencionadas. El paleomagnetismo no es una ciencia joven, aunque su mayor impulso sea reciente y esté relacionado con el desarrollo de las hipótesis de la expansión de los suelos oceánicos y la tectónica global. El término paleomagnetismo o «magnetismo fósil» explica que esta ciencia estudia las variaciones y características del CMT registradas en las rocas desde el pasado geológico más remoto. Melloni en 1853 midió por primera vez de forma sistemática la magnetización remanente en rocas volcánicas de Italia y descubrió que ésta se imprime en las rocas por la acción del CMT en el momento del enfriamiento. Siguiendo las ideas de Melloni, Forgheraiter sugirió en 1894 que el análisis de las direcciones de magnetización permanente impresa en las rocas volcánicas daba una indicación de las características del CMT en el momento de su .formación, lo que permitía, por observación de rocas de diferentes edades, la reconstrucción de la historia del campo magnético terrestre fósil. Al mismo tiempo descubría la existencia de inversiones del campo magnético. Hoy día, la combinación de determinaciones de la polaridad de la remanencia magnética de rocas y sus edades radiométricas ha permitido el conocimiento preciso de la historia del CMT. especialmente en los últimos 4.5 m. a. El paleomagnetismo goza hoy de gran importancia en Geología teniendo aplicación práctica en campos tan diversos como el estudio de las características del interior de la Tierra, la solución de problemas tectónicos y estructurales y muy especialmente en la datación de rocas. La datación de rocas por medio del paleo­ magnetismo puede hacerse a tres niveles distintos de precisión. Un primer nivel consiste en el empleo de las l'ariaciones seculares del CMT y permite detectar diferencias en edad de miles de años. El segundo nivel emplea las inversiones del CMT, detectando diferencias de edad de centenares de miles de años. Por último, el tercer nivel utiliza las curras de derira polar de los bloques continentales registrando diferencias de edad de millones de años. Las Islas Canarias tienen una historia volcánica activa de al menos 20 m. a. por lo que presenta condiciones idóneas para la utilización de las inversiones del CMT como criterio cronológico. Sin embargo, en una primera etapa se intentó el empleo de las curvas de deriva polar como método de datación (Watkins et al., 1966; Carracedo y Talavera, 1971), haciéndose pronto evidente la necesidad de dataciones radiométricas y del empleo de las inversiones del CMT para una eva­ luación precisa de la edad de las Islas. Son estos criterios aplicados recientemente (Abdel-Monem et al., 1972; Carra­ cedo, 1975) los que han permitido tener un conocimiento bastante preciso no sólo de la edad sino de la historia volcánica y de la estratigrafía geomagnética de las Islas, especialmente Tenerife. A diferencia de la corteza oceánica donde las bandas de anomalías magnéticas (inversiones del CMT) presentan una distribución bien definida, en las islas Cana­ rias la irregular distribución en el tiempo y espacio de las emisiones volcánicas hace que el empleo de las inversiones del CMT no sea tan sencillo. De todas formas, es evidente que este método constituye un instrumento muy valioso en estos ambientes geológicos carentes de los criterio geocronológicos habituales: fósiles, discordancias generalizadas, etc. El empleo de estas inversiones del CMT, en combinación con una selección de dataciones radiométricas para la realización de mapas paleomagnéticos, ha sido aplicado con cierta extensión en Islandia (Dagley et al., 1967; Piper, 1973) y en Tenerife (Carracedo, 1975). Este método consiste en síntesis en realizar en tierra con magnetómetros portátiles un tipo de cartografía similar a la realizada en los fondos oceánicos por medio de las anomalías magnéticas y ha resultado de gran valor en el refinamiento cronológico de los mapas geológicos establecidos. Gran parte de los datos que se han empleado en la confección de este libro se obtuvieron durante la elaboración de la Tesis Doctoral realizada por el autor bajo la dirección del Prof. José María Fúster. Peer reviewed