Alexánder Numpaque, violonchelo (Colombia)

Concierto interpretado por Alexander Numpaque. Inició sus estudios de violonchelo en 2005, en la Fundación Batuta; y en 2006 ingresó al preparatorio del Conservatorio de la Universidad Nacional de Colombia bajo la tutoría del chelista Julio Gutiérrez. El programa de hoy abre y cierra con dos piezas...

Full description

Bibliographic Details
Main Author: Numpaque, Alexánder - Violín (Colombia)
Other Authors: Aguirre, Daniel - Piano (Colombia), Gaviria, Guillermo
Format: Other/Unknown Material
Language:Spanish
Published: 2015
Subjects:
Online Access:http://babel.banrepcultural.org/cdm/ref/collection/p17054coll30/id/3463
Description
Summary:Concierto interpretado por Alexander Numpaque. Inició sus estudios de violonchelo en 2005, en la Fundación Batuta; y en 2006 ingresó al preparatorio del Conservatorio de la Universidad Nacional de Colombia bajo la tutoría del chelista Julio Gutiérrez. El programa de hoy abre y cierra con dos piezas relativamente cortas de los compositores Antonin Dvo?ák y Pyotr Ilyich Tchaikovsky, quienes se conocieron durante una gira de este último, que incluyó Praga. Las obras que se encuentran en la parte central del programa de hoy incluyen muestras de autores muy significativos para el repertorio del instrumento, como las suites de Bach y las sonatas de Beethoven, y una pieza del autor colombiano César Zambrano, buen conocedor de las posibilidades expresivas e instrumentales del violonchelo. Música de cámara SERIE DE LOS JÓVENES INTÉRPRETES Jueves 27 de agosto de 2015 • 7:00 p.m. Girardot, Auditorio Banco de la República Jueves 3 de septiembre de 2015 • 7:30 p.m. Bogotá, Sala de Conciertos Biblioteca Luis Ángel Arango ALEXANDER NUMPAQUE, violonchelo (Colombia) DANIEL AGUIRRE, piano (Colombia) TOME NOTA • Los conciertos iniciarán exactamente a la hora indicada en los avisos de prensa y en el programa de mano. Llegar con media hora de antelación le permitirá ingresar al concierto con tranquilidad y disfrutarlo en su totalidad. • Si al momento de llegar al concierto éste ya ha iniciado, el personal del auditorio le indicará el momento adecuado para ingresar a la sala de acuerdo con las recomendaciones dadas por los artistas que están en escena. • Agradecemos se abstenga de consumir comidas y bebidas, o fumar durante el concierto, con el fin de garantizar un ambiente adecuado tanto para el público como para los artistas. • Durante el transcurso del concierto por favor mantenga apagados sus equipos electrónicos, incluyendo teléfonos celulares, buscapersonas y alarmas de reloj. Esto ayuda a crear un ambiente propicio para disfrutar la música. • Por respeto a los derechos de autor de los compositores e intérpretes, no está permitido realizar grabaciones de audio o video ni tomar fotografías durante el concierto. 1 La serie de los jóvenes intérpretes y el concierto de hoy Desde 1985 la Serie de los Jóvenes Intérpretes es parte importante de la programación musical del Banco de la República. En algunos casos estos recitales son la primera experiencia profesional de los mejores estudiantes de música del país y, con el paso de los años, ha demostrado ser un aporte al crecimiento artístico de músicos cuyas carreras continúan desarrollándose tanto en Colombia como en el exterior. La convocatoria de la Serie de los Jóvenes Intérpretes 2015 contó con 27 inscritos en la categoría de cuerdas frotadas. De este grupo fueron seleccionadas cuatro personas para participar en la serie, un violinista y tres violonchelistas, Alexander Numpaque es uno de los violonchelistas seleccionados. 2 Nació en Bogotá. Inició sus estudios de violonchelo en 2005, en la Fundación Batuta; y en 2006 ingresó al preparatorio del Conservatorio de la Universidad Nacional de Colombia bajo la tutoría del chelista Julio Gutiérrez. Ha recibido clases de violonchelo con Alisa Weilerstein (Estados Unidos), Saeunn Thorsteinsdottir (Islandia), Ilmary Hopkins (Noruega), Nicholas Tzavaras (Estados Unidos) Crispin Campbell (Estados Unidos), Carlos Ereu (Venezuela), Cecilia Palma (Venezuela), Mintcho Bádev (Bulgaria) y Keith Robinson (Estados Unidos), y de música de cámara con las agrupaciones Shanghai Quartet, The Zaeland Chamber Soloist, y Miami String Quartet. Ha sido invitado a tocar en la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia y en la Orquesta Sinfónica de Caldas, ambas en 2013. Ha actuado como violonchelo principal en la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de la Universidad Nacional, la Orquesta Sinfónica de Bogotá (FOSBO) y la Orquesta de Cuerdas Serenata Colombiana, y ha sido solista en el Conjunto de Música Antigua de la Universidad Nacional y la Orquesta de Cuerdas Serenata Colombiana. Es miembro fundador de la Orquesta Filarmónica Joven de Colombia. Entre 2012 y 2014 participó en giras internacionales por diferentes ciudades de Brasil, Polonia y Cataluña (España). Actualmente se encuentra terminando sus estudios con la tutoría del chelista Diego García en la Universidad Nacional de Colombia. DANIEL AGUIRRE, piano A los seis años ingresó a la Fundación Orquesta Sinfónica Juvenil de Colombia para realizar sus primeros estudios musicales; dos años después continuó sus estudios de piano bajo la dirección del maestro Leonardo Zambrano y posteriormente recibió clases con Fabián Fernández, Juan David González y Diego Claros. En 2011 comenzó su carrera de Música Instrumental – Piano en la Universidad Nacional de Colombia bajo la tutoría de la maestra Ángela Rodríguez. Actualmente toma clases con el maestro Raúl Mesa. Fue seleccionado para actuar en el Ciclo de Conciertos Universitarios de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en 2012. Daniel hace parte del ensamble Trío Cortázar, el cual fue seleccionado en la convocatoria Jóvenes Intérpretes 2014 del Banco de la República. También se ha desempeñado como pianista correpetidor de la clase de maestría en Dirección Sinfónica de la Universidad Nacional. Ha recibido clases magistrales con Blanca Uribe, Sergio Ruiz, Katia Michel, Francesco D’ Orazio, Guerassim Voronkov, Dirk Mommertz y Felipe Aguirre, entre otros. INTERMEDIO 3 ANTONIN DVOŘÁK (1841-1904) JOHANN SEBASTIAN BACH (1685-1750) LUDWIG VAN BEETHOVEN (1770-1827) CÉSAR AUGUSTO ZAMBRANO (n. 1949) PYOTR ILYICH TCHAIKOVSKY (1840-1893) Rondó en sol menor, Op. 94 (1894) Suite para violonchelo No. 2 en re menor, BWV 1008 (ca. 1720) Prélude Allemande Courante Sarabande Menuett Menuett Gigue Sonata para violonchelo No. 3 en la mayor, Op. 69 (1808) Allegro, ma non tanto Scherzo. Allegro molto Adagio cantabile-Allegro vivace Puente de luna (1987) Pezzo capriccioso en si menor, Op. 62 (1887) CONCIERTO No. 47 PROGRAMA 4 NOTAS AL PROGRAMA Por Guillermo Gaviria El programa de hoy abre y cierra con dos piezas relativamente cortas de los compositores Antonin Dvořák y Pyotr Ilyich Tchaikovsky, quienes se conocieron durante una gira de este último, que incluyó Praga. Allí llegó el 31 de enero de 1888 y, debido a la popularidad y aprecio crecientes de los que disfrutaba, fue recibido por una multitud que incluyó niños con flores, autoridades de la ciudad y dos discursos, uno en ruso y otro en checo. Le asignaron un carruaje que lo llevó de paseo por la ciudad y lo condujo a las instalaciones del lujoso Hotel Saxe, en donde le fue presentado Dvořák, entre otras celebridades locales. En la noche recibió una serenata, que escuchó desde el balcón de su habitación en el hotel. En el conservatorio de la ciudad se ofreció un concierto especial en su honor, en el que se tocó la Sinfonía en re menor de Dvořák, cuya partitura, firmada por el autor, le fue entregada como un recuerdo de su visita. Tchaikovsky dirigió dos conciertos en Praga, para los que realizó tres ensayos, al primero de los cuales fue recibido con una fanfarria. Dvořák asistió a los tres ensayos. Después del primer concierto, Tchaikovsky escribiría, tarde en la noche, en su diario: «No hay duda de que este ha sido uno de los días más notables de mi existencia. Amo mucho a estos checos. ¡Y con razón! ¡Dios! ¡Qué entusiasmo, y no solo por mí, sino por mi querida Rusia!» (Brown, 2007: 330). La salida de Praga fue tan tumultuosa como su llegada, y Tchaikovsky se sintió muy triste de tener que partir; pero sus compromisos de la gira, que continuaba en París, así se lo exigían. Días después le escribiría a Dvořák: «Nunca olvidaré lo bien y la manera tan amistosa en que usted me recibió en Praga. Querido amigo, presente, por favor, a su querida esposa mis sentimientos desde el corazón, y permítame decirle otra vez que estoy muy feliz y me considero muy afortunado por haber ganado su preciosa amistad» (Brown, 2007: 332). Las obras que se encuentran en la parte central del programa de hoy incluyen muestras de autores muy significativos para el repertorio del instrumento, como las suites de Bach y las sonatas de Beethoven, y una pieza del autor colombiano César Zambrano, buen conocedor de las posibilidades expresivas e instrumentales del violonchelo. La relación de Antonin Dvořák (1841-1904) con el chelo como instrumento solista es muy interesante debido a su cambio de actitud con respecto a la valoración de las posibilidades técnicas y expresivas del instrumento. Compuso su primer concierto para violonchelo en 1865, en su juventud, pero no quedó satisfecho con el resultado musical, por lo que no le asignó un número de opus y tampoco editó las partes para los instrumentos de la orquesta. Ludmila Vojackova, quien 5 fuera alumna de Dvořák por esta época, recuerda los sentimientos del compositor respecto al chelo: El violonchelo es un instrumento hermoso, pero su lugar está en la orquesta y en la música de cámara. Como instrumento solista no es mucho. Su registro medio está bien ―es cierto―, pero en la voz superior chilla y en el registro grave gruñe. El mejor instrumento solista, después de todo, es y será el violín. Yo escribí un concierto para chelo, pero me arrepiento hasta hoy de haberlo hecho y no pienso componer otro. No lo habría escrito de no ser por el profesor Hanus Wihan [amigo de Dvořák y compañero de clases en el Conservatorio de Praga]. Se mantuvo zumbándome con esto y recordándomelo, hasta que lo logró. ¡Lamento el día que lo hice! (Smaczny, 1999: 1). Sin embargo, las ideas y los sentimientos de Dvořák hacia el chelo cambiaron sustancialmente, como se comprueba por su entusiasmo cuando estaba componiendo su segundo concierto, manifiesto en una carta del 10 de diciembre de 1894 a su amigo Alois Gobl: «Y ahora, algo más sobre la música. ¡He terminado el primer movimiento de un concierto para violonchelo! No se sorprenda de esto, yo también estoy asombrado y bastante sorprendido de haberme comprometido con un trabajo como ese» (Smaczny, 1999: 2). Entre las razones de una transformación tan grande se encuentra el segundo concierto del chelista-compositor Victor Herbert (1859-1924), a cuyo estreno acudió Dvořák quedando muy sorprendido con la calidad de la música y la interpretación de Herbert. Fue para su amigo y condiscípulo, el chelista Hanus Wihan, que Dvořák compuso el Rondó en sol menor, Op. 94, para ser tocado en una gira que realizaron juntos en 1892, en la cual, además de esta composición original, interpretaron transcripciones para los instrumentos de sus piezas para piano Waldesruhe y Danzas eslavas. Esta gira sería la última antes de la partida de Dvořák para Nueva York, en donde aceptó, en 1892, la dirección del conservatorio de dicha ciudad. Las Seis suites para violonchelo solo, compuestas por Johann Sebastian Bach (1685-1750) entre 1717 y 1723, fueron publicadas por primera vez en 1825 y son consideradas la cumbre de la escritura para este instrumento en el Barroco. Probablemente fueron escritas para el intérprete de viola da gamba y chelista Christian Abel, originario de Cothen. De manera general, se entiende una suite como una colección de danzas que, en el caso de las de Bach, tienen una estructura que se acoge a lo usual en cuanto a movimientos en el Barroco: prelude, allemande, courante y sarabande, con la adición de dos danzas más ligeras y la gigue final. Los preludios son movimientos introductorios que presentan cada suite con su tema general: la allemande, una danza habitualmente en 4/4; la courante, una danza con un ritmo más rápido; la sarabande, lenta y procesional, a la que se atribuye un origen español, y la gigue, una danza animada, con frecuencia imitativa, probablemente proveniente de la jig irlandesa. 6 Curiosamente, las Suites para violonchelo solo de Bach no fueron interpretadas en público durante muchos años, hasta cuando fueron descubiertas por el violonchelista y director Pablo Casals, quien, en 1890, siendo un adolescente de trece años, las encontró en Barcelona en una tienda de libros usados. Fue un encuentro artístico decisivo para su vida. Ninguno de sus profesores le había comentado de su existencia, pero el joven Casals inmediatamente intuyó la grandeza de esta música. David Blum, en su Casals and the Art of Interpretation (1977) menciona que las estudió durante doce años antes de tocarlas en público. Su interpretación y la presentación en concierto de esta música de Bach sorprendieron y desató críticas que el propio Casals recuerda: Cuando toqué las Suites para violonchelo solo por primera vez, en Alemania, los puristas decían que eso no era Bach, y otros, que esto era un verdadero descubrimiento. En aquella época, Bach se tocaba como un ejercicio, sin un verdadero sentido musical. Se temía poner algo en esta música. Incluso hoy en día pasa: muchos artistas de hoy temen tocar Bach porque han aceptado la mala teoría de que la música de Bach es “objetiva”. Bach se pensaba como un profesor que conoció muy bien su contrapunto y la fuga, y nada más. Una manera muy estrecha de explicar a Bach ― ¡muy triste! “El profesor”―, porque él tiene todos los sentimientos: amor, tragedia, dramatismo, poesía… siempre alma y corazón y expresión. ¡Cómo entra en lo más profundo de nosotros! Busquemos ese Bach (ibíd., 141). Respecto a la suite del programa de hoy, Casals expresa: «Un sentido trágico es evidente a través de la Segunda suite: es el re menor de Bach. Maravilloso: ¡cómo es de expresivo, nunca una nota fría!» (Blum, 1977: 141). Ludwig van Beethoven (1770-1827) compuso cinco sonatas para violonchelo y piano. La Sonata No. 3 en la mayor, Op. 69, fue escrita en 1808. De acuerdo con la crítica, en esta sonata, que es la obra para chelo que se toca con mayor frecuencia, Beethoven logra el adecuado balance entre el piano y la parte del chelo. También se presume que, dado su carácter ligero y alegre, pudo haber sido compuesta en alguno de sus raros episodios de felicidad, aunque también hay quienes lo dudan, si se tienen en cuenta las palabras que él mismo puso en el manuscrito: Inter lacrymas et luctus (Entre lágrimas y tristezas) ―aunque de esto haya poco en la música―. La Sonata Op. 69 está dedicada a su amigo cercano, el barón Ignaz von Gleichenstein, un chelista aficionado que ayudó a Beethoven en asuntos de negocios, logrando en 1809 una pensión para el compositor a partir del apoyo de un grupo de varios ricos mecenas; además, fue su compañero de conquistas cuando, junto con Beethoven, cortejaron a las hermanas Anna y Therese Malfatti. La primera de ellas, Anna, se casó con Ignaz en 1811, lo cual precipitó el fin de su amistad con Beethoven. De acuerdo con Robin Stowell (1999: 122), esta obra 7 es la más lírica de sus sonatas, y su contenido es más serio y profundo y está mejor distribuido entre los dos instrumentos. Se inicia con una larga y expresiva melodía para el chelo solo, que genera otros materiales temáticos durante el desarrollo del movimiento. Sigue un scherzo poético y gracioso con un trío [una de las partes dentro de la forma del scherzo] contrastante, muy sonoro y optimista, y finaliza con un allegro vivace que enmarca un adagio cantabile, lírico y expresivo. Puente de luna, para violonchelo solo, fue escrita en 1987 por el chelista, director de orquesta y compositor tolimense César Augusto Zambrano R. (n. 1949). Natural de Ibagué, Zambrano inició sus estudios de violonchelo con el maestro Quarto Testa en el Conservatorio de Música del Tolima, y los continuó en el Conservatorio de Música de la Universidad Nacional. Fue miembro de la Orquesta Sinfónica de Colombia en la época en que la dirigió Olav Roots, y al mismo tiempo hizo parte de la Orquesta de Cámara y la Sinfónica Experimental del Conservatorio, y de la Orquesta Colombiana. Actualmente está a cargo de la coordinación de Actividades Musicales en la Universidad del Tolima y es director de la Sala de Música Pedro J. Ramos, labor desde la cual ha promovido la edición y publicación de la obra de numerosos compositores del Tolima. Puente de luna, nos dice Zambrano, es una lectura del “Nocturno del Brooklyn Bridge” del Poeta en Nueva York de Federico García Lorca, quien lo escribió entre 1929 y 1936. El siguiente fragmento se relaciona directamente con Puente de luna: Ciudad sin sueño (Nocturno del Brooklyn Bridge) […] No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta! Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas. Pero no hay olvido, ni sueño: carne viva. Los besos atan las bocas en una maraña de venas recientes y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros. Bajo la influencia del surrealismo, Lorca expresa su sentimiento hacia la “gran ciudad” y busca conmover y provocar en el lector una posición crítica ante un mundo deshumanizado y opresor que aniquila al hombre y a sus sueños. El maestro Zambrano, en su reseña de Puente de luna menciona cómo el violonchelo, «en esta travesía, ilumina cada uno de los momentos y de las imágenes creadas por el poeta». Conocedor profundo del instrumento, explota «con una selección cuidadosa», en sus palabras, «sus inmensas posibilidades sonoras, que permiten utilizarlo con el arco, en acordes, en pizzicatos, en arpegios y en el sueño, con la delicada sordina”. Para concluir, Zambrano hace una alusión directa a la poesía de 8 1 La sífilis es una enfermedad infecciosa producida por una bacteria que se transmite por vía sexual o de la madre gestante al feto, y produce lesiones cutáneas ulcerosas en los órganos sexuales. Los síntomas de la fase avanzada de la sífilis incluyen dificultad para coordinar los movimientos musculares, parálisis (no poder mover ciertas partes del cuerpo), entumecimiento, ceguera y demencia. Antes del descubrimiento de la penicilina, en las fases avanzadas la sífilis dañaba los órganos internos y podía causar la muerte. Lorca: «Al final, tres poderosos acordes nos recuerdan el verso “No es un sueño la vida ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!”, para dejar al oyente en el comienzo del poema». Un capriccio es una pieza corta de las llamadas de carácter, tipicamente humorística, fantasiosa o lúdica. El concepto yuxtapone la forma libre improvisatoria de la fantasía a estructuras formales más trabajadas y lógicas. El capricho generalmente exige habilidades técnicas extraordinarias. El Pezzo capriccioso, de Pyotr Ilyich Tchaikovsky (1840-1893), responde a su título por el tratamiento un poco fantasioso del tema de la obra, así una expresión sombría se mantenga a lo largo de la pieza ―aunque tiene una zona central tipo scherzo―, expresión que se relaciona con las circunstancias que vivía Tchaikovsky cuando la compuso. Pezzo capriccioso fue escrito en una semana, en agosto de 1887, durante un receso en París del acompañamiento que estaba haciendo el compositor a su amigo Nikolay Kondratyev, quien se encontraba en la fase terminal de una enfermedad muy grave en la época: ¡sífilis!1 Su familia había llevado a Kondratyev a Aachen, Alemania, en donde se esperaba que las aguas termales ayudaran a prolongar su vida, al menos un par de meses. En lugar de ello, Kondratyev empeoró y además se mostró como un paciente altamente impredecible, inestable y exigente, lo cual crispó los nervios de un Tchaikovsky de por sí frágil y tímido. Se podría decir que todo el dolor y el malestar del compositor ante la imposibilidad de ayudar a su amigo y, más aún, de poder estar a su lado por la intemperancia demostrada, impactan en la expresión del Pezzo capriccioso. La primera presentación del Pezzo capriccioso se hizo en el conocido salón de la familia Benardaky en París, el 28 de febrero de 1888, en su versión para chelo y piano, con el chelista Anatoliy Brandukov acompañado por el compositor en el piano. En agosto del año anterior, Tchaikovsky le había escrito a Brandukov, quien vivía en París, diciéndole: «He escrito una pequeña pieza para chelo y me gustaría que la miraras y le dieras los toques finales a la parte del chelo» (Halpern, n. d.), cosa que Branukov hizo, y con sus “ajustes” se publicó la primera versión, aunque hoy también se conoce y se toca la versión original sin los pequeños “toques finales” de Brandukov. El estreno de la versión orquestal fue realizado por el mismo Brandukov en Moscú, en un concierto especial de la Sociedad Musical Rusa, el 25 de noviembre de 1889, con Tchaikovsky dirigiendo la orquesta. 9 Bibliografía Blum, David. (1977). Casals and the Art of Interpretation. University of California Press. Brown, David. (2007). Tchaikovsky: The Man and His Music. Pegasus Books. Halpern, Susan. (n. d.). Pyotr Ylyich Tchaikovsky. www.bso.org Smaczny, Jan. (1999). Dvorak: Cello Concerto. Cambridge University Press. Stowell, Robin (Ed.). (1999). The Cambridge Companion to the Cello. Cambridge University Press. Tchaikovsky, Modest. (2004). The Life and Letters of Peter Ilich Tchaikovsky. The Minerva Group, Inc.