El evangelio de San Lucas

Éste es el primer volumen de la Biblioteca del Campesino. Hace parte de la Colección Verdad que se propone difundir y poner al alcance de todos, los Sagrados textos de la Biblia y los libros maestros de la enseñanza teológica de la Iglesia. El Evangelio de San Lucas describe la vida, doctrina y mila...

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Bibliographic Details
Other Authors: Zamora Cortés, Marlene
Format: Book
Language:Spanish
Published: Bogotá: Acción Cultural Popular; Editora Dosmil 1975
Subjects:
Aun
Online Access:http://babel.banrepcultural.org/cdm/ref/collection/p17054coll24/id/151
Description
Summary:Éste es el primer volumen de la Biblioteca del Campesino. Hace parte de la Colección Verdad que se propone difundir y poner al alcance de todos, los Sagrados textos de la Biblia y los libros maestros de la enseñanza teológica de la Iglesia. El Evangelio de San Lucas describe la vida, doctrina y milagros de Nuestro Señor Jesucristo, contada por Lucas, “el médico queridísimo"", como lo llama San Pablo. El Evangelio de San Lucas Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. OO(\J· ACC N (\J \; J( A l{) 11- ji.- L EVANGELIO DE' SAN LUCAS ::!.L EVANGELIO DE SAN LUCAS Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. "Gentilmente Ediciones Paullnas, 'rama editorial da la Pía Saciedad de San Pablo, autorizó a Acción Cultural Popular la edición del Evan · gelio de San Lucas. Carátula: Marlene Zamora Cortés SE HIZO EL DEPOSITO LEGAL - DERECHOS RESERVADOS I IMPRESO EN COLOMBIA - PRINTED IN COLOMBIA Se terminó de imprimir este libro el 15 de diciembre'de 1975 en EDITORIAL ANDES. EDITORA DOSMIL Cra. 39 A ·No. 15-11 Tel. 694800 - Bogotá, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ea editara dasmil EL EVÁNGELIO DE SAN LUCAS NOVENA EDICION ACCION CULTURAL POPULAR BIBLIOTECA DEL CAMPESINO COLECCION VERDAD No. 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ( '/ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. INDICE Pág. SAN LUCAS y SU BUENA NUEVA. . . . . . . . 9 CAPITULO 1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . , 15 Anunciación del nacimiento de Juan Ba'utis-tao El ángel Gabriel anuncia a María la en­carnación del Verbo . Visita de María a Isabel. El Magnificat. Nacimiento y circun­cisión del Precursor. Himno de ZacarÍas a la misericordia y fidelidad de Dios. CAPITULO 11. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 Nace en Belén el Salvador del mundo . Ado­ración de los pastores. Circuncisión. Pre­sentación de Jesús en el Templo . Profecía de Simeón. La Sagrada Familia en Nazaret. Jesús perdido y hallado en el Templo. / , CAPITULO 111 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 Predicación de Juan Bautista. Su prisión. En el bautismo de Jesús se manifiestan las tres Divinas Personas. Genealogía de Je­sucristo. CAPITULO IV. . . . . . . . . . . . . . . . ,'.' 29 . Ayuno y tentación de Jesús en el desierto. Su predicación en Galilea. Es expulsado de Nazaret. Sana a la suegra de Pedro y a mu-chos enfermos. . CAPITULO V. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 Jes ús en la barca de Pedro. Primera pesca I mil agrosa . Curación de un leproso y de un paralÍtic o. Vocación de Mateo. Parábolas del r emiendo y de los odres . CAPITULO VI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 J esús, dueño del s ábado . El hombre de la, mano s eca. Elección de los apóstoles. Las Biena venturanzas. El amor al enemigo. La . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. regla áurea de la caridad. Contra la hipo­cresía. ¿Cómo discernir entre buenos y malos? Parábola de las dos casas. CAPITULO VIL . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 Jesús admira la fe del centurión y resucíta al joven de NaÍm. Señales de la llegada del Mesías. Jesús elogia a su Precursor. Pará-bola de los niños caprichosos. La pecadora perdonada. CAPITULO VIII. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 Las Santas Mujeres. Parábola del sembra-dor. Los parientes de Cristo. La teml>estad calmada. El poseso de Gergesa. Jesus re­suc! ta a la hija de Jairo y sana a la hemo­rrOIsa. CAPITULO IX . - . : . . . . 55 Misión de los Apóstoles. Perplejidad de Herodes. Multiplicación de los pánes. La fe de Pedro. El camino de la cruz. Trans­fi~ uración de J.esús y testimonio del Padre. El epiléptico. Superioridad de los pequeños. El Espíritu de Cristo. Diversas clases de discípulos. CAPITULO X. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 Misión de los setenta y dos discípulos. Mal­diciones contra las ciudades impenitentes. Los precUlectos del Padre. El buen sama­ritano, Marta y MaI:ia. CAPITULO ·XI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 La oración dominical. Parábola del amigo oportuno. Blasfemias de los fariseos. El poder de Satanás. La señal de Jonás. Pará-bola de la lámpara. Doblez y falsa piedad de los fariseos y escribas, que dicen y no hacen. , . CAPITULO XII. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71 Contra la hipocresía. Tierna solicitud 'del Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Padre . La asistencia del Espíritu Santo. Pa­rábola del rico insensato . Confianza en la Providencia. Tesoro del cristiano. Parábo­las de los servidores vigilantes y de! ad­ministrador fiel. Jesús trajo fuego al mundo. Las señales de los tiempos . CAPITULO XIn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 Exhortación a la penitencia. Parábola de la higuera estéril. Jesús sana a una mujer encorvada. Parábolas 'del grano de mosta-za, de la levadura y de la puerta angosta. El zorro Herodes. ¡Ay de Jerusalén! CAPITULO ' XIV. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81 Jesús sana a un hidrópico. Parábola de los primeros puestos y del gran banquete. El amor de preferencia . Parábolas de la torré, del rey guerrero y de la sal . CAPITULO XV. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 Parábolas de la oveja descarriada, de la dracma perdida y del padre admirable que perdona a su hijo pródigo. CAPITULO XVI. . . .' . . . . . . . . . . . . . . 89 Parábola del administrador infiel. Jesús descubre la hipocresía de los fariseos. In­mutabilidad de la ley divina. El rico Epulón y el pObre Lázaro. CAPITULO xvn. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 Gra vedad del escándalo. Perdón ilimitado de las ofensas . Poder de la fe. Siervos inú-tiles somos. Los diez leprosos. Vuelta SOI'l­presiva del hijo del hombre . CAPITULO XVIII . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 El juez inicuo . Parábola del fariseo y del publicano. Necesidad de la infancia espiri-tual. El joven rico . Jesús predice nueva­mente su pasión. El ciego de Jericó . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. CAPITULO XIX. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 El publicano Zaqueo . Parábola de la mi-nas . El día de Ramos , Jesús entra en Je­rusalén en medio de las aclamaciones del pueblo . El dolor de Jesús por Jerusalén. Purificación del Templo. CAPITULO XX. . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 Una vez más confunde Jesús a sus enemi-gos . Parábola de los viñadores homicidas . El pago del tributo. La resurrección de la carne. Jesús Hijo y Señor de David. Hipo-cresía de los escribas. - CAPITULO XXI. . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 La ofrenda de la viuda. Profecía de la ruina del Templo. Castigo de la ciudad deicida. Señales de la venida de Cristo juez. Parábola de la higuera que brota. Cómo escapar a las plagas. CAPITULO XXII . . " 113 Judas traiciona a su maestro. La última cena. Institución de la Sagrada Eucaristía. Disputa entre los discípulos. Jesús anun-cia la negación de Pedro. Getsemaní. Jesús sufre la pasión en su alma. El beso de Judas. Las tres negaciones de Pedro. Je-sús an. te el San-edrín. CAPITULO XXID. . . . . . . . . . . . . . . . . 119 Jesús ante Pilato y Herodes. Pilato reco-noce la inocencia de Jesús. Conversión de uno de los ladrones. El Santo Sepulcro. CAPITULO XXIV. . . . . . . . . . . . . . . . . 123 La resurrección. El sepulcro vacío. Los discípulos -de Emaús. Jesús explica las Escrituras. Aparición del Cenáculo. Pala-bras de. despedida. Ascensión. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. San Lucas y su buena nueva Este es el primer volumen de la ((Biblioteca del Campesino". Hace parte de la ((Colección Ver­dad » que se propone difundir y poner al alcance - - de todos, los Sagrados textos de la Biblia Y los libros maestros de la enseñanza teológica de la Iglesia. ~ La historia de la vida, doctrina y milagros de Nuestro Señor Jesucristo, contada por Lucas, ((el médico queridísimo ", como lo llama San Pablo, es lo que comúnmente se denomina con el nombre de: "EVANGELIO DE SAN LUCAS". No fue San Lucas unó de los doce apóstoles del Señor y ni siquiera perteneció a aquellos 22 dis­cípulos, de entre los cuales Cristo escogió a sus apóstoles. Lucas era pagano y gentil. Nació en Antioquia de Siria y se cree fue uno de los primeros gentiles que convirtieron al cristianismo, en esa ciudad, des­Pués de la muerte de San Esteban. Fue en Antioquía, ciudad evangelizada por San Pablo, en donde los primeros discípulos del Cruci­ficado, se dieron a sí mismos el nombrede ((CRIS- 9 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. TIANOS", por ser seguidores de Cris to, y en donde Lucas conoció a San Pablo. Desde entonces Lucas fue su d iscípulo fie l. Se unió al apóstol en Trade, hacia los años 50 o 51, cuando San Pablo iba a entrar a Europa; y de ahí en adelante estuvo asociado a todas sus expedic iones apostólicas. Cuando se fundó la primera Iglesia europea, en la colonia romana de Filipos, Lucas fue uno de los principales colaboradores de San Pablo y parece que el apóstol lo dejó allí, como responsable, mientras realizaba un viaje hácia Atenas y C;orinto. · . San Pablo, en su tercer viaje, regresó a Filipos (53 - 57) Y allí Lucas volvió a reunirse con él para no separarse ya más de su maestro, a lo menos hasta el año 62, en que el apóstol,- después de dos años de prisión en Roma (60 - 62), fue ab­suelto y puesto en libertad. La información que tenemos sobre San Lucas se la debemos a San Pablo, quien habla de él en sus Epístolas a los Colosenses y a Filemón, es­critas en Roma hacia el 61 o el 62. La fidelidad de Lucas a San Pablo y el hecho de que el apóstol lo tuviera como uno de sus compa­ñeros predilectos, se debió principalmente a dos razones: a la santidad yalceloapostólicode Lucas y, en segundo lugar, al hecho de que Lucas era médico de profesión y por este motivo jxxtía pres­tar a San Pablo un auxilio constante en sus fre­cuentes enfermedades. De esto último da testimo- 10 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. nio el apóstol en su EPistolá a los Colosenses, cuando refiriéndose a San Lucás se expresa asi: "Lucas, el médico carisimo" (Col. 4-14). Oyente continuo de la predicación de San Pablo, , fue movido por Dios a resumir y compendiar en su EVANGELIO, las enseñanzas y predicación del gran Apóstol de los Gentiles, a /las primeras comunida­. des cristiana~, como él mismO lo dice: "desPués de haber informado de todos (los datos) exacta­mente desde su origen" (Lucas, Cap. 1, V., 3). Como San Marcos recogió la predicación de San Pedro, Lucas consignó en su Evangelio la de San Pablo; y fue tan fiel a su Maestro, que lo acompañó hasta en sus últimos momentos y no lo abandonó en sus años de prisión en la cárcel de Roma. En la últz'ma de sus cartas, escrita a Timoteo, San Pablo asi 'lo reconoce, diciendo que en medio de su soledad "Lucas tan solo está conmigo" (2, Tim., 4-11). La Santa Iglesia venera a San Lucas como má rti r, pero no teñemos datos históricos, totalmente cier­tos, sobre la vida de este evangelista desPués de la muerte de San Pa~lo. Este evangelio, o mejor, esta "Buena Nueva ", no es la historia de un ·hombre famoso o de un héroe. Es mucho más. Es la historia del Hombre-Dios y por consiguiente lo más extraordinario que existe sobre la tierra. Una historia que comienza en la intimidad del mis­terio de Dios, que se hace niño en el portal de II Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Belén, hombre de Nazaret, maestro y taumaturgo en Galilea, Redentor en el calvario y en la cruz, vencedor de la muerte, señor de la vida y gozo y corona de todos los santos con la victoria de su resurrección. ((No hay novela, dice Monseñor Baunard, por maravillosa que sea, que despierte el interés sublime y apasionado de esta historia. Todos los atractivos, todos los sentimientos y todas las ter­nuras están en ella condensados. Y cuando deci­mos que esta historia de Jesús. es también nuestra historia, porque El vino por nosotros, hablóporno­sotros, sufrió por nosotros, exPiró por nosotros y , por nosotros reina, toma' entonces el personal y palPitante interés de documento de familia y se lee como se leen las últimas palabras de un padre que un hermano nos hubiera enviado desde el Pie del cadalso tIonde acababa de morir por nosoh·os. ~ ((Pero, además de ser una historia, este libro es también un código, el' código más sublime que ha aparecido y aparecerá jamás en las naciones. ¡Ah! sabemos, por desgracia, cómo se forman las leyes hu_manas. Todas las mañanas nos traen los diarios las declamaciones del Congreso y del SenadQ, don­de se hacen y deshacen, altenrativamente, las leyes que se promulgan hoy, para derogarlas mañana. La ley evangélica -es léy etenra, ley resue{ta en los consejos de Dios y escrita después en ese libro, será para siempre la ley suprema con la cual deben conformarse todas las leyes de aquí abajo. Es la ley universal, ley de los pequeños yde los grandes, ' de las sociedades y de los individuos, de vuestra conciencia y de vuestra carrera, luz de vuestros 12 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. caminos y antorcha que guía vuestros pasos. Es ley inmutable: jamás llega rá el momento de su revisión; jamás se suprimirá de ella ni un punto ni, una coma. y aun cuando un ángel del cielo os trajéra y os pre­sentase . una ley a ella opuesta, no podríaiq ni es­cuchar siquiera las palabras de enviado semejante. Es, en fin, ley de gracia, ley de paz y de amor, perfectio legisdilectio y, al mismo tiempo que es­tablece las relaciones de unos hombres con otros, establece la de' todos los hombres con Dios, uniendo así a todos con el estrecho lazo de amor eterno". ¿ y qué más es el Evangelio? Es el Nuevo Testa­mento. Un testamento, hijos míos "Esa última es­critura donde aparece expresa la última voluntad del padre y de la madre con lá transmisión autén­tica de sus bienes. Los bienes legados por Dios en ese testamento son su gr.acia en el mundo y su gloria en la vzdá futura. Henos aquí nombrados por ese escrito herederos del reino de los cielos. Y si pensáis que esta celestial herencia os la ha ad­quirido Jesucristo con el precio de su sangre, ' juzgad cuál debe. ser vuestro respeto y vuestro reconocimiento ante ese testimonio, ante ese mo-numento de amor". Este es, pues, el libro que todos debiéramos leer de rodillas y guardar en nuestra casa con la más profunda veneración. ·Mons. J. Monastoque V. 13 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Capítulo I Anunciación del nacimiento de Juan Bautista. El ángel Gabriel anuncia a María la encarnación áel Verbo. Visita de María a Isabel. El Magnificat. Nacimi~nto y circ.uncisión del Precursor Himno de ZacarÍas a la misericordia y fidelidad de Dios. 1 Habiendo muchos tratado de componer una narra­ción de las cosas plenamente confirmadas entre nosotros, 2según lo que nos han transmitido aquellos que fueron, desde el comienzo, testigos oculares y ministros de la palabra, 3me ha parecido conveniente, también a mí, que desde hace mucho tiempo he seguido todo exactamente, escribirlo todo en forma ordenada, óptimo Teófilo 4a fin de que conozcas bien la .certidumbre de las palabras en que fuiste instruido. sHubo en tiempo de Herodes, rey de Judea; UN SA­CEROOTE LLAMADO ZACARIAS, de la clase de Abías. Su mujer, que descendía de Aarón, se llamaba Isabel. 6 Ambos eran justos delante de Dios, siguiendo todos los mandamientos y justificaciones del Señor de manera ~. Teófilo a quien dedica el Evangelista su libro, es un noble amigo de San Lucas que se ha convertido al cristianismo o un seudónimo que designa a todos los cristianos. ' 5. Las 24 familias o grupos sacerdotales turnábanse en el ser· vicio del templo. 15 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. irreprensible. 7Mas no tenían hijos , porque Isabel era téril, y ambos eran de edad avanzada. sUn día que e taba de servicio delante de Dios, en el turno de u clase, 9fue designado, según la usanza sacerdotal para entrar en el Santuario del Señor y ofrecer el incienso. lOy toda la multitud del pueblo estaba en oraci6n afuera, a la hora del incienso. 11 Apareciósele, entonces, un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar de los perfumes. 12A! verle , ZacarÍas se turbó, y lo invadió el temor. l3pero el ángel le dijo: "No temas,- Zacarías, pues tu súplica ha sido escu­chada: Isabel, tu mujer, te dará un hijo, al que pondrás por nombre Juan. 14Te traerá gozo y alegría, y muchos se regocijarán con su __ nacirniento. ISPorque será grande de­lante del Señor; nunca beberá vino ni bebida embriagan­te, y será colmado del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre; 16y convertirá a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios. 17c'aminará delante de El con el espíritu y el poder de Elías, 'para convertir los corazones de los padres hacia los hijos', y los rebeldes a la sabidu­. rÍa de los justos, y preparar al Señor un pueblo bien dis­puesto". IsZacarías dijo al ángel: "¿En qué conoceré es­to? Porque yo soy viejo, y mi mujer -ha pasado los días". 19E1 ángel le respondió: "Yo soy Gabriel, el que asisto a la vista de Dios; y he sido enviado para hablarte y traerte esta feliz nueva: 20He -aquí que quedarás mudo sin poder hablar hasta el día en que esto suceda, porque 90 creíste a mis palabras que se cumplirán a su tiempo;'. 21 El pue­blo estaba esperando a ZacarÍas,_ y se extrañaba de que 7. ss. No tener hijos se consideraba entre los judíos como un castigo de Dios. 21. Después del sacrificio el sacerdote tenía que bendecir al pueblo con la fórmula de Núm. 6, 23 ss. 16 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. tardase en el santuario. ZlCuando salió por fin, no podía hablarles, y comprendieron que había tenido alguna visión en el santuario; les hacía señas con la cabeza y permane­ció sin decir palabra. 23y cúando se cumplió el tiempo de su ministerio, se volvió a su casa. l4Después de aquel tiem­po, Isabel, su mujer, concibió, y se mantuvo escondida du­rante cinco meses, diciendo: lS"He ahí lo que el Señor ha hecho por mí, en los días en que me ha mirado para quitar­mi oprobio entre los hombres". 26Al sexto mes, EL ANGEL GABRIEL FUE ENVIADO por Dios a una .ciudad de Galilea llamada Nazaret, 27a una virgen prometida en matrimonio a un varón, de nom­bre José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. 2Sy entrado, donde ella estaba, le dijo: "Salve, llena de gracia; el Señor es contigo". 29 Al oír estas palabras, se turbó, y se preguntaba qué podría significar este saludo. 30Mas el ángel le dijo: "No temas, María, porque has halla­do gracia cerca de Dios. 31He aquí que vas a concebir en tu seno, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32El será grande y será llamado el Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre, 33y reinará sobre la casa de Jacob por los siglos, y su reinado 110 ten­drá fin. 34Entonces María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco varón? " 35El ángel le respondió y dijo: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo t~ cubrirá; por eso el santo Se~ que nacerá será llamado el Hijo de Dios. 36y he aquí que tu parienta Isabel, en su vejez también ha concebido un hijo, y está en su sexto 34. De derecho María era esposa de San José. Así la sabiduría de Dios lo había dispuesto para guardar la honestidad de la Virgen a los ojos de la ~ente. De las palabras: "No conozco varón", se deduce que Marla había hecho voto de guardar la virginidad. 17 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. mes la que era llamada estéril; 37porque no hay nada im­posible para Dios' . 38Entonces María dijo: "He aquí la e - clava del Señor; Séame hecho según tu palabra' . y el ángel la dejó. 39En aquellos días, María se levantó y fue apresura­damente a la montaña, a una ciudad de Judá; 40y entró en la casa de Zacarías y SALUDO A ISABEL. 41y sucedió cuando Isabel oyó el saludo de María, que el niño dio saltos en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo. 42y exclamó en alta voz y dijo: " j~ndita tú entre las mu­jeres, y bendito el fruto de tu seno! 43 ¿ Y de dónde me vie­ne, que la madre de mi Señor venga a mí? 44Pues, desde el mismo instante en que tu saludo sonó en mis oídos, el hijo' saltó de gozo en mi seno. 45y dichosa la que creyó, ' porque tendrá cumplimiento lo que se le ' dijo de parte del Señor". 46y María dijo: "MI ALMA GLORIFICA AL SEÑOR, 47 y mi espíritu se llenó de gozo en Dios mi Salvador, 48porque puso los ojos en la pequeñez de su sierva, y he aquí que desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones; 49porque me hizo grandezas el Poderoso; Santo es su nombre; SOy su misericordia va de generación en generación para los que le temen. slDesplegó la potencia de su brazo; .dispersó a los que se ensoberbecieron en los pensamientos de sus co­razones. s2Derrocó del trono a los potentados, y elevó a los humildes. 53Sació de bienes a los hambrientos, y despidió 39. Una ciudad de Juc:lá: Sc;gún unos Ain Carim, a una legua y media al oeste de Jerusalén; según otros, una ciudad en la comarca de Hebrón. "1 48. Nótese el admirable contraste, propio de la verdadera humildad que se funda en . la fe. El extremo de abajamiento en que María empieza por colocarse a sí misma, no le impide recono­cer la altura incomparable a que Dios la ha elevado. 18 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. vados a los ricos. 54 Acogió a Israel su hijo, acordándose de su misericordia, 55 - como había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y de su posteridad para siempre" . 56y quedóse María con ella como tres meses, y después se volvió a su casa. ' 57y a Isabel le lleió el tiempo de su alumbramiento, y dio a luz un ·hijo. 5 Al oír los vecinos y los parientes la gran misericordia que con ella había usado el Señor, se regocijaron con ella. 59y, al octavo día vinieron para cir­cuncidar al niño, y querían darle el nombre de su padre: Zac.arÍas. 60Entonces la madre dijo: "No, su nombre ha de ser JUAN". 61Le dijeron: "Pero nadie hay en tu parentela que lleve "ese nombre". 62Preguntaron, pues, por señas, al padre cómo quería que se llamase. 63El pidió una tablilla y escribió: "Juan es su. nombre". y todos quedaron admi­rados. 64y al punt9 le fue abierta la boca'y lengua, y se pu­sq a hablar, y a bendecir a Dios. 65y sobrecogió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se habla­ba de to~as estas cosas; 66y todos los que. las oían, las gra­baban en sus corazones, diciendo: "¿Qué será este niño? n; pues la mano del Señor estaba con él. 67y Zacarías su pa­dre fue colmado del Espíritu Santo, y profetizó así: 6S"BENDITO SEA EL SEÑOR, EL DIOS DE ISRAEL, porque ha visitado y redimido a su pueblo, 69al suscitar­nos un poderoso Salvador, en la casa de David, su siervo, 70como lo había anunciado desde los tiempos antiguos, por 60. Juan significa "Dios es bondadoso". Zacarías le da este nombre como se lo había ordenado el ángel en el verso 13. 67. El cántico de Zacarías, es el "Benedictus" de la Liturgia, que, así como el "Magnificat", es rezado todos los días por los sacerdotes en el Oficio DiviRQ. 19 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. boca de u santo profetas 71 un alvador para librarno de nue tro enemigo, y de las mano de todo lo que no aborrecen; nu ando de misericordia con nuestro padre y acordándose de su santa alianza, 73 egún el juramento hecho a Abrahán nuestro padre, de concederno , 74 quc librados de la mano de nuestros enemigos, 7S en santidad y justicia, le sirvamos sin temor en su presencia, todo nuestros días. 76y tú, pequeñuelo, serás llamado profeta del Altísimo porque irás adelante del Señor, para prepa­rar sus vías. 77para dar a su pueblo el~conocimiento de la salvación, en la remisión de "sus pecados, 78 gracias a las entrañas misericordiosas de · nuestro Dios, por las que nos visitará desde lo alto del Oriente, 79 para 'iluminar a los que en tinieblas y en ' sombra de muerte yacen, y diri­gir nuestros pies por el camino de la paz". soy el niño crecía y se fortalecía en espíritu, y habitó en los desiertos hasta el día de darse a conocer a Israel. ( 78. s. El Oriente es Jesucristo, la verdadera luz que vino al mundo e ilumina a todo hombre. 20 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Capítulo 11 Nace en Bel~n el Salvador del mundo. Adoración de los pastores. Circu~cisión. Presentación de Jesús en el Tem­plo. Profecía de Simeón. La Sagrada Familia en Nazaret. Jesús perdido y hallado en el Templo. I En aquel tiempo, apareció un edicto de César Augus­to, para q~e se hiciera el censo"de toda la tierra. 2Este primer censo, tuvo lugar cuando Quirino . era gobernador de Siria. 3y todos iban a hacerse empadronar, cada uno a su ciudad. 4Subió también. José de Galilea, de la ciudad l' de Nazaret, a Judea; a la ciudad de David, que se llama BETHLEHEM, porque él era de la casa y linaje de David, spara hacerse inscribir con María, su esposa, que estaba encinta. 6Ahora bien, mientras estaban allí, llegó para eH!! el tiempo de su álumbramiento, 7y dio a luz a su hijo primogénito; y lo envolvió en pañ~es y lo acostó en un pesebre, porque n había lugar para ellos en la hostería. 8Había en aquel contorno UNOS PASTpRES acampados al raso, que pasaban la noche custodiando su rebaño, 9y he aquí que un ángel del Señor se les apareció, y la gloria del Señor los envolvió de luz, y los invadió un gran temor. IODíjoles el ángel: "¡No temáis! Porque os anuncio una gran alegría que será para todo el pueblo: IIHoy os ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo 1. Sin saberlo, el emperador romano Augusto fue el instru­mento por el cual Dios dio cumplimiento a la profecía de Miqueas de que Jesús nacería en Belén. 21 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Señor. 12y esto os servirá de señal: hallaréis un niño en­vuelto en pañales, y acostado en un pesebre": !3y de repente vino a unirse al ángel una multitud del ejército del cielo, que se puso a alabar a Dios diciendo: 1""Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres (objeto) de la buena voluntad". 1sCuando los ángeles se- partieron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: "Vayamos, pues, a Bethle­hem y veamos este acontecimiento, que el Señor nos ha hecho conocer". 16y fueron aprisa, encontraron a María y a José, Y AL NIÑO ACOSTADO EN EL.PESEBRE. 17y al verlo, hicieron conocer lo que les había sido dicho acer­ca de este niño. llly cuando los oyeron, se maravillaron de las cosas que les referían los pastDres. 19pero María . retenía todas estas palabras ponderándolas en su corazón. 20y los pastores se volvieron, glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto según les había sidb anunciado. 2lHabiéndose cumplido los ocho días para su CIR­CUNCISION, le- pusieron por nombre Jesús, el mismo que le fue da~o por el ángel antes que 'fuese concebi90 en el seno. 22y cuando se cumplieron los días de la PURIFICA­CIQN de ellos, según la Ley ae Moisés, lo llevaron a J ecu­salén a fin de presentarlo al Señor, 23según está escrito en la Ley de Moisés: "Todo varón primer nacido, será llamado santo para el Señor", 24y a fin de dar en sacrifi- 12. La suma pobreza de María y José no se documenta por nin­guna cosa más que por el pesebre. Si hubieran podido ofrecer al posadero una bolsa de plata quizás habrían obtenido un apo­sento de primera clase". 22. ss. La Virgen purísima no tenía que "purificarse"; sin embargo se sometió, como Jesucristo, a la ley judía que prescri­bía la purificación de la madre en ei plazo de 40 días. La ofren­da es la de los pobres. 22 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. cio, según lo dicho en la Ley del Señor, "un par de tórto­las o dos pichones". 25y . he aquí que había en Jerusalén un hombre lla­mado Simeón, hOl;Jlbre justo y piadoso, que esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo era sobre él. 26y le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Ungido del Señor. 27y, movido por el Espíritu, había venido; y cuando los padres llevaron al niño Jesús para cumplir con él las prescripcio­nes acostumbradas de la Ley, 28él lo tomó en sus brazos, y alabó a Dios y dijo: 29"AHORA, SEÑOR, DESPIDE A T{J SIERVO EN PAZ, SEGUN TU PALABRA, 30porque hap visto mis ojos tu salvación, 31 que preparaste . a la faz de todos los pueblos: 32Luz para revelarse a los gentiles, y Gloria de Israel, tu pueblo". 33y su padre y su madre estaban asombrados de lo que decía de El. 34Bendíjolos entonces Simeón~ y dijo a María, su madre: "Este es pues­to para ruina, y para resurrección de muchos en Israel, y para ser una señal, (objeto) del ~ontradiccióri _35y a tu misma alma, una espada la ' traspasará- a fin de que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones". 36Había también UNA PROFETISA, ANA, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada; había vivido con su marido siete años desde su virginidad; .37y en la viudez, había llegado hasta los ochenta y cuatro años y no se apartaba del templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. 38Se presentó también en aquel mismo momento y se puso a alabar a Dios y a hablar de aquel (niño) a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén. 39y cuando hubieron cumplido todo lo que era exigi­do por la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, 23 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. en Galilea. 40y el niño crecía y se robustecía, lleno de sabi ­duría y la gracia de Dios era sobre El. 41SUS padres iban cada año a Jerusalén, por la fie ta de Pascua. 41CUANDO TUVO DOCE AÑOS, subieron, se­gún la costumbre de la fiesta; 43 mas a su regreso, cumpli­dos los días, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que sus padres lo advirtiesen. 44Pensando que El estaba en la caravana, hicieron una jornada de camino, y lo buscaron entre los parientes y conocidos. 4SComo no lo hallaron, se volvieron a Jerusalén en su busca. 46y, al cabo de tres días. lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doc­tores, escuchándolos e interrogándolos; 4\ todos los que lo oían, estaban estupefactos de su inteligencia y de sus respuestas. j 48Al verlo. (sus padres) quedaron admirados y le dijo su ma4re: "Hijo, ¿por qué has hecho así con no­sotros? Tu padre y yo., te estábamos buscando con angus­tia". 49Les respondió: "¿Cómo es que me buscábais? ¿No sabíais que conviene que Yo esté en lo de mi Padre? ". sOpero ellos no comprendieron las palabras que les habló. 51y bajó con 'ellos y VOLVIO A NAZARET, Y estaba sometido a ellos, y su madre conservab:l' todas estas pala­bras (repasándolas) en su corazón. 52y Jesús crecía en sabiduría, como en estatura, y en favor ante Dios y ante los hombres. 43. Los hombres y las mujeres solían formar comitivas de viaje por sepatado. Así María pudo creer que el Niño estaba en el grupo de los hombres. 49. Cumplir la voluntad de Dios es la suma ley para Jesús, aunque con esto cause dolor a sus queridos padres. 51. Conservaba todas estas palabras, "como rumiándolas y meditándolas diligentísimamente". (S. Heda). 5Z. Crecía en sabiduría: No quiere decir que Jesús la tuviese menor en ningún momento sino que la iba manifestando, como convenía a cada edad de su vida santísima. 24 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Capítulo 111 Predicación de .Juan Bautista. Su prisión. En el bautis­mo de Jesús se manifiestan las tres Divinas Personas. Genealogía de Jesucristo. 1 El año decimoquinto del -reinado de Tiberio César, siendo Ponció pilato gobernador de Judea, Herodes, tetrar­ca de Galilea, Filipo, su hermano , tetrarca de Iturea-y de la Traconítida, y Lisanias, tetrarca de Abilene, 2bajo el pon- . tificado de Anás y Caifás, la palabra de Dios vino sobre JUAN, HIJO DE ZACARIAS, en el desierto. 3y recorrió toda la región del Jordán, predicando el bautismo de arre­pentimiento para la remisión de los pecados, 4como está escrito en el libro de los vaticinios del profeta Isaías: "Voz' de uno que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas. sTodo valle ha de rellenarse, y toda montaña y colina ha de rebajarse; los caminos tortuosos han de hacerse rectos y los escabrosos, llanos; 6y toda carne verá la salvación de Dios". 7Decía, pues, a las multitudes que salían a hacerse, bautizar por él: "RAZA DE VIBORAS, ¿quién os ha ense­ñado a escapar de la cólera que os viene encima? sprodu­cid frutos propios del arrepentimiento. Y no andéis dicien­do dentro de vosotros: "Tenemos por padre a Abrahán". 2. No había más que un solo sumo sacerdote: Caifás. Anás, su suegro, que había sido sumo sacerdote, se menciona aquÍ, así como en la pasión de Cristo, por el influjo que tenía aún. I 25 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Porque os digo que d e e ta piedras puede Dio hacer que nazcan hijos de Abrahán. 9Ya el hacha e tá pue ta a la raíz de los árboles todo árbol que no produce buen fruto va a ser tronchado y arrojado al fuego". I°Preguntábanle las gentes: "¡Y bien! ¿Qué debemos hacer ? ': liLe res­pondió y dijo: " Quien tiene dos túnicas , dé una a quien no tiene; y quien víveres haga lo mismo". 12Vinieron tam­bién los publican os a hacerse bautizar, y le dijeron: "Maes­tro, ¿qué debemos hacer? " 13Les dijo: "No hagáis pagar nada por encima de vuestro arancel". 14A su vez unos sol­dados le preguntaron: "Y nosotros, ¿qué debemos ha­cer? ". Les dijo: "No h~áis extorsión a nadie, no denun ­ciéis falsamente a nadie, y contentaos con vuestra paga". lSComo el pueblo estuviese en expectación, y cada uno se preguntase, interiormente, a propósito de Juan, si no era él el CRISTO, 16Juan respondió a todos diciendo: "Yo, por mi parte, os bautizo con ag'll;a. Pero viene aquel que es más poderoso que yo, a quien yo no soy digno de desatar la correa de sus sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego. 17El aventador está en su mano para limpiar su era y recoger el trigo en su granero, pero la paja la quemará en un fuego que no /se apaga". lSCon estas y otras muchas exhortaciones evangeli­zaba al pueblo. 19pero HERODES, el tetrarca, a quien él había reprendido a causa de Herodías, la mujer de su hermano, y a causa de todas sus maldades, 2 añadió a todas éstas la de -poner a Juan en la cár~el. 21 Al bautizarse toda la gente, y HA1UENOO SIOO BAUTIZADO TAMBIEN JESUS y estando Este orando, se abrió el ci~lo, 22y el Espíritu Santo descendió sobre El, en . -12. Los - publicanos o recaudadores de impuestos, eran suma­mente odiados por sus injustas exacciones. 26 ' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 27 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ftgura corporal, como una paloma , y una voz vino del cielo. "Tú ere mi Hijo , el Amado; en Ti me recreo". 13y el mismo Jesús era, en su iniciación , como de treinta años, siendo hijo , mientras se creía DE JOSE, de Helí, 24de Matat , de Leví, de Melquí, de Jannaí, de Jo é, 25 de Matatías, de Amós, de Naúm, de Eslí, de Naggaí, 26de Maat , de Matatías, de Semeín, de Josech, de Judá , 17 de Joanán , de Resá, de Zorobabel, de Salatiel, de Nerí, 28de Melquí, de Addí, de Kosam, de Elmadam, de Er, 29de Je­sús, de Eliézer, de Jorim, de Matat, de Leví, 30de Simeón, de Judá, de José, de Jonam, de Eliaquim, 31~e Meleá , de Menná, de Matatá, de Natán, de David, 32de Jessaí, de Jo­bed, de Booz, de Salá, de Naassón, 33de Aminadab, de , Admín, de Arní, ae Esrom, éle Farés, de Judá, 34de Jacob; de Isaac, de Abrahán, de Tara, de Naehor, 35de Serueh, de Ragau, de Falee, de Eber, de Salá, 36de Cainán, de Arfa­xad, de Sem, de Noé, de Lamec, 37de Matusalá, de Enoeh, de Járet, de Maleleel, de Cainán, de Enós, de Set, de Adán, de Dios. 28 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Capítulo IV Ayuno y tentación de Jesús en el desierto. Su predicación en Galilea. Es expulsado de Nazaret. Sana a la suegra de Pedro y a muchos enfermos. IJesús, lleno del Espíritu Santo, dejó el Jordán, y fue conducido por el Espíritu AL DESIERTO; 2donde perma­neció cuarenta días, y fue tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días; y cuando hubieron transcurrido, tuvo hambre. 3Entonces el diablo le dijo: "Si Tú eres el Hijo de Dios, di él esta piedra que se vuelva pan". 4Jesús le ,replicó: "Escrito está: no solo de pan vivirá el hombre". sDespués ' le transportó (el diablo) a una altura, le mostró todos los reinos del mundo, en un instante, 6y le dIjo: "Yo te daré todo este poder y la gloria de ellos , porque a mí me ha sido entregada, y la doy a quien quiero. 7Si pues te posternas delante de mí, Tú la tendrás toda en­tera " . 8Jesús le replicó y dijo: "Escrito está: AdQrarás al Señor tu Dios, y a El solo servirás". 9Lo condujo entonces a Jerusalén, lo puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: "Si Tú eres el Hijo de Dios , échate de aquí abajo, IOporque está escrito: El mandará 2. El dia blo intentó averiguar quién era Jesús. Por otra parte qu iso J esús experimentar todas las debilidades de la na turaleza humana, aun las tentaciones. El ejemplo de J esucristo nos ense­ña que el ser tentado no es señal de ser rechazádo : al contrario, la tentaciones son pruebas, y las pruebas conducen a la perfec­ción. 29 / Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. obre Ti a u ángeles que te guarden " Ily "ello te lleva - • rán en palmas, para qUe! no lastime tu pie contra alguna piedra " . 12Jesús le replicó diciendo: "Está dicho: No t n­tarás al Señor tu Dios " . ' 3Entonces el diablo, hab 'endo agotado toda tentación , se alejó de El hasta su tiempo, 14y Jesús volvió con el poder del Espíritu Á GALILEA, Y su fama se difundió en toda la región. 15Enseñaba en las sinagogas de ellos y era alabado por todos. 16Vino tam­bién a NAZARET, donde se había criado y entró, como tenía costumbre el día de sábado, en la sinagoga, y se levantó a hacer la lectura. 17y le entregaron el libro del profeta Isalas, y al desenrollar el libro halló el lugar en donde estaba escrito: II1"EI Espíritu del Señor está sobre MÍ, porque El me ungió; El me envió a dar la Buena Nueva a los pobrt:s, a 'anunciar a los cautivo~a liberación, y la vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, 19 a • publicar el año de gracia del Señor". 2°Enrolló el libro, _ lo devolvió al ministro, y se sentó; y CU'élIltos había en la sinagoga, tenían los ojos fijos en El. 21Entonces empezó a decirles: "Hoy esta escritura se ha cumplido delante de vosotros". 22y todos le daban tes­timonio, y estaban maravillados de las palabras llenas de gracia, que salían de sus labios, y decían: "¿No es Este el hijo de José? " 23y les dijo: "Sin duda me aplicaréis aquel refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaum, hazlo aquÍ también, en tu pue­blo". :4y dijo: "En verdad os digo, ningún profeta es aco­gido en su tierra. 2SEn verdad os digo: había muchas 18. Buena Nue~a es la traducción de la palabra griega "evan­gelion" (Evangelio). 30 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. viudas en Israel en tiempo de EIías, cUándo el cielo quedó cerrado durante tres años lt seis meses, y hubo hambre grande en toda la tierra; 6mas a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a tuna viuda de , Sarepta, en el país de Sidón. 27y había muchos leprosos en Israel en tiempo del profeta Elíseo; mas ninguno de ellos fue curado, sino Naimán el sirio". 28 Al oír esto, se llenaron todos de cólera allí en la sinagoga; 29se levantaron, y, echándolo fuera de la ciudad, lo ' llevaron hasta la cima del monte, sobre la cual estaba edificada su ciudad, para despeñarlo . 30Pero El pasó por en medio de ellos y se fue. 31y bajó a C~farnaum , ciudad de Galilea. Y les ense­ñaba los días de sábado. 32y estaban poseídos de admira­ción por su enseñanza, porque su palabra era llena de autoridad. 33Había en la sinagoga UN HOMBRE QUE TE­NIA EL ESPIRITU DE UN DEMONIO INMUNDO, Y gritó con voz muy fuerte: 34" ¡Ea! ,¿qué tenemos que ver conti­go, Jesús de Nazaret? ¿fIas venido para perdernos? Ya sé quién eres Tú: el Santo de Dios". '3Sy Jesú's le increpó di­ciendo: "¡Cállate y sal de él! " Y el demonio, salió de él, derribá!ldolo al suelo en medio de ellos, aunqu~ sin hacer­le daño. 36y todos se llenaron de estupor, y se decían unos a otros: "¿Qué palabra es esta que con imperio y fuerza manda a los espíritus inmundos, y salen? " 37y su fama se extendió por todos los alrededores. 38Levantóse de la sinagoga y entró en casa de Simón. LA SUEGRA DE SIMON padecía de una fiebre grande , y le rogaron por ella. 39Inclinándose sobre ella increpó a la fiebre , y ésta la dejó : al instante se levantó ella y se puso a atenderlos. 31. Es la segunda vez que J esús se ve obligado a emigrar; la primera vez de Belén a Egipto , cuando lo persigu ió Herodes. 31 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 40 A la puesta del sol, todos los que tenían enfermo , cualquiera que fuese su mal, se los trajeron y El impo­nía las manos sobre-cada uno de ellos, y los sanaba. 41 Sa­lían también los demonios de muchos, gritando y dicien ­do: " ¡Tú eres el Hijo de Dios! " Y Ellos reprendía y no los dejaba hablar, porque sabían que El era el Cristo. 42Cuando se hizo de día, s:rl.ió y se fue a un lugar desierto. Mas las muchedumbres que se pusieron en su busca, lo encontraron y lo retenían para que no las deja­se. 43Pero El les dijo: "Es necesario que Yo lleve también a otras ciudades la BuenaNueva~ del Reino de-Dios, porque para eso he sido enviado". 44y anduvo predicando por b.s sinagogas de Judea. . 41. Jesús no quiere apoyarse e<n el testimonio de los demo­nios, que sirven a la mentira, aunque alguna vez digan la verdad. 32 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Capítulo V Jesús en la barca de Pedro. Primera pesca mil.agrosa. Curación de un leproso y de' un paralítico . Vocación de Mateo . Parábolas del remiendo y de los odres. 1 Y sucedió que la muchedumbre se agolpaba sobre El para oír la palabra de Dios, estando Jesús de pie junto al lago de Genesaret. 2y viendo dos barcas amarradas a la orilla del lago, cuyos pescadores habían bajado de ellas, y lavaban sus redes, 3su~ió en una de ellas, la QUE ERA DE SIMON, y rogó a éste que la apartara un poco de la tierra. Y sentado, enseñaba desde la barca a la muche­dumbre. 4Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Guía adelante, hacía lo profundo, y echad las redes para pes­car". sRespondióle Simón y dijo: "Maestro, toda la noche estuvimos bregando y no . pescamos nada, pero, sobre tu palabra echaré las redes". 6Lo hicieron, y tomaron , una gran cantidad de peces. Pero sus redes se rompian. 7En­tonces hicieron señas a los compañeros de la otra ~arca, para que viniesen a ayudarles. Vinieron , y se llenaron ambas barcas, a tal punto que se hundían. 8Visto lo cual, imón Pedro se echó a los pies de J esús, y le dijo: " ¡Aléja­te de mí Señor, porque yo soy un pecador! ". 9Es que el estupor se había apoderado de él y de todos sus compa­fleros, por la pesca que habían,hecho juntos; IOy lo mismo 3. Simón es el nombre priinitiyo de San Pedro antes de su \'OC,H ión. 33 3- ,1. EVANGELIO DE SAN LUCAS Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. d Jacobo y Juan , hijo de Zebedeo. que eran c n o i de Pedro. Y J e ú dij o a imón : "No tema '; de d ah ra pe cará hombre ". 11 Ll evaron la barcas a tierra, y dejan ­do todo, se fueron con El. 12Encontrándose El en cierta ciudad , prese nt ó e U HOMBRE CUBIERTO DE LEPRA. Al ver aJe ús e po tró rostro en tierra, y le hizo esta oración: 'Señor, i Tú lo quieres, puedes limpiarme-". 13 Alargando la mano, lo tocó y dijo: " Quiero ser limpiado". y al punto se le fue la lepra. 14y le encargó que no lo dijera a nadie , sino (le dijo ): " Muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que prescribió Moisés para testimonio a eUos" . ISy difun­diéndose !!lás y más la f~ma _de El, las muchedumbt;es afluían en gran número para oírle y hacerse curar de sus enfermedades; 16pero El se retiraba a los lugares soli­tarios para hacer oración. 17Un día estab"l ocupado en enseñar, y unos fariseos y maestros de la Ley, estaban ahí sentados, habiendo ve­nido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea así como de Jerusalén; y el poder del Señor le impelía a sanar. 1!1y sucedió que unos hombres, que traían postrado sobre un lecho UN PARALITICO, trataban de ponerlo dentro y colocarlo delante de El. 19y como no lograban introdu­cirlo a causa de "la 'apretura de gentes, subieron so­bre el techo y por entre las tejas bajaron al enfermo, con la camilla, en medio (de todos), frente a Jesús. 2°Vien_ do la fe de ellos, dijo "Hombre, tus pecados te son perdo­nados". 21Comenzaron entonces los escribas y los fariseos a pensar: "¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién l~ . Para volver a p asar por limpio, todo leproso tenía que presentarse al sacerdot e que , haciendo el rito correspondiente , aceptaba el sacrificio prescrito por la Ley . 34 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. puede perdonar pecados sino solo Dios? " . 22Mas Jesús, conociendo bien los pensamientos de eUos, respondióles diciendo: 23" ¿ Qué estáis pensando en vuestro corazón? ¿Qué es más fácil decir: 'Tus pecados te son perdona­dos', o decir: 'Levántate y anda? '. 24 ¡Y bien! , para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra potestad de perdonar pecados dijo al paralítico- 'A ti te digo: Levántate, tóma tu camilla y ve a tu casa"'. 25 Al punto se levantó, a la vista de ellos, tomó el lecho sobre el cual había estado acostado, y se fue a su casa glorificando a Dios. 26y todos quedaron sobrecogidos de asombro y glo­rificaban a Dios; y penetrados de temor decían : "Hemos visto hoy cosas paradójicas". 27Después de esto se fue, y fijándose en UN PUBLI­CANO LLAMADO LEVI, que estaba en la recaudación de los tributos, le dijo: "Sígueme". 211y éste, dejándolo todo, se levantó y le siguió. 29 Ahora bien, Leví le ofreció un gran festín en su casa, y había allí un grupo numero­so de PUBLICANOS y otras personas que estaban a la mesa con ellos; 30y los fariseos y los escribas de entre ellos se pusieron a murmurar contra los discípulos de Jesús y decían: "¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y los pecadores? " 31Respondió Jesús y les dijo: "No necesitan médicos los sanos, sino los enfermos. 43yo no he venido para convidar al arrepentimiento a los justos, sino a los pecadores" . 33Entonces le dijeron: "LOS DISCIPULOS DE JUAN ayunan con frecuencia y hacen súplicas, e igualmente los 24. Aqu í, por primera vez , manifiesta J esús su divinidad pe r­do nando pe adoso "¿Quién puede perd onar pecad os ,' sino solo Dios?" (v. 21) . ., . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. de lo fari eo , pero lo tuyo comen y bcb n" . J4Ma J - ú le dijo: "¿Podéí hacer ayunar a lo compañero d I e po o , mientras está con ello el e po o? 3SUn tiemp vendrá en que el esposo les erá quitado : entonce , en aquellos días ayunarán " . 36y les dijo también una pará­bola: " Nadie corta un pedazo de un ve tido nuevo para ponerlo (de remiendo) a un vestido vieje pue i lo hace , no solo romperá el nuevo, sino que el pedazo cortado al nuevo no andará bien con el víejo. 37Nadie, tampoco , echa vino nuevo en cueros viejos; pues procediendo así, el vino nuevo hará reventar: los cueros, y se derramará, y los cueros se perderán. 3"lISino que el vino nuevo ha de echarse en cueros nuevos. 39y nadie que bebe de lo viejo quiere luego de lo nuevo, porque dice: el viejo es excelente", 34. El "esposo" es Jesucristo, los "compañeros'. son los Após­tole. s. 36 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Capítulo VI Jesús, dueño del sábado. El hombre de la mano seca. Elección de los Apóstoles. Las Bienaventuranzas. El amor al enemigo. La regla áurea de la caridad. Contra la hipocresía. ¿Cómo discernir entre buenos y malos? Parábola de las dos casas ·Un día sabático iba El pasando a través de unos sem­brados, y sus DlSCIPULOS ARRANCABAN ESPIGAS Y las comían , después de estregarlas entre las manos. 2Enton­ces algunos de los fari seos dijeron: " ¿Por qué hacéis lo que no es lícito hacer en sábado? " 3Jesús les respondió y dijo: " ¿ No habéis leído siquiera lo que hizo David cuando tuvie­ron hambre, él y los que le acompañaban; 4cómo entró en la casa de Dios, y tomando los panes-de la proposición, que no pueden comer sino los sacerdotes, comió y dio a sus compañeros? " Sy díjoles: "El Hijo del hombre es Señor aun del sábado". 60tro día sabático, entró en la sinagoga para enseñar, y había allí UN HOMBRE CUYA MANO DERECHA ES­TABA SECA. 7Los escribas y los fariseos lo acechaban, pa­ra ver si sanaría en sábado, y hallar así la acusación contra El. IIpero El conocía los pensamientos de ellos, y dijo al hombre que tenía la mano seca: "¡Levántate y ponte de pie en medio! "Y éste se levantó y permaneció de pie . 9 En­tonces Jesús les dijo: "Os pregunto: ¿Es lícito en sábado hacer el bien o hacer el mal , salvar una vida o dejarla 37 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. perder? " IOy habiéndolo mirado a todo en derredor. dijo al hombre: "Extiende tu mano' y él lo hizo y u mano fue restablecida. IIPero ellos se Llenaron de furor y e pu­sieron a discutir unos con otros qué harían contra J ú. 12Por aquellos días se salió a la montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. 13Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y de entre ellos ELIGIO A DOCE, a los que dio también el nombre de Apóstoles: 14a Simón, a quien también lJamó Pedro; y Andrés, el herma­no de éste'; y a Jacobo y Juan; y a Felipe y Bartolomé; 15y a Mateo y Tomás; y a Jacobo (hijo) de Alfeo, y Simón llamado el celoso; 1\ a Judas de Jacobo, ya Judas Iscario­te, el que llegó a ser traidor. 17Con éstos descendió y se estuvo en pie EN UN LUGAR LLANO, donde había un gran número de sus discípulos y una gran muchedumbre , del pueblo de toda la Judea y de Jerusalén, y de la costa de Tiro y de Sidón, 18105 cuales habían venido a oírlo y a que los sanara de sus enfermedades; y también los atormen­tados de espíritus inmundos eran sanados. 19y toda la gen­te quería tocarlo, porque de El salía virtud y sanaDa a todos. 2°Entonces, alzando los ojos dijo, dirigiéndose a sus dis­cípulos: "DICHOSOS los que sois pobres, porque es vues­tro el reino de Dios. 21DICHOSOS los que estáis hambrien­tos ahora, porque' os hartaréis. DICHOSOS los que lloráis ahora, porque reiréis. 220ICHOSOS sois cuando os odiaren los hombres, os excluyeren, os insultaren, proscribieren vuestro nombre, como pernicioso, por causa del Hijo del hombre. 23 Alegraos entonces y brincad de gozo, pues sabed 12. Con su ejemplo enseña Jesús como con su palabra, a orar "en todo tiempo" (Luc. 21, 36), especialmente antes de empren­der cosas de importancia. 38 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. que vuestra recompensa es mucha en el cielo. Porque de la misma manera trataron sus padres a los profetas". 24"MAS, ¡AY DE VOSOTROS RICOS! , porque ya reci­bísteis vuestro consuelo. 25 ¡Ay de vosotros los que ahora estáis hartos! , porque padeceréis hambre. ¡Ay de los que reís ahora ( , porque lloraréis de dolor. 26 ¡Ay cuando digan bien de vosotros todos los hombres! porque lo mismo hi­cieron sus padres con los falsos profetas". 2? "A vosotros, empero, que me escucháis, os digo: AMAD A VUESTROS ENEMIGOS, haced bien a los que os odian; 28bendecid. a los que os maldicen; rogad por los que os calumnian. 29 A quien te abofetee en la mejilla, presénta­le la otra; y al que te quite el manto, no le impidas tomar también la túnica. 30Da a todo el que te pida; y a quien tome lo tuyo, no se lo reclames. 31 Y según queréis que hagan los hombres con vosotros, así haced vosotros con ellos. 32Si amáis a los que os aman, ¿qué favor merecéis con ello? También los pecadores aman a los que los aman a ellos. 33y si hacéis bien a quienes os lo hacen, ¿qué favor merecéis con ello? También los pecadores hacen lo mis­mo. 34y si prestáis a aquéllos de quie'nes esperáis restitu­ción, ¿qué favor mereceis'con ello? Los pecadores también prestan a los pecadores, para recibir el equivalente. 35VO_ sotros, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada en retorno, y vuestJa recompensa será grande, y seréis 10's hijos del Altísimo: de El, que es bueno con los desagradecidos y malos". ' 2 7. Como se ve, el amor al enemigo no consiste en el simple hecho de renunciar a la venganza, sino más bien en un acto po­sit vo de perdón y benevolencia. 35. Estas term inantes expresiones de la voluntad divina mues­tnn ( 'Í 1 por encima está 11 ley cristiana, de la justida o equili­brio SI l¡llemente jurídico tal como J.o conciben los hombres. :39 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 36"SED MISERICORDIOSOS COMO ES MISERICOR­DIOSO VUESTRO PADRE. 37No juzguéis, y no seréis juz-gados; no condenéis, y no seréis condenados; absolved, y se os absolverá. 3sDad, y se os dará: una medida buena y apretada y remecida y rebosante se os volcará en el seno; porque con la medida con que medís se os medirá". 39Les dijo también una parábola: "¿PUEDE ACASO UN CIEGO GUIAR A OTRO CIEGO? ¿No caerán los dos en algún hoyo? 4°No es el discípulo superior al maestro sino que todo discípulo cuando llegue a ser perfecto será como su maestro. 41 ¿Cómo es que ves la pajuela que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que está en tu propio ojo? 42 ¿Cómo puedes decir a tu hermano: 'Hermano, déjame que te saque la pajuela de "tu ojo', tú que no ves la viga en el tuyo? Hipócrita , quita primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver bien para sacar la pajuela del ojo de tu hermano". 43"Pues no hay árbol sano que dé frutos podridos, ni hay, a la inversa, árbol podrido que dé frutos sanos. 44Por_ que CADA ARBOL SE CONOCE POR EL FRUTO QUE DA; no se recogen higos de los espinos, ni de un abrojo se vendimian uvas. 4sEl hombre bueno saca el bien del buen tesoro que tiene en su corazón; mas el hombre malo de su propia maldad saca el mal porque la boca habla de lo que rebosa en el corazón". 37. "Absolver" es más amplio aún que "perdonar" los agra­vios propios. Es disculpar todas las faltas ajenas, es no verlas, omo dice el v. 41. . 41. s. Jesucristo nos muestra aquí que, en cuanto pretendemos juzgar a nuestro préjimo, caemos, no solo en la falta de ca¡idad, sino también en la ceguera porque una viga cubre entonces nues­tros ojos, impidiéndonos juzgar rectamente. 41 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 46« ¿Por qué me Uamáis : ' eñor, eñor', j no hacéi lo que Yo digo? 47yo o mo traré a quién e parece t do el que viene a Mí, y oye mis palabras y LAS PONE E PRACTICA. 4!1Se asemeja a un hombre que para con truír una casa, cavó profundamente y puso los cimiento obre la roca; cuando vino la creciente, el río dio con ímpetu contra aquella casa mas no pudo moverla, porque e taba bien edificada. 49Pero, el que (las) oye y no (las) pone por obra, es semejante a un hombre que construyó su casa sobre el suelo mismo, sin cimientos; el río se precipitó sobre ella, y al punto se derrumbó, y fue grande la ruina de aquella casa", < 47. ss. La fe firme, que nunca vacila, es la que se apoya sobre las Palabras de Jesús como sobre una roca que resiste a las tormentas. 42 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Capítulo VII Jesús admira la fe del centurión y resucita al joven de Naím. Señales de la llegada del Mesías. Jesús elogia a su Precursor. Parábola de los mnos caprichosos. La Pecadora perdonada. 'Después que hubo acabado de decir al pueblo todas estas enseñanzas, volvió a entrar en Cafarnaum, 2y suce­dió que UN CENTURION TENIA UN SERVIDOR EN­FERMO a punto de morir, y que le era de mucha estima. 3Habiendo oído hablar de Jesús, envió a El a algunos ancia­nos de los judíos, para rogarle que viniese a sanar a su servidor. 4Presentáronse eUos a Jesús, y le rogaron con in­sistencia, diciendo: "Merece que se lo concedas, 5porque quiere bien a nuestra nación, y él fue quien nos edificó la sinagoga". 6y Jesús se fue con ellos. No estaba ya lejos de la casa, cuando el centurión envió unos amigos para decir­le: " Señor, no te des esta molestia, porque yo no soy dig­no de que Tú entres bajo mi techo; 7por eso no me atreví a ir a Ti en persona; mas dilo con tu palabra, y sea sano mi criado. IIPues también yo, que soy un subordinado, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: 'Anda', y va; y al otro: 'Ven', y viene; y a mi siervo: 'Haz esto', y lo ha­ce". 9Jesús, al oírlo, se admiró de él; y, volviéndose , dijo a la gente que le seguía: "Os digo que en Israel no hallé 43 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. fe tan grande". IOy lo enviado de vuelta a la casa halla ­ron san o al ervidor. 11 Después se encaminó a una ciudad llamada NAIM; iban con El sus discípulos y una gran muchedumbre de pueblo. 12A] llegar a la puerta de la ciudad, he ahí que era llevado fuera un difunto, hijo único de su madre la cual era viuda, y venía con ella mucha gente de la ciudad. 13 Al verla, el Señor, movido de misericordia hacia ella, le dijo: "No llores". 14y se acercó y tocó el féretro, y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces dijo: "Muchacho, Yo te digo: ¡Levántate!" 15y el (que había estado) muerto se incorporó y se puso a hablar. y lo devolvió a la madre. 16Por lo cual todos quedaron poseídos de temor, y glorifi­caron a Dios, diciendo: "Un gran profeta se ha levantado entre nosotros", y: "Dios ha visitado a su pueblo". 17Esta fama referente a su persona se difundió por toda la Judea y por toda la comarca circunvecina. 18Los discípulos de Juan le informaron de todas estas cosas. Entonces, JUAN, LLAMANDO A DOS DE SUS DIS­CIPULOS, 19ENVIOLOS A DECIR al Señor: "¿Eres Tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro? " 20y llegados a El estos hombres, le dijeron: "Juan el Bautista nos en­vió a preguntarte: ¿Eres Tú el que ha de venir, o debe­mos esperar a otro? '~ 21 En aquella hora sano Jesús a mu­chos, de enfermedades y plagas y de malos espíritus, y con­cedió la vista a muchos ciegos. 22Les respondió entonces, y dijo: "Volved y anunciad a Juan lo que acabáis de ver y oír: ciegos ven, cojos andan, leprosos son limpiados, sor­dos oyen, muertos resucitan, y a pobres se les anuncia la Buena Nueva. 23 ¡ Y bienaventurado el que no se escan­dalizare de Mí! " 11. Naín, pequeña ciudad situada en la parte sur de Galilea. 44 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 24y cuando los enviados de Juan hubieron partido, se puso El a decir a la multitud ACERCA DE JUAN: "¿ Qué salísteis a ver en el desierto? ¿Acaso una caña sacudida por el viento? 25y si no ¿qué salísteis a ver? ¿A un hom­bre lujosamente vestido? Los que llevan vestidos lujosos y viven en delicias están en los palacios. 26Entonces, ¿qué salísteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que pro­feta. 27Este es aquel de quien está escrito: 'Mira que Yo envío mi mensajero ante tu faz que irá delante de Ti para barrerte el camino'. 2!10S digo, no hay, entre los hijos de mujer, más grande que Juan; pero el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él; 29porque todo el pue­blo que lo escuchó (a Juan), y aun los publicanos recono­cieron la justicia de Dios, recibiendo el bautismo de él. 30Pero los fariseos y los doctores de la Ley frustraron los designios de Dios para con ellos, al no dejarse bautizar por Juan". 31" ¿Con quién podré comparar a hombres de este géne­ro? 32Son semejantes A ESOS MUCHACHOS que, senta­dos en la plaza, cantan unos a otros aquello de: 'Os toca­mos la flauta, y no danzásteis; entonamos lamentaciones, y no lIorásteis:. 33Porque vino Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y vosotros decís: 'Está endemoniado'. 28. Juan Bautista es el más grande de los profetas de la Anti­gua Alianza. Los verdaderos hijos de la Iglesia son superiores a él, siempre que tengan esa fe viva cuya falta tanto reprochaba Jesús a los mismos Apóstoles; pues siendo de hecho hijos de Dios por esa fe Uuan 1, 12) pertenecen al Cuerpo de Cristo. 32. Alusión a un juego de njños. Jesús desenmascara la mala fe de los fariseos que, censurándolo a El como falto de auste­ridad y amigo de pecadores, habían rechazado también al Bau­tista que predicaba la penitencia. 45 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 34Ha venido J Hijo del h mbr ,que me b b , , de - í : ' un hombre glotón borracho, amigo de publican pe cadore '. 35Ma la abiduría ha quedado ju tifi ada por todo u hijo " . 36UNO DE LOS FARISEOS LE ROGO QUE FU E A OM R CON EL; Y habiendo entrado (Jesú ) en la ca a del fari eo se puso a la mesa. 37Entonces, una mujer de la ciudad , que era pecadora, al saber que Jesús e encontra­ba reclinado a la mesa en casa del fariseo, tomó consigo un vaso de alabastro y un ungüento; 311y , colocándose de­trás de El , a sus pies, y llorando, con sus lágrimas bañaba sus pies, y los enjugaba con su cabellera; los llenaba de be­sos y los ungía con el ungüento. 39Viendo lo cual, el fari­seo que lo había convidado dijo para sus adentros: "Si Este fuera profeta, ya sabría quién y de qué clase es la mujer que lo está tocando, que es una pecadora". 40Entonces Jesús, respondiendo (a sus pensamientos), le dijo: "Si ­món: tengo algo ,que decirte". y él: "Dilo Maestro". 41y dijo: "Un acreedor tenía dos deudores: el uno le de­bía quinientos denarios, el otro cincuenta. 42Como no tu­viesen con qué pagar, les perdonó a los dos, ¿Cuál de ellos lo amará más? ". 43Simón respondió diciendo: "Su­pongo que aquél a quién más ha perdonado". El le dijo: "Bien juzgaste". 44y volviéndose hacia la mujer, dijo a Si­món: "¿ Ves a esta mujer? Vine a tu casa, y tú no vertiste agua sobre mis pies; mas ésta ha regado mis pies con sus lágrimas y los ha enjugado con sus cabellos. 45Tú no me diste el ósculo; mas ella, desde que entró, no ha cesado 37 s. ¡Qué profundo a rrepentimiento el de esa mujer, que no tcmiendo las consecuencias , penetra en una casa ajena para exteri orizar de tal modo su confesión! Tan grande como el arre­pentimiento era e l p erdó n, y el amor que d e éste procedía sc­gún el v. 47 . 4G Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. de besar mis pies. 46Tú no ungiste con óleo mi cabeza; ella ha ungido mis pies con ung