Historia de Santa Marta y Nuevo Reino de Granada - Libro Tercero

En el tercero libro se escribe como el general Ximenez de Quesada, desde el valle de la Grita, prosiguió el descubrimiento de la tierra y provincia del Nuevo Reyno de Granada, y entrando por la provincia de Bogotá, la vieron y anduvieron, y de alli fueron en demanda de las minas donde se sacan las p...

Full description

Bibliographic Details
Main Author: Aguado, Pedro de, Fray, 1503-1590
Format: Book Part
Language:Spanish
Published: Madrid: Tip. de Jaime Ratés 1916
Subjects:
Ora
Nes
Aun
Bol
Obo
Online Access:http://babel.banrepcultural.org/cdm/ref/collection/p17054coll10/id/2440
Description
Summary:En el tercero libro se escribe como el general Ximenez de Quesada, desde el valle de la Grita, prosiguió el descubrimiento de la tierra y provincia del Nuevo Reyno de Granada, y entrando por la provincia de Bogotá, la vieron y anduvieron, y de alli fueron en demanda de las minas donde se sacan las piedras esmeraldas; donde tuvieron noticia del Cazique y Señor de aquella provincia, llamada Tunja, al cual prendieron y tomaron todas sus riquezas, y después de pasados algunos días, en los cuales sucedieron algunas guerras de indios y guacabaras, y haber muerto el señor de Bogotá, y haber intentado diversas veces salirse de la tierra del Reyno, se volvieron a la provincia de Bogotá, donde poblaron la ciudad de Santa Fe, y como yendo el General a España, se volvió del camino por la noticia que le dieron de la casa del sol, en la cual decían haber grandes riquezas. Título con la ortografía original de la época. - Capítulo primero. - Capítulo segundo. - Capítulo tercero. - Capítulo cuarto. - Capítulo quinto. - Capítulo sexto. - Capítulo séptimo. - Capítulo octavo. - Capitulo noveno. - Capítulo décimo. - Capítulo undécimo. - Capítulo duodécimo. - Capítulo decimotercero. - Capítulo decimocuarto. \ . LIBRO TERCERO EN BLTEB.'rtRO LIBRO BB B80R1BB OOMO BL &BHBBAL XlMBNBZ DE QUESADA, DH8DB BL VALLE DB LaG.UTA, PROSIGUIÓ BL DBSCÜBR.MIKNTÜ DB LA TIERRA Y PROU1NOIA DBL NüBBO Bl*- no de Granada, y entrando por la prouincia de Booota, LA VIERON Y ANDTJU1BRON, Y DB ALLÍ FDBRON BN DEMANDA DB LAS MINAS DONDE BB SACAN .AS PIBDEA8 ESMERALDAS: DONDE TOOIBRON NOTICIA DEL CAZIQUB Y SeÑOR DE AQUELLA PROUINCIA, LLAMADO TüNJA, AL OJJAL PRENDIERON Y TOMA-RON TODAS SUS RIQUEZAS, Y DESPUÉS DE PASADOS ALGUNOS DÍAS BN LOS CUALES SUBCEDIERON ALGUNAS GUERRAS DH IN-DIOS Y GUACABARA8, Y AUER MUERTO EL SEÑOR DE BOGOTÁ, Y AUER INTENTADO D1UBRSAS VEZES SALIRSE DB LA TIERRA DEL Rbyno, se boluieron a la prouincia de Bogotá, donde po-blaron LA CIBDAÜ DE SANCTA FeE, Y COMO YENDO EL GfiNB; ral a España, seboluio del camino por la noticia que LE DIERON DE LA CASA DEL SOL, EN LA QUAL DBgiAN AOBR GRANDES RIQUEZAS (1). CAPITULO PRIMERO en el qual se escribe la differencia y altura que de la Cibdad de Sancta Marta al Nuebo Rey no de Granada ay, y como los na turales del valle de la Grita tomaron las armas, y vinieron sobre los españoles y fueron rebatidos, los quales, Uniendo puesto cierta manera de cerco sobre los españoles, fueron ahu-yentados con solo la vista de algunos caballos, que sueltos se fueron hacia su aloxamiento. Según en el precedente Libro queda escrito, emos tratado largo los infortunios que para llegar al pre- (1) Este encabezamiento del Libro tercero está, en la edi-ción de Bogotá, al final del capitulo anterior, y como si formase parte de él. *J30 HISTORIA DK SANTA MARTA senté puerto (1), como a principio de nueba tierra, pasaron el general Ximenez de Q.uesada y sus Capi-tanes y soldados, y para mas claridad, asi de lo que queda dicho como de lo que de aqui adelante dire-mos y trataremos, es de saber que esta tierra rasa, que al presente tienen por delante estos españoles, esta puesta en cinco grados de equinocial y dende abaxo, y que la Cibdad de Sancta Marta, de donde abra vn año que partieron, esta en poco mas de once grados, y que en todo este tiempo que caminaron fue subir y trepar hazia arriba, llegándose a la linea a to-mar la cumbre y altura de las Cordilleras y sienas donde manan y salen y están puestas las fuentes y nas-cimientos del rio grande de la Magdalena, que, como he dicho, por su gran altura están fixadas en los gra-dos que he referido, y desto da testimonio la frialdad y destemplanza de toda la mas de la prouincia del Nuebo Reyno. donde habitan las gentes y naturales llamados Mooccas y Laches, y parte de los Chitarenos, que son los de las prouineias de Pamplona, cuya re-gión es muy fria, por lo qual la conquista que al pre-sente se les ofresce a estos españoles, es muy diffe-rente de la pasada, quanto en muchas cosas las cali-dades de las tierras y naturales dellas difieren, y asi, aunque la larga esperiencia de los pasados subcessos tenia amaestrados a los mas de los Capitanes y sol-dados viejos en las cosas de la guerra, al presente se hallauan perplexos en lo que debian hazer y en el modo y orden que debian tener para seguir y prinej- (1) En Bogotá: puesto. y HUEVO RBIHO DE <;k \n \i»\ 231 piar la nueba conquista que la fortuna les ofrescia y ponia en las manos, por no auer conoscido de todo punto que gente era la que en aquesta tierra ;uiia, ni hasta donde llegaban sus brios y ánimos, ni el ge-nero de armas de que vsaban, hasta que después de rrancheados o aloxados en el valle de la Grita con prosu[niesto de descansar alli algunos dias, y refor-mar asi sus personas como sus jumentos y caballos de las hambres y trabajos que en el atrauesar las sierras de Opon auian tenido. Los naturales del valle de la Grita, y otros a ellos comarcanos, admirados de la nueba manera de gen-tes que por sus tierras tan atreuidamente se entra-ban, apoderándose de sus casas y labranzas y hacien-das, se congregaron con designio de estorualles el paso, y si pudiesen, hazelles boluer atrás; y tomando las armas en la mano, que eran dardos pequeños de palma, tostados al fuego, cuyas heridas suelen ser poncoñosas, y vnas flechas largas que se tiran con ciertos amientos que los proprios naturales llaman qitesque,y algunas lancas largas de a veynte palmos y mas, y otro genero de armas llamadas macanas, que son también de palma, y les siruen de espadas, para quando llegan a rromper y juntarse pie a pie, las quales son de largor de vna espada de mano y me-dia y otras mayores, y otras menores, de hanchor de una mano y mas y menos, y por los lados delgadas, y afiladas, y que con ellas suelen cortar y aun des-quartizar vn indio, se vinieron muy gran quantidad destos barbaros a acometer y tentar las fuerzas a nuestros españoles, y arremetiendo con buen animo. 232 HISTORIA DE SANTA MARTA ceso su furia al mejor tiempo, porque como los es-pañoles, caualgando en sus caballos, saliesen a los indios a rrescebir en el camino el Ímpetu que trayan, no siguiendo la opinión que Qesar reprouo en Pom-peyo quando en los campos de Pharsalia, estándose quedos los Pompeianos en sus esquadrones, rescribie-ron el Ímpetu de los de Qesar, con que les fue hecho mayor daño, mas espantados los indios de la feroci-dad y grandeza de los caballos y hombres armados que encima iban, que lastimados con sus langas, se retiraron, y boluiendo las espaldas, llenas de grandis-t- imo temor y dexado el acometimiento que iban a ha-zor, y alexandose algo de los españoles, se pusieron en los lugares mas altos, donde a manera de cerco se estuuieron algunos dias intentando rústicos modos de acometer y guerear, pretendiendo con sus ñacas armas y débiles ánimos, ver ol cabo y ruyna de los enemigos; pero para frustar de todo punto la baruara determinación desta canalla y su rustica obstinación, no fue menester el valor y fuerza de los soldados y Capitanes, sino sola la vista de algunos caballos que sueltos hazia sus aloxamientos vieron ir; porque como vna noche algunas yeguas que en el campo se llebauan se juntasen con los caballos y fuesen moui-dos por su natural y bruto accidente, a querer tener exceso con ellas, huyendo las yeguas de los caballos, y los caballos siguiéndolas, fueron a meterse por los aloxamientos y rancherías de los indios, los quales espantados de ver tan grandes animales, creyendo que por mano de los españoles eran embiados a que los comiesen y despedacasen, comenzáronse a al boro- Y NUEVO REINO DK GtBANADA tar, y llenos de villano temor y miedo, comenzaron ciegamente a huyr por donde y como podían, des-amparando sus aloxamientos con todo lo que en ellos tenían. El General y sus españoles, oyendo la voceria do los indios, creyeron que se mouian para venir a dar sobre ellos y ponelles en algún aprieto, y asi toma-ron con toda presteza sus armas y se pusieron a pun-to para rescebir los enemigos, si viniesen; pero como la noche pasase, y venido el dia hallasen menos las yoguas y caballos y no viesen a los enemigos en sus aloxamientos, fueron a buscar los españoles sus ju-mentos, los quales hallaron dentro en los proprios aloxamientos y rancherías de los enemigos, de don-de coniecturaron que auia procedido el alboroto toda la noche pasada y el auerse ahuyentado los indios y dexado el cerco que ya auia dias que sobre los espa-ñoles tenían puesto, en el qual tiempo, como he di-cho, acometieron muchas vezes a los españoles y so-lamente les hirieron dos soldados, y siempre queda-uan ellos descompuestos y desordenados. Con la vista destas primeras gentes y modo de guerrear y armas que trayan y ánimos que auian mostrado, coniecturaron muchos soldados viejos el poco daño que podían rescebir si la muchedumbre de las gentes y naturales no los descomponía, y asi su General determino pasar adelante en demanda del pueblo o laguna donde la sal se hazia, y para guia y lumbre de su demanda tenían y trayan consigo vn indio, de quien atrás emos hecho mención, llamado Pericón por corrompimiento del vocablo, tomado al 234 MBT. DE 8AHTA MARTA Y NUEVO KEINO DE (¡RANADA principio de las sierras de Opon, que por señas les auia dado relación de como era natural de la prouin- *;ia de Bogotá, y como auia estado y sabia donde la sal se hacia, y por señas les daba a entender y degia como en aquella tierra a donde iban auia muy mu-chos indios y grandes señores, significando por mu-chas maneras y señales sus riquezas y grandezas, y otras cosas que daban mucho contento con el oyllas; y después que en el valle de la Grita estuuieron. la dispusicion de la tierra y el principio della, que era el valle donde estauan, y los muchos caminos que por muchas partes atrauesaban, las grandes humaredas, (pie de muy lexos se vejan, que daban clara señal de grandes poblaciones, paresciole al General y a los demás que todas estas señales y coniecturas eran principio de lo que el indio les auia dicho, y asi man-do apercebir toda su gente para pasar adelante, la qual era a esta sazón bien pocos porque de quasi se-tecientos hombres que saco de Sancta Marta, sola-mente metió en este valle de la Grita ciento y setenta hombres, que fue harta perdida y destruyeron de es-pañoles; y todos los demás fueron consumidos con las calamidades y enfermedades atrás referidas. CAPITULO SEGUNDO en el qual se escribe como el general Ximenez de Quesada salió con su gente del valle de la Grita y entro por la tierra del Nuebo Rey no adelante, por muchas poblaciones, hasta llegar al pueblo de Sanct Gregorio, con todo lo que con los naturales deste pueblo les subcedio. Del valle de la Grita salió el General con su gente en buena orden y concierto puesta, y camino por donde la guia lo lleuaba, pasando por diuersas po-blaciones de naturales, que a vna y a otra parte del camino quedaban todos, sin osar tomar armas en las manos ni resistir el paso y camino, porque como de la gente y naturales del valle de la Grita auian teni-do noticia del valor y constancia que los nuestros auian tenido en guerrear, no curaban de salir a pro-bar su fortuna. El Genera], viendo que auia entrado en tierra muy poblada, se aloxo en vn pequeño valle con su gente; y de alli embio a los capitanes Sanct Martin y Lázaro Fonte con gente que pasaron adelante, descubriendo y dándole noticia y auiso de las poblaciones y dispu-sieron de tierra que por delante licuaban. El capi-tán Sanct Martin camino giertas jornadas por tierra muy poblada, hasta que llego a un valle que fue di-cho y llamado el valle de Sanct Martin, que entiendo 236 HISTORIA DE SANTA MARTA ser el que agora dicen de Chipata, en cuya prouincia esta poblada la Cibdad de Velez, el qual desde alli erabio auiso al General que atrás quedaua, diciendo que no debía andar la gente diuidida en tierra tan poblada y abundante de naturales. El General luego marcho con el resto de la gente, y llego adonde Sanct Martin estaua, en el qual valle descanso ocho dias con su gente, porque auia en el gran abundan-cia de comidas, de las que los indios en aquella tie-rra vsan para su sustento, que es maiz, turmas, frisó-les, y otras rayzes y legumbres que entre ellos son muy preciadas, y al cabo destos dias, sin que los in-dios mouiesen sus armas contra los españoles, ni les hiciesen ningún daño, caminaron adelante, y llega-ron a vn pueblo que fue llamado el pueblo de Sanct Gregorio, por auer llegado alli el dia de Sanct Gre-gorio, cuyo nombre es, y en lengua de los naturales Guacheta. La ceguedad e ignorancia destas gentes era tan grande, y ellos estaua n tan metidos en el error y peccado de la idolatría y de adorar y respectar tanta diuersidad de simulachros y dioses imaginados por ellos, y hechos por sus proprias manos, que verda-deramente quisieron también tener por tales a los españoles, y aun afirmatiuamente con obstinación, cierto tiempo creyeron y los tuuieron en reputación de hijos del sol, a quien ellos tenian y adorauan por su principal Dios, al qual tenian dedicados templos en que ofrescian y hacían sus sacrificios de humanas criaturas, oro, esmeraldas, mantas y otras cosas. Pues de tener en la imaginación los indios, como he dicho, <\ NUEVO RE1KO DE GRAVADA 237 que los españoles eran hijos del sol, vinieron a llama líos Xua(A);y asi mismo imaginaron que por mandado del sol venían estos sus hijos, a quien ellos tenian por imraortales, a castigallos de sus deméritos y culpa?, a los quales hacían sacrificios como a Dioses y hijos del sol, ofresciendoles por los caminos y poniéndoles en algunas partes dellos, por via de sacrificio, algu-nas mantas y oro y esmeraldas, y junto con esto sau-merios de moque, y otros pestíferos olores, de los quales suelen vsar en sus templos los Sacerdotes o Xeques. El pueblo de Sanct Gregorio esta puesto en vn alto, sobre el qual ay otro alto de peñas que aquellos na-turales tenian quasi como por fuerza o fortaleza, donde se recogieron en la hora que vieron ir mar-chando los españoles por vn llano adelante hacia su pueblo de Guacheta, por el qual llano asi mesmo auia quantidad de mili casas, y los moradores de todas ellas, se recogieron con los del pueblo de Sanct Gre-gorio o Guacheta, al cerro mas alto que. como he di-cho, sobre este pueblo estaua; y como los españoles llegasen al pie de la cuesta del pueblo de Guacheta, paresciole al General que se detuuiesen alli, hasta ver si podía dar a entender a los indios que en lo alto estauan, y de alli muy bien se veyan, por señas que se les hiciesen, pues interprete sufficiente no auia. que no les querían hazer mal ni daño ninguno, sino que procuraban su amistad para su beneficio y bien. Estando detenidos en esto el General y toda la gente, baxaron de lo mas alto cinco indios, y acercándose vn tiro de ballesta de los españoles encendieron lum- 238 HISTORIA DK SANTA ¡MARTA bre y hicieron fuego, con leña que para este effecto trayan, en el proprio camino por donde los españo-les auian de subir, y dexando vn indio viejo que en-tre ellos venia, junto a la lumbre, se retiraron y bol-uieron a su alto, porque ya el General auia mandado que saliesen algunos soldados ligeros, y procurasen tomar aquellos indios para con ellos ver si podían atraher a su amistad a los demás; y visto que los in-dios se auian recogido al alto, el General camino con toda su gente hazia el pueblo, y llegado que fue adonde los indios auian hecho la candela (1), halla-ron el indio sentado junto a ella, al qual el principal de aquel pueblo auia embiado por sacrificio a los es-pañoles, para si lo quisiesen comer, como hijos que eran del sol, porque estos barbaros entre las otras supersticiones que de su religión siguen y tienen, es hazer algunos sacrificios en los templos del sol, de hombres humanos, cuyos cuerpos, después de muer-tos, ponen en muy altos cerros, para que el sol se sustente dellos y los coma, y esta tienen por muy co-mún opinión entre ellos; y quando alguna seca les sobrouiene, dicen que el sol su Dios esta enojado, porque no le proueen de mantenimiento, y asi para aplacar su furor y dalle de comer, y que no retenga las lluuias, le hazen luego muy grandes sacrificios de gente humana, según que también tratare mas par-ticularmente destas cosas en el lugar dicho, y por estas causas, como a hijos de padre que comia carne humana y con ella se aplacaba, embio este bárbaro (1) Bogotá: candelada. Y BTUEVO REINO DE CHANADA a los españoles el indio que junto a la candela halla-ron, al qual el General tomo consigo, y lo subió al pueblo de Sanct Gregorio, donde con toda su gente se aloxo, y procuro dar a entender al indio que por señas le auia dicho como su Cazique o principal lo auia embiado para que lo comiesen, que no comian carne humana ni venían a hazelles ningún daño ni mal, sino a procurar su amistad y communicacion; y estando en esto el General, los indios que en lo alto estauan, corrouorados y fortalecidos, viendo que los españoles no auian muerto al indio que les auian em-biado con vana consideración, paresciendoles que por ser aquel indio viejo y de duras carnes, no lo auian querido comer los españoles, y que asi se abrían ayrado contra ellos con mas furor, comenzaron desde donde estauan a arrojar y hechar por el cerro abaxo criaturas pequeñas y de poca edad, hijos de los pro-prios indios, porque comiendo dellas, como de carne mas tierna, los españoles hijos del sol, fuesen miti-gados de todo punto, si algún furor tenian. Destas criaturas algunas llegauan muertas, y otras aturdidas, y otras viuas, y viendo el General la loca, cruel y bruta determinación y obstinación destos barbaros, aborresciendo de en todo en todo aquel cruel hecho, comenco con sus soldados a dalles vozes y hazelles entender por señas que les hacian, que no hechasen sus hijos, ni los matasen de aquella suerte, que era cosa que el mucho aborrescia, y tanta effica-gia se puso en esto por parte del General, que los in-dios cesaron de arrojar tan barbara y cruelmente sus hijos y muchachos, y conoscieron quanto los es- 240 HISTORIA DE SANTA MARTA pañoles aborrescian y abominaban lo que hacían, y luego soltando el indio viejo con vn bonete colorado y vna camisa que le dio y quentas y otras cosillas, lo embio con las torpes lenguas o interpretes que te-nían a que fuesen a hablar al Cazique e indios de aquel pueblo, que estauan en el peñol, y les dixesen como no comían carne humana, antes procurauan conseruar las vidas de los indios y su amistad, y otras muchas cosas para atrahellos a paz y concordia. El viejo se fue derecho a lo alto con mucha alegría de verse con la vida segura, y las lenguas, no osan-do llegar adonde los indios estauan, les hablaron de bien cerca lo que se les auia mandado, con todo lo qual fueron algún tanto ablandados los indios, y qui-tados de su primer temor; y asi abaxaron quatro in-dios por mandado de su Cazique, con los quales el General hablo mas particularmente, dándoles, aun-que con difflcultad por defecto de los interpretes, a entender lo que pretendía, asi acerca de su bien y conseruacion spiritual como temporal; y dándoles al-gunas dadiuas de cosas de España traydas, los torno a embiar, para que asi su Cazique como toda la demás gente que en aquel fuerte estauan recogidos, se ba-xasen a sus casas y le proueyesen de comidas para su gente. Bueltos los indios a lo alto, sucedió que den-de a poco vn soldado, andando con vn hacho o me-chón de paja encendida, buscando en vn bohyo (1) oro o otras cosas de que aprouechase, pego fuego al bohyo, el qual se empeco a arder con gran riesgo de (1) En Bogotá: bohío ó casa. Y NUEVO REINO DE GRANADA 2 1 1 todos los demás que en aquel pueblo auia, al qual acudieron luego todos los españoles para apagar el fuego, por que de alli no prendiese en los demás, y se quemasen todos; y como los indios desde lo alto vie-sen que los españoles andauan apagando y mitigan-do el fuego, conoscieron mas claramente ser gente que no les pretendía damnificar, y asi ellos baxaron de lo alto en mucha quantidad a ayudar apagar el fuego, porque su pueblo no se quemase, y de aqui comenzaron a tratar amigablemente con los españo-les, y el General les torno a hablar sobre las cosas referidas, y boluiendo algunos dellos adonde su Ca- 1 zique o principal estaua, boluieron luego embiados por el con venados muertos y gran quantidad de maiz y bollos que están hechos del proprio maiz, y otras cosas de comer y mantas de algodón pintadas y blancas, y coloradas, y de otras muchas suertes que los indios desta tierra hacen (porque lana no tie-nen ninguna) y oro, de todo lo qual embio el Cazi-que vn buen presente al General; y luego comenzó toda la gente que en el peñol estaua recogida, a aba-xar y a tratar mas sin temor con los españoles, y de aqui tuuo principio la paz entre los españoles y gen-tes del Nuebo Reyno, y se fue prosiguiendo y dila-tando por todos los pueblos dende en adelante; pero no fue cosa muy turable (1) porque como estos natu-rales sea gente de fee dubdosa y de verdad incierta, después se rebelaron y tomaron las armas contra los españoles, como adelante se dirá. (1) En Bogotá: durable. Tomo I. 16 NOTAS AL CAPITULO SEGUNDO {A) c. quando entraron en aquel Nuevo Reino los cristia-nos fueron rescebidos con grandísimo miedo de toda la gente, tanto que tuvieron por opinión entrellos de que los españoles eran hijos del Sol y de la Luna, a quien ellos adoran, y dicen que tienen sus ayuntamientos como hombre y mujer, y que ellos los habian engendrado y enviado del Cielo a estos sus hijos para castigallos por sus pecados; y ansi llamaron luego a los españo-les Uchies, ques un nombre compuesto de Usa, que en su lengua quiere decir Sol, y de Chiala, Luna, como hijos del Sol y de la Luna». — {Epítome de la conquista del Nuevo Reino de Grana-da.— 1536-1539.) CAPITULO TERCERO en el qual se escriue la salida del General y su gente del pueblo de Sanct Gregorio, llamado de sus moradores Guacheta. Tra-tase aqui la división de la tierra del Nuebo Reyno, y como la poseyan y tenían diuisa entre si y tyrannizada Tunja y Bogo-tá, dos principales y Caziques. El deffecto de no hallarse al presente el general Ximenez de Quesada con expertos y buenos y enten-didos interpretes y lenguas, fue causa de muchos da-ños e inconuinientes que subcedieron, porque aunque los indios venian a tratar de paz y amistad con los españoles, los interpretes que tenian eran tan torpes y bozales en la lengua Castellana, que ni a los espa-ñoles daban ni podian dar enteramente a entender lo que los naturales y principales de la tierra decían, ni por el contrario entendían de todo punto lo que el General pretendía dalles a entender acerca de su ve-nida y entrada en la tierra, y de otras muchas cosas que para la conseruacion y dilatación de la paz gene-ral por toda la prouincia era menester; y asi, mas cie-gamente de lo que yo puedo escrebir ni aun se puede pensar, se metió esta gente española por vna prouin-cia que si como era muy poblada, fuera la gente beli-cosa y contumaz y briosa en seguir la guerra, no pu-dieran dexar de peligrar todos, y ser muertos a no •_' 1 I HISTOBIA L>E SANTA MARTA con breuedad tornarse a salir della; y asi quasi como quien a tiento camina, solamente con la demanda de la sal, con que hasta este paraje auian llegado, pasaron adelante de el pueblo de Sanct Gregorio que ya tam-bién llamaban de la paz, y caminando con buena or-den y recatadamente llegaron al pueblo de lengua Saque, cuyos moradores, por la nueba que ya de atrás tenian del poco mal y daño que los españoles hacjan, los esperaron de paz, solo por ver vna cosa para ellos tan hazañosa y estraña, pues ni la auian visto ni oydo de<;ir a sus mayores, como eran los españoles, gente vestida y blanca, y adornados los rostros con barbas, y aquella grandeza y ferocidad de los caballos, y la ligereza de los perros; que de cada cosa destas ima-ginaban estos barbaros cien mili géneros de vanida-des, porque como estas gentes, demás de ser tan agrestes y de muy baxos y humildes entendimientos, ninguna noticia ni lumbre de fee natural tenian, con la qual ouiesen jamas alcangado auer vn Dios que todas las cosas crio, y estuuiesen tan ciegos en la creencia y religión de sus falsos y vanos dioses, a quien ellos atribuyan vn poder tan limitado, que aun la creación de las cosas que tenian y poseyan, en ge-neral no les atribuyan, admirauanse y con mucha razón de lo que en los españoles y en sus jumentos veian, paresciendoles que ya que en su opinión auian tenido a los españoles por hijos de su Dios el sol, que no podían acabar de coniecturar ni entender, quien ouiese criado los caballos y perros, e inventado las otras cosas que trayan, pues ellos auian carecido y caregian dellas, y si sus Dioses ouieran sido los auc- Y NUEVO REINO DE CHANADA 245 tores de todo esto, también ellos ouieran participado del, o de todo ello, y con esta barbara admiración no solo los naturales de los pueblos que en el camino auia, pero los de muy lexas poblaciones, venían lle-nos de admiración, y conuocados con la nueba que de los españoles auia penetrado, acudía mucha parte de la tierra a grandes manadas, a uer lo que nuca auian visto ni oydo, y para que su vista fuere agra-dable a los españoles, cada qual traya el presente con-forme al possible que tenia, aunque do venados y otros géneros de comidas siempre traxeron en mu-cha abundancia. El General, mas por señas que con la platica de los interpretes, procuraba dar a entender a los indios lo mucho en que tenían su paz, y amistad, y el galardón que abrían si la conseruaban con lealtad, porque para otras honduras y altezas spirituales ni aun tempora-les que les quisiere decir ni dar a entender, el deffecto dicho lo hagia cesar todo, y dexando con todo sosiego en sus casas los moradores de lengua Sacque (1) mar-cho y paso adelante con su gente, hasta llegar al pue-blo de Cocunuba, donde asi mismo, mas por los res-petos dichos de curiosidad de uer lo nuca visto, que con buena ni entrañable e amigable voluntad de ser amigos, se estuuieron (2) en sus casas, continuando siempre la multitud de barbaros que apartadas tenían sus habitaciones y moradas, su venida a uer nuestros españoles, con los errores y presupuestos dichos. (1) En Bogotá: Lenguaraque. (2) En Bogotá: se estuviesen. •J4t') HISTORIA DE SANTA MARTA El General, luego que los indios le empezaron a dar la paz en los pueblos de atrás, conosgiendo el ati eui-miento y cobdicja de los españoles, y para que mejor les fuese guardada y conseruada, hizo ciertas orde-nanzas y capítulos que les parescieron ser necessa ríos para estos effectos (1), entre los quales mando, con pena de muerte, que ningún soldado ni español de ninguna qualidad entrase en los buhyos o casas de los indios que estuuiesen de paz, sin su licencia y consen-timiento, ni que a indio que de paz viniese se le to-mase cosa alguna de lo que truxese, aunque fuesen cosas de comer, ni se les higiese otras fuerzas ni agra-uios; las quales ordenanzas procuro el General que se guardasen tan inuiolablemente quanto adelante se dirá, con el proprio rigor con que las hizo. Del pueblo de Cocunuba, pasando adelante y de-xando los naturales del pacíficos, llego el General con su gente al pueblo de Suesca, que es del señorío de vno de dos (2) poderosos tyranos que en la pro-uinQÍa del Nuebo Reyno auia; y para que mejor se entienda lo que vamos diciendo, es de saber que en la prouincia del Nuebo Reyno de Granada, que es la que al presente se ua descubriendo, y por do los es-pañoles van entrando, en que se incluye solamente la gente Mosca, de cuyos naturales esta poblada, desde su antigüedad y principio siempre fue po-seyda de particulares Caziques y principales que por pueblos o por valles tenían subiectos asi los natura- (1) En Bogotá: objetos. (2) En Bogotá: de los dos. Y NUEVO RKINO DE QBAÑADA 247 les, y quasi se gouernaban con quietud, después de lo qual fueron creciendo por via tyranica las fuer-zas de dos destos Caziques y principales desta pro-uincia del Nuebo Reyno, llamados Tunja y Bogotá, cada qual procurando subiectar a si los otros Cazi-ques que en su comarca auia. Poco a poco estos dos principales, que estava (1) el vno del otro veynte y cinco leguas, se hicieron poderosos en los otros se-ñores, subiectandolos, como he dicho, por fuerza de armas. En esta sazón que el Ganeral entro con su gente en este Nuebo Reyno, de quien vamos tratando (4); estos dos tyranos lo tenían diuiso entre si, subiec-tando y posseyendo el tyranno y Cazique Bogotá, desde vn pueblo llamado Choconta, hacja la parte del Sur, todo lo que ay hasta el pueblo de Guasca, que serán veynte leguas; y el tyranno y Cazique Tunja posseya, desde el pueblo llamado Turmeque, hacia la parte del Norte, todo lo que ay hasta el pueblo de Saboya y Chipata; y asi mismo en esta sazón estauan estos dos tyrannos enemistados y He-nos de ira y furor el vno contra el otro, sobre cier-tas enemistades que poco antes entre ellos se auian fraguado, y cada qual en su territorio aderecaua las armas y hacia y juntaua grandes municiones y vi-tuallas para hacerse la guerra, conuocando sus sub-iectos a que les siguiesen. Después, dende algún tiempo que los españoles estuuieron poblados y entendieron la discordia que (1) En Bogotá: que estaban. HISTORIA 1>K SANTA MARTA en esta sazón tenían los dos señores y principales, les peso mucho al general Ximenez de Quesada por no anello podido alcancar ni saber, porque preten-día, si lo supiera, llegarse a vno de los dos tyrannos, y se le satisficiera con sus riquezas, ayudalle a gue-rrear, y después quedarse con la tierra y riqueza del vno y del otro, como al fin se quedo, aunque no con el oro. Podra ser que esto Ximenez de Quesada no lo tratase, pero asi me lo certificaron. Boluiendo a la Historia, por la prouincia del ty-ranno Bogotá es por donde al presente an entrado el general Ximenez de Quesada, y la de Tunja al tiempo que llego al pueblo de Sanct Gregorio la dexo sobre mano izquierda, que pasaría apartado del pro-prio pueblo de Tunja hasta cuatro leguas y no mas; y es cierto que si entonces acertara a dar de repente en el pueblo deste bárbaro TuDJa, que le hallara descuydado, que en el se podían auer infinidad de riquezas de oro, que después se escondieron. Lle-gado el General al pueblo de Suesca, que esta puesto en vn llano, quasi en el proprio valle de Bogotá, los naturales y moradores del esperaron asi mismo de paz, con sus dadiuas y presentes, que aunque eran de mantas y oro se pueden decir de poca importan-cia. Aloxose en este pueblo el General por gozar de la llanura del, y de los muchos venados que los in-dios le trayan, donde subcedio vn hecho ai parescer escandaloso y tyranno, aunque prouechoso para que la paz de los indios fuese conseruada, y la justicia temida, y las leyes guardadas; y fue que antes vn poco deste pueblo de Suesca, se auia muerto vna ye- v NUEVO REINO DE GRANADA 249 gua de las que los soldados lleuaban, y como vn sol-dado llamado Juan Gordo, saliese del aloxamiento y fuese a proueerse de alguna carne de aquel ani-mal muerto, en el camino encontró quatro o cinco indios que iban hazia donde el general estaua alo-xado, y lleuaban tres o quatro mantas para el Gene-ral, los quales, como toparon y vieron al soldado, sin que el llegasse a ellos, le arrojaron las mantas en el suelo, para que las tomase, y dexandoselas alli se fueron, y prosiguieron su camino adonde el Ge-neral estaua, y el soldado adonde la yegua se auia muerto. Los indios le dixeron al General como trayan vnas mantas, y las auian dado a vn soldado que en el camino auian topado; el General lleno de colera deste negocio, parescjendole que era gran atreui-miento y desuerguenza salir al camino, y en menos precio de lo que el tenia mandado, quitar a los in-dios lo que trayan, procuro inquirir y saber que sol-dado fuese aquel, y sabido, hizo a su Alguazil que estuuiese a punto y que en llegando lo prendiese, lo qual se hizo asi, y por este pequeño exceso, que aun no se aueriguo dello (1), para exemplar castigo de todos, hizo otro dia de mañana ahorcar y dar ga-rrote a Juan Gordo, sim podelle estoruar este hecho, los ruegos de todos los del campo, ni incitalle a de-xallo de hazer por la poca gente que tenia y la mu-cha entre quien entraba. Pero con este castigo, aun-que a costa de la vida del pobre soldado, fue temido el General dende en adelante, y no obo hombre que (1) En Bogotá: en ello. 260 HIST. DE SANTA MARTA Y NUEVO REINO DE GRANADA se le desmandase ni osase ir contra lo que tenia or-denado, y aun dende algunos dias tubo otro soldado llamado Palomo dado dos bueltas a vn garrote, y quasi ahogado se lo quitaron por fuerza, por auer, en compañía de otros soldados, tomado ciertos ve-nados para su mantenimiento a los indios que los trayan; mas como he dicho, de este rigor y seueri-dad saco quietud para su gente, porque de otra ma-nera cada qual se descomediera y atreuiera a hazer lo que quisiera y no se les diera seys blancas por su General ni por lo que mandara, por ser en las In-dias los hombres mas libres de lo que deben ser con sus mayores. Este castigo hizo el General al tiempo que con su gente salió del aloxamiento y pueblo de Suesca. NOTAS AL CAPÍTULO TERCERO (A) «Hase de presuponer, queste dicho Nuevo Reino de Gra-nada, que comienza pasadas las dichas sierras de Oppon, es todo tierra rasa, muy poblado en graud manera, y es poblado por valles; cada valle es su poblazon por si. Toda esta tierra rasa y Nuevo Reino esta metido y él cercado al rededor de sierras y moutañas pobladas de cierta nación de indios que se llaman Panches, que comen carne humana, diferente gente de la del Nuevo Reino que no la comen, y diferente temple de tierra, por-que los Panches es tierra caliente y el Nuevo Reino es tierra fria, a lo menos muy templada; y ansi como aquella generación de indios se llaman Panches, ansi esta otra generación del Nuevo Reino se llaman Moxcas. Tiene de largo este Nuevo Reino ciento y treinta leguas, pocas mas o menos; de ancho tenia treinta, y por partes veinte y aun por partes menos, porque es angosto: esta la mayor parte de el en cinco grados de esta parte de la Linea, y parte de el en quatro y alguna parte en tres. »Este Nuevo Reino se divide en dos partes o dos provincias: la una se llama de Bogotha, la otra de Tunja, y ansi se llaman los señores dellas del apellido de la tierra. Cada uno de estos dos señores son poderosísimos, de grandes señores y caciques, que les son subjetos a cada uno dellos. La provincia de Bogotha es mayor, y ansi el señor della es mas poderoso que el de Tunja y aun de mejor gente: podra poner el señor de Bogotha, a mi pa-recer, sesenta mili hombres en campo, pocos mas o menos, aun-que yo en esto me acorto porque otros se alargan muncho. El de Tunja podra poner quarenta mili, y también no voy por la opinión de otros, sino acortándome. Estos señores y provincias siempre han traído muy grandes deferencias de guerras muy 252 HISTORIA DE SANTA MARTA continuas y muy antiguas; y ansi los de Bogotha como los de Tanja, especialmente los de Bogotha porque les caen mas cerca, las traen también con la generación de Panches, que ya habe-rnos dicho que los tienen cercados. »La tierra de Tunja es mas rica que la de Bogotha, aunque la otra lo es harto; pero oro y piedras preciosas, esmeraldas, siempre lo hallamos mejor en Tunja. Fue grande la riqueza que se tomo en la una provincia y en la otra, pero no tanto como lo del Perú, con muncho; pero en lo de esmeraldas fue esto del Nuevo Reino mayor, no solo que las que se hallaron en el Perú en la conquista del, pero mas que en este articulo se ha oido ja-mas desde la creación del mundo; porque quando se vinieron a hacer partes entre la gente de guerra, después de haber pasado la conquista, se partieron entrellos mas de siete mili esmeraldas, donde hubo piedras de grand valor y muy ricas. ». Estas minas son en la provincia de Tunja; y es de ver donde fue Dios servido que pareciesen las dichas minas, ques una tie-rra extraña, en un cabo de una sierra pelada, y está cercada de otras muchas sierras montuosas, las quales hacen una manera de puerta por donde entran a las de las dichas minas: es toda aquella tierra muy fragosa: tendrá la sierra de las dichas mi-nas, desde donde se comienza hasta donde se acaba, media le-gua pequeña o poco menos. Tienen los indios hechos artificios para sacallas, que son unas acequias hondas y grandes, por donde viene el agua para lavar la dicha tierra que sacan de las dichas minas, para seguir las dichas vetas donde las dichas es-meraldas están; y asi por esta razón, no las sacan sino es en cierto tiempo del año, quando hace munchas agiias, porque como lleva aquellos montones de tierras, quedan las minas mas limpias para seguir las venas. La tierra de aquellas minases muy fofa y movediza, y asi es hasta que los indios comienzan a des-cubrir alguna veta, y luego aquella siguen, clavando con su he : rramientade madera, sacando las esmeraldas que en ella hallan: esta veta es a manera de greda. Los indios hacen en e.-to, como en otras munchas cosas, hechicerías para sacallas, que son tomar y comer cierta yerba, con que dicen en que veta hallaran mejo-res piedras. El señor de estas minas es un cacique que se llama Sumindoco, subjeto al gran cacique Tunja, asentada su tierra y minas en la postrera parte de la dicha provincia de Tunja. Y NUEVO REINO DE ({RANADA •Quanto a la vida y costumbres e religión y las otra-destos indios del dicho Nuevo Reino, digo, que la disposición de esta gente es la mejor que se ha visto en Indias; especialmente las mujeres tienen buena hechura de rostros y bien figurados; do tienen aquella mala manera y desgracia que las de otras indias que habernos visto, ni aun son en la color tan morona ellos y ellas, como los de las otras partes de Indias. Sus vestidos dellos y dellas son mantas, blancas y negras y de diversas colores, ce-ñidas al cuerpo, que las cubren desde los pechos hasta los pies y otras encima de los hombros, en lugar de capas y mantas; y an.-i andan cubiertos todos: en las cabezas traen comunmente una-guirnaldas, hechas de algodón, con unas rosas de diferentes co-lores de lo mesmo, que les viene a dar en derezo de la frente. Algunos caciques principales, traen algunas veces bonetes he-chos alia de un algodón, que no tienen otra cosa de que vestirse; y algunas mugeres, de las principales, traen unas cofias de red, algunas veces. >,E?ta tierra, como esta dicho, es fria; pero tan templadamen te que no da el frió enojo ninguno, ni deja de saber bien la lumbre quando se llegan a ella; y todo el año es desta manera uniforme, porque aunque hay verano y se agosta la tierra, pero no para que haga notablemente diferencia del verano al invier-no, los dias, y son iguales de las noches por todo el año, por estar tan cerca de la Linea: es tierra en estremo sana sobre todas quantas se han visto. »Las maneras de sus casas y edificios, aunque son de madera y cubiertas de un feno largo que alia hay, son de la mas estraña hechura y labor que se ha visto, especialmente las de los caci-ques y hombres principales, porque son a manera de alcázares con munchas cercas alrededor, de la manera que acá sueleu pin-tar el laberinto de Troya: tienen grandes patios las casas, de muy grandes molduras de bulto y también pinturas por toda ella. »Las comidas de esta gente son las de otras partes de Indias, y algunas mas, porque su principal mantenimiento es mahiz y yuca: sin esto tienen otras dos o tres maneras de plantas de que se aprovechan muncho para sus mantenimientos, que son unas a manera de turmas de tierra, que se llaman Yomas, y otras a manera de nabos, que llaman Cubias, que echan en sus guisa-dos y les es grand mantenimiento. Sal hay infinita, porque se 254 HISTORIA DE SANTA MARTA hace alli, en la mesma tierra de Bogotha, de unos pozos que hay salados en aquella tierra, a donde se hacen grandes panes do sal, y en grande cantidad, la qual va por contractacion por munchas partes, especialmente por las Sierras de Oppon a dar al Rio Grande, como ya está dicho. »Las carnes que comen los indios en aquesta tierra son vena-dos, de que hay infinidad, en tanta abundancia que los basta a mantener como acá los ganados: ansi mesmo comen unos anima-les a manera de conejos, de que también hay inuy grand canti-dad, que llaman ellos Tucos, y en Sancta Marta, y en la costa del mar también los hay y los llaman Curies. Aves hay pocas; tórtolas hay algunas; añades de agua hay mediana copia dellas, que se crian en las lagunas, que hay por allí munchas. Pescado se cria en los rios y lagunas, que hay en aquel Reino, y aunque no es en grand abundancia es lo mejor que se ha visto jamas, porqués de diferente gusto y sabor que de quantos se han visto; es solo un genero de pescado y no grande, sino de un palmo y de dos y de aqui no pasa, pero es admirable cosa de comer. »La vida moral destos indios y policía suya, es de gente de mediaua razón, porque los delictos ellos los castigan muy bien, especialmente el matar y el hurtar y el pecado nefando, de que son muy limpios, que no es poco para entre indios, y ansi hay mas horcas por los caminos y mas hombres puestos en ellas, que en España. También cortan manos, narices y orejas por otros delictos no tan grandes, y penas de vergüenza hay para las per-sonas principales, como es rasgalles los vestidos y cortalles los cabellos, que entrellos es grand ignominia. »Es grandísima la reverencia que tienen los subditos a sus ca-ciques, porque jamas les miran a la cara aunque estén en con-versación familiar; de manera que si entran donde esta el caci-que, han de entrar vueltas las espaldas hacia el, reculándose hacia atrás, y asentados o en pie han de estar desta manera; de manera que en lugar de honra tienen siempre vueltas las espal-das a sus señores. »En el casarse no dicen palabras ni hacen ceremonias ningu-nas, mas de tomar su mujer y llevársela a su casa: casanse todas las veces que quieren y con todas las mujeres que pueden man-tener, y ansi uno tiene diez mujeres, y otro veinte, según la qualidad del indio, y Bogotha, que era rey de todos los caciques, tenia mas de quatrocientas. Esles prohibido el matrimonio en el Y SUEVO RKINo DE GRAVADA primer grado v aun, en algunas partes del dicho Nuevo Reino, en el se-ündo grado también. Los hijos no heredan a sus padre, sus haciendas y estados sino los hermanos, y si no hay hermana los hijos de los hermanos muertos; y a estos, como tampoco no los heredan bus hijos sino sus mesmos sobrinos o primos, viene a ser toda una cuenta con lo de acá, salvo questos barbaros van por estos rodeos. •Tienen repartidos los tiempos de meses y año muy al pro-posito: los diez dias primeros del mes comen una yerba que en la costa de la mar llaman Hayo, que los sustenta muncho y les hace purgar sus indispusieres: a cabo destos días, limpios ya del Havo, tractan otros diez dias en sus labranzas y haciendas y los otros diez que quedan del mes los gastan en sus casas, en conversar con sus mujeres y en holgarse con ellas; con las qua-les no viven en un mesmo aposento sino todas ellas en uno y el en otro. Este repartimiento de los meses se hace en algunas par-tes del Nuevo Reino de otra manera: hacen de mas largo y do mas dias cada uno destos repartimientos. *Los que han de ser caciques o capitanes, ansi hombres como mujeres, metenlos quaudo pequeños en unas casas encerrados: allí están algunos años segund la calidad de lo que espera he-redar, y hombre hay questa siete años. Este encerramiento es tan estrecho, que en todo este tiempo no ha de ver el Sol, porque si lo viere perdería el estado que espera. Tienen allí con ellos quien los sirvan, v danles de comer ciertos manjares señalados, y no otro: entran allí, los que tienen cargo desto, de ciertos a ciertos dias, y danles muchos y terribles azotes; y en esta peni-tencia están el tiempo que he dicho; y salido ya, puédese hora-dar las orejas y las narices para traer oro, que es la cosa entre ellos de mas honra. También traen oro en los pechos, que se los cubren con unas planchas; traen unos capacetes de oro a mane-ra de mitras, y también lo traen en los brazos. »Es gente muy perdida por cantar y bailar a su modo, y estos son sus placeres: es gente muy mentirosa, como toda la otra gente de Indias, que nunca saben decir verdad: es gente de me-diano ingenio para cosas artifices, como en hacer joyas de oro y remedar en las que ven en nosotros, y en el tejer de su algodón conforme a nuestros paños para remedarnos; aunque lo primero no lo hacen tan bien como los de la Nueva España, ni lo segundo tan bien como los del Perú. 256 HISTORIA DE SANTA MARTA •Quauto a lo de la religión de.-tos indios, digo que en su ma-nera de error son religiosísimos: porque allende de tener en cada pueblo sus templos, que los españoles llaman alia santuarios, tienen fuera del lugar, ansí mesmo, munchos con grandes carre-ras y andenes, que tienen hechos dende los mesmos pueblos hasta los mesmos templos. Tienen, sin esto, infinidad de ermitas en montes, en caminos y en diversas partes. En todas estas casas de adoración tienen puesto muncho oro y esmeraldas, y sacrifi can en estos templos con sangre y agua y fuego, desta manera: con la sangre matando manchas aves, y derramando la sangre por el templo, y todas las cabezas dejándolas atadas en el mes-mo templo, colgadas: sacrificau con agua,ansimesmo, derramán-dola en el mesmo santuario, y también por caños: sacrifican con fuego, metiéndolo en el mesmo santuario, y echando ciertos sa-humerios; y cada cosa destas tienen apropiadas sus oraciones, que dicen cantadas. Con sangre humana no sacrifican sino es en una de dos maneras: la una es, si en la guerra de los Panches, sus enemigos, prenden algún mochacho que por su aspecto se presuma no haber tocado a mujer; a este tal, después de vueltos a la tierra, lo sacrifican en el santuario, matándolo con grandes clamores y voces: la otra es, que ellos tienen unos sacerdotes mochachos para sus templos; cada cacique tiene uno, y pocos tienen dos, porque les cuestan muy caros, que los compran por rescate en grandísimo precio: llamanles a estos Moxas. Van los indios a comprallos a una provincia que estara treinta leguas del Nuevo Reino, que llaman la Casa del Sol, donde se crian estos niños Mojas. Traídos acá al Nuevo Reino, sirven en los santuarios, como esta dicho, y estos, dicen los indios que se en-tienden con el Sol, y le hablan y resciben sus respuestas. Estos que vienen siempre de siete a ocho años al Nuevo Reino, son te-nidos en tanta veneración que siempre los traen en los hombros. Quando estos llegan a la edad que les parece que pueden ser potentes para tocar a mujer, matanlos en los templos, y sacrifi-can con su sangre a sus ídolos; pero si antes desto la ventura del Moja ha sido de tocar mujer, luego es libre de aquel sacrificio, porque dicen que su sangre ya no vale para aplacar los pecados. »Antes que vaya un señor a la guerra contra otros están los unos y los otros un mes en los campos, a la puerta de los tem-plos toda la gente de la guerra, cantando de noche y de día, sino con pocas horas que huí tan para comer y dormir; en los qua- Y NUEVO REINO DE GRANADA 257 les cantos están rogando al Sol y a la Luna y a los otros Ídolos a quien adoran, que les de victoria; y en aquellos cantos les es-tan contando todas las cabsas justas que tienen para hacer aque-lla guerra: y si vienen victoriosos, para dar gracias de la victo-ria están de la mesma manera otros ciertos dias, y si vienen des-baratados, lo mesmo, cantando como en lamentación su desba-rato. «Tienen munchos bosques y lagunas consagradas en su fal>a religión, donde no tocan a cortar un árbol, ni tomarán una poca de agua por todo el mundo. En estos bosques van también a ha-cer sus sacrificios, y entierran oro y esmeraldas en ellos, lo qual esta muy seguro, que nadie tocará en ello, porque pensarían que luego se habian de caer muertos. Lo mesmo es en lo de las lagu ñas, las que tienen dedicadas para sus sacrificios, que van allí y echan muncho oro y piedras preciosas, que quedan perdidas para siempre. Ellos tienen al Sol y a la Luna por criadores de todas las cosas, y creen de ellos que se juntan como marido y mujer a tener sus ayuntamientos. Sin esto tienen otra muche-dumbre de Ídolos, los quales tienen como nosotros acá a los san-tos, para que rueguen al Sol y a la Luna por sus cosas; y ansí los santuarios o templos dellos esta cada uno dedicado al nom-bre de cada idolo. Sin estos ídolos de los templos tiene cada in-dio, por pobre que sea, un idolo particular, y dos y tres y mas, ques a la letra lo que en tiempo de gentiles llamaban Lares, ques los Ídolos caseros: son de oro muy fino y en lo hueco del vientre muchas esmeraldas, segund la calidad de cuyo es el idolo; y si el indio es tan pobre que no tiene para tener idolo de oro en su casa, tienelo de palo, y en el hueco de la barriga pone el oro y las esmeraldas que puede alcanzar. Estos ídolos caseros son pe-queños, y los mayores son como del cobdo a la mano. Es tanta la devoción que tienen, que no irán a parte ninguna, ora sea a labrar a su hacienda, ora sea a otra qualquiera parte, que no lo lleven en una espuerta pequeña, colgado del brazo; y lo que mas es despantar que aun también los llevan a la guerra, y con el un brazo pelean y con el otro tienen su idolo; especialmente en la provincia de Tanja, donde son mas religiosos. »En lo de los muertos, entierranlos de dos maneras: meten-los entre unas mantas muy liados, y sacándoles primero las tri-pas y lo demás de las barrigas, y hinchiendoselas de su oro y esmeraldas, y sin esto le ponen también muncho oro por de fuera, Tomo I. i7 •258 HI8T. DE SANTA MARTA Y NUEVO REINO DE GRANADA a raíz del cuerpo, y encima todas las mantas liadas, y hacen unas como camas grandes, un poco altas del suelo, y en unos santuarios, que solo para esto do muertos tienen dedicados, los ponen, y se los dejan allí encima de aquellas camas, sin ente-rrar, para siempre, de lo qual, después, no han habido poco pro-vecho los españoles. La otra manera de enterrar muertos es en el agua, en lagunas muy grandes, metidos los muertos en ataú-des, y de oro si tal es el indio muerto, y de dentro del ataúd todo el oro que puede caber y mas las esmeraldas que tiene puestas allí dentro del ataúd, con el muerto lo echan en aque-llas lagunas muy hondas, en lo mas hondo dellas. »Quanto a la inmortalidad del anima, créenla, tan barbara y confusamente, que no se puede, de lo que ellos dicen, colegir si en lo que ellos ponen la holganza y descanso de los muertos, es el mesmo cuerpo o el anima por si: lo que ellos dicen es, quel que acá no ha sido malo sinq bueno, que después de muerto tiene muy grand descanso y placer, y quel que ha sido malo tiene muy grand trabajo, porque le están dando munchos azotes. Los que mueran por sustentación y ampliación de sus tierras, dicen questos, aunque han sido malos, por solo aquello están con los buenos, descansando y holgando; y ansi dicen, quel que muere en la guerra, y la mujer que muere de parto, que se van derezo a descansar y holgar por sola aquella voluntad que han tenido de ensanchar y acrecentar la reipublica, aunque antes hayan sido malos y ruines.» (Epítome de la conquista del Nuevo Reino de Granada, 1536- 1539.—Manuscrito existente en el Archivo Histórico Nacional: Papeles de Indias.) CAPITULO QUARTO en el qual se declaran dos puntos para ser mejor entendida esta historia y conquista del Nuebo Reyno; escríbese como el ty-ranno Bogotá tuuo noticia de los españoles, y determino ha-zelles guerra. Dos puntos auia de auer declarado y apuntado al principio deste Libro; pero pues mi descuydo fue tanto, tómelos el lector aqui donde los halla, que me paresce que son necessarios para mejor ser en-tendida esta lectura, y que en algunas partes que se hallare breue y cortada no cause pesadumbre, ni enojo. Emos vsado en lo escrito llamar esta prouin-cia el Nuebo Reyno de Granada, y esto no se haze asi porque el proprio nombre della puesto y vsado por los naturales sea este, que puesto caso que desde el valle de la Grita, discurriendo por toda la prouin-cia de Bogotá, hasta los últimos fines de Tunja y sus comarcas, sea vna manera de gente, y en pocas co-sas, asi de la lengua como de las cerimonias de su religión, difieren y varien, y esta prouincia esta cer-cada de otras gentes, que en lenguas, traxes y supers-ticiones de sus idolatrías son muy differentes y de-semejables a estos, y aun muchos dellos muy gran-des enemigos suyos, ningún nombre general que comprehendiese toda esta prouincia del Nuebo Rey- 260 HISTORIA DB SANTA MARTA no, se halla auer usado, ni tenido sus naturales, sino solamente por pueblos y valles que tomaban el ape-llido del señor particular que los posseya o era prin-cipal y Cazique dellos; y vista esta confusión, y que no hallaua nombre general en esta tierra de que sus naturales vsasen, he vsado y aprouechandome del que el general Ximenez de Quesada adelante le puso, porque menos este General en el tiempo que en esta prouincia entraua. vso de ningún nombre general que la comprehendiese, mas de como he dicho, el qual después le puso lo que oy se vsa. Acerca desta generalidad de nombres es que quando dicen los Moscas se entiende por toda esta gente, que estos dos tyrannos Tunja y Bogotá posseyan, y esta es cos-tumbre introducida para distinguir esta gente de las otras sus comarcanas, que como he dicho, son muy differentes della; porque Muexca es nombre proprio del indio, al qual en su lengua maternal llaman Muexca, como decir Español, Indio, Francés, etc. (1). Que estos nombres hazen differenciarse y eonos-cerse las naciones, y aunque aquellos a quien llaman desta nominación, por el Reyno de do son naturales, tienen otros nombres, como es en España llamar a los de Sevilla, Seuillanos; y de baxo deste nombre, que es de un pueblo o patria particular, tienen otro nombre, que es llamarse Juan y Pedro y Martin, etc. (1) En Bogotá: como decir persona, etc. Que estos nombres. En el original la palabra persona está escrita, con letra dife-rente, y no del P. Aguado, sobre las de Español, Italiano, Fran-cés, etc., que aquél contenia y que están tachadas. Pero obsérvese que manteniendo la corrección, no tiene sentido lo que sigue. Y NUEVO REINO DE GRAVADA 261 De esta suerte esta gente, destas dos oabezas y ty-rannos referidos, son llamados, como he dicho, Muex-cas, y los españoles interrumpiendo el vocablo los llaman Moscas: y después viene la segunda distin-ción y nominación que procede de la particular y na-tural patria y pueblo de cada vno, y luego sus nom-bres proprios de cada persona. La causa principal de auer entre los españoles lla-mado a esta gente moxcas, del nombre dicho, para distinción de las otras gentes sus circunvezinas, a sido y es que después de las fundaciones de Sancta Fee, Tunja y Velez, pueblos de españoles, que están poblados dentro de los limites desta gente Moxca, se an poblado otros muchos pueblos de españoles, todos los quales se incluyen al presente dentro deste termino de nombre del Nuebo Reyno de Granada, de los quales, mediante Dios, trataremos adelante muy particularmente, y por la differencia que ay de las gentes y naturales donde los demás pueblos están poblados; asi destos tres primeros ase entrado esta costumbre de llamar a los naturales dellos Moxcas, y asi si vn indio natural destas prouincias y pue-blos (1) dichos, va a las demás circunvezinas y pue-blos de españoles, es conocido asi por este particular nombre de Moxca, como por el tratamiento de su persona, que es muy differente en todo; y quanto al primer punto, basta lo dicho. Lo otro es que para que las cosas del descubrí- (1) En Bogotá: y pueblos de españoles. En el original la pala-bra españoles está tachada con tinta igual á la usada en aqué.1. 262 HISTORIA DE SANTA MARTA miento y conquista del Nuebo Reyno de Granada, que al presente entendemos por estas gentes Mox-cas, se quenten y escriban mas claramente, y prosu-puesto de no entremeter en ella las cosas tocantes a las naturalezas (1), antigüedades, ritos y ceremonias y religión desta gente Moxca; y con esto nos pode-mos boluer al hilo de nuestra historia. Al tiempo que el general Ximenez de Quesada y su gente entraron en el pueblo de Suesca, el Cazi-que y principal del, admirado de lo que los demás se admiraban con la vista de los españoles y de sus inuentos, por su persona y de sus subiectos, pro-curo dar noticia al tyranno Bogotá, cuyo feudatario era, de las nuebas gentes que por su tierra entrauan. El designio de este bárbaro principal de Suesca que en dar este auiso a Bogotá tuuo, nunca se pudo sa-ber mas de que como Bogotá era vn tyranno bár-baro y muy arrogante y hinchado, con alguna mas agudeza de la qué a hombre tan rustico se puede atribuir, pregunto que gente eran los españoles y cuantos en numero y lo que comian y de que se sus-tentauan y de la ligereza de los caballos que trayan, y como por el mucho trato y comercio que algunos indios auian tenido con los españoles, le diesen en-teras señas y relación de lo que en ellos (2) auian visto, afflrmandole ser hombres, aunque de mayores brios y ferocidad que ellos, junto muchos de sus Ca-pitanes y subiectos y les dixo: «Pues como vosotros (1) En Bogotá: á los naturales. (2) En Bogotá: con ellos. Y NUEVO KKINO IU. (iKANADA que me tomays y traheis las aues que por el ayre van volando, y los venados que en la tierra, por su mucha ligereza, no ay animal que se le compare, y soléis domar y tomar a manos otros muchos fero<;is-simos animales que por los montes y cabernas de la tierra se crian, y que innumerables enemigos y gen-tes que se me an reuelado me los aueis subiectado y traydo a mi seruidumbre ¿no seréis agora poderosos para a este poco y pequeño numero de extraña gente, que por mi tierra tan atreuidamente so meten, sub-iectallos y traemelos aqui presos?» Los indios, que con (1) bárbaro temor respetaban a este su Cazique y señor, se le ofrescieron de hacer mucho mas de lo que el desseaba y pretendía, y asi le dixeron que juntase gente para ello, y que en es-tando junta (2) saldrían al enquentro a los españoles. Bogotá luego a los Capitanes que tenian cargo de semejantes officios, mando que iuntasen toda la mas gente que se pudiese iuntar, con designio de venir sobre los españoles a suietalles y resistilles la en-trada, porque como he dicho, era este bárbaro ty-ranno tan arrogante y soberuio en si, que tenia por muy grande afrenta que contra su voluntad, y sin hazerlo saber primero entrasen por sus tierras los españoles, y esta hinchazón causo la moderación y beneuolencia del General, que quiriendo en esto imi-tar a Octauiano Cesar, quería y preciaba mas atraher a si y a su amistad estas gentes, con reposo y sosiego (1) En Bogotá: que con tan. (2) En Bogotá falta junta. 264 MI8TORIA DE SANTA MARTA y pacificamente halagándolos, que con el rigor del espada amedrentándolos y atemorizándolos; y es rierto que si de rigor vsara y entrara atemorizando estas gentes, que ni este bárbaro se le atrebiera con su soberuia a querer hollar su mansedumbre, ni aun osara alearse con sus thesoros, como después se aleo, auiendo sido frustrado de sus designios y de-rribado de su soberuia. En poner por obra Bogotá (1) esta su determina-ción no se detuuo mucho, por que como en esta sa-zón estaua para ir a guerrear con el señor Tunja, te-nia ya su gente con las armas en las manos, y asi mas en breue de lo que se puede pensar, la iuncto y con mucha presteza camino hacia Suesca, donde el Ge-neral se auia aloxado, que hauia diez leguas. El General se partió de Suesca con su gente la buelta de Nemocon, que es vno de los pueblos donde la sal se haze; y por traher alguna gente enferma dexola en la retaguardia, y (2) seys hombres de a ca-ballo con ellos, para que los guardasen y amparasen, porque aunque la gente y naturales salian de paz, dubdaba y no entendia ni alcanzaba el General la fee destos barbaros, aunque sabia que generalmente los indios son gente de fee dubdosa o ingierta, y que pocas vezes con firmeza perseueran en el amistad de los españoles, sin dexar de intentar en breue tiempo muchas nouedades, y asi procuraba ir recatado. E ya que con su abanguardia auia llegado al pueblo de (1) En Bogotá: falta Bogotá, (2) En Bogotá falta y. Y NUEVO REINO DE (¡RANADA Nemooon, los indios de Bogotá se le auian encubier-tamente acercado a su gente de retaguardia, y como de repente paresciesen sobre ella y acometiesen a los españoles que allí iuan, trabaron su escaramuza y guazabara, aun que con cobardes ánimos. Los espa-ñoles que allí se hallaron, que eran bien pocos, de-fendiendo con calor las personas de los enfermos, que no fuesen offendidas por los indios, los entretu-uieron hasta que llego la nueba adonde el General estaua, el qual acudiendo con algunos de sus capita-nes y soldados, en sus caballos a rremediar aquella necesidad y aprieto en que la multitud de los barba-ros tenian puesto a los de la retaguardia, llegaron con presteza e Ímpetu, y arremetiendo a los indios hirieron en ellos (1), matando muchos, de suerte que en breue espacio fue la canalla de aquellos barbaros rebatida y ahuyentada, y su Cazique y señor Bogotá, que de lexos estaua a la mira, puesto sobre vnas an-das, en hombros de indios que lo trayan, hizo lo mis-mo con toda presteza. Trayan estos indios vn cuerpo muerto, mirlado y seco, puesto en otras andas entol-dadas de ricas mantas, en su esquadron, en el cual debian venir confiados que les daria la victoria (A); pero como para resistir el Ímpetu de los caballos en nada les ayudase la virtud de su muerto y cuerpo seco, lo soltaron y desampararon los que los trayan cargado, por guarescer sus personas. El General se recogió al pueblo de Nemecon (2), (1) En Bogotá: hirieron ellos. (2) Nemecon. Así dice el original, pero debe ser Nemocon. 266 HISTORIA DE SANTA MARTA donde se aloxo, y algunos de los Capitanes que a ca-ballo estauan fueron siguiendo el alcance de los in-dios, que por vn llano adelante se iban retirando hazia vn pueblo llamado Caxica, doDde se auia ya recogido el tyranno Bogotá en vnos aposentos que alli tenia hechos, cercados con ciertas cercas de paja y made-ros, que aunque toscamente hechos parescian muy bien. Estos aposentos y casas que aqui tenia Bogotá eran donde recogía las vituallas y municiones que para la guerra que contra Tunja pensaba hazer, jun-taba y era necesario. Como Bogotá supo que los españoles iban siguien-do el alcance de su gente, salióse deste cercado y pú-sose en huyda, retirándose hazia su pueblo, donde el siempre habitaba, dicho del proprio nombre Bogotá, que estaría deste de Caxica, cinco leguas, dexando mandado a sus indios que en el cercado se entretuuie-sen y defendiesen con los españoles, para que no fue-sen en su alcance y seguimiento. Los indios lo hizie-ron asi, que recogiéndose en el cercado y casas de Bogotá, que alli tenia, se hizieron fuertes, de suerte que los españoles que a caballo en su alcance iban se repararon y no osaron acometellos, ni los indios, por el contrario, a salir de su cercado; y estando asi sus-pensos, vn indio bien dispuesto se partió dentre los demás, con vna lanca en la mano y ciertas tiraderas que son vnas flechas largas, que se tiran con amien-to que en lengua de los indios se llama quesque, y arrostrando a los españoles dixo que si auia alli al-guno tan osado que quisiese pelear alli con el solo; lo qual visto por los de a caballo, vno dellos llamado Y NUEVO REINO DE «RANADA 267 el capitán Lázaro Fonte, con consentimiento de los demás sus compañeros, apresto su caballo, y sin que el indio tubiese lugar de aprouecharse de sus armas, arremetió, y pasando por junto a el, le asió de los cabellos, y sin detenerse, ni dexalle llegar con los pies en el suelo, lo traxo colgando del caballo (1) adonde sus compañeros estauan; lo qual visto por los demás indios que en el cercado estauan, comenzá-ronse a salir por differentes puertas que en el auia, y huir cada qual como podia. Los españoles que eran bien pocos, se entraron en el cercado y aposentos de Bogotá, donde hallaron todo el almazen y munición de armas que Bogotá juntaba para la guerra de Tun-ja, y mucha abundancia de vituallas y comidas, asi de carnes de venados y maiz y turmos, como de otras cosas; y visto esto, y que alli se podían sustentar la gente muy a placer, embiaronlo a hazer saber al Ge-neral, que con el resto de la gente estaua aloxado en Nemocon, admirado de ver de donde y como la sal de los panes, en cuya demanda venia, se hazia (2), que el entendía hazerse en alguna laguna grande de agua salada, y no se haze sino de vnas pequeñas fuentes manantiales, de las quales, y del modo de hazerse de la sal, adelante se dirá. El General, sabida la abun-dancia de la comida que en el cercado de Caxica auia, salió de Nemocon con toda su gente, otro dia siguien-te fuese aposentar a el, donde se holgó algunos dias. (1) En Bogotá: cabello. (2) En Bogotá: en cuya demanda venia. NOTAS AL CAPÍTULO CUARTO (A) «En sus batallas tienen una cosa extraña; que los que han sido hombres afamados en la guerra y son ya muertos, les confacionan el cue