Geografía y descripción universal de las Indias - Sección 2

En esta sección encontraremos la descripción geográfica, hidrográficas, corográficas correspondientes a las provincias de la Española, Santo Domingo, Cuba, Isla de Lucayos, Venezuela, la Florida y México. Título con la ortografía original de la época. - Hidrografía general de las indias y declaracio...

Full description

Bibliographic Details
Main Author: López de Velasco, Juan
Format: Book
Language:Spanish
Published: Madrid: Establecimiento Topográfico de Fortanet 1894
Subjects:
Ida
Ora
Nes
Aun
Vio
ren
Online Access:http://babel.banrepcultural.org/cdm/ref/collection/p17054coll10/id/2428
Description
Summary:En esta sección encontraremos la descripción geográfica, hidrográficas, corográficas correspondientes a las provincias de la Española, Santo Domingo, Cuba, Isla de Lucayos, Venezuela, la Florida y México. Título con la ortografía original de la época. - Hidrografía general de las indias y declaraciones de la carta de marear precedente. - Tabla general de las indias del norte. División de la tabla primera universal de las indias y declaración de la precedente. - Tabla del distrito de la audiencia dé la Española. - Descripción del distrito de la audiencia de la Española y declaración de la tabla precedente. - Topografía del puerto de Santo Domingo. Hidrografía de la isla española, el puerto de Santo Domingo. - Chorografía de la isla de Cuba. Descripción de la isla de cuba y declaración de la tabla precedente. - Topografía de los puertos de Santiago y de la Habana. Hidrografía y descripción de la costa de Cuba, Puerto de Santiago. - Topografía del puerto de la Habana, el puerto de la Habana. - Hidrografía y descripción de las islas de los Lucayos las más septentrionales de la mar del norte. - Chorografía de la gobernación de Venezuela y nueva Andalucía. Descripción de la gobernación de Venezuela y Río de la Hacha. - Chorografía del adelantamiento de la Florida. Descripción de las provincias y adelantamiento de la Florida. - Tabla de las provincias de Bacallaos y Terranova. Noticias y descripción de la costa y provincias. - Tabla del distrito de la audiencia de México. Descripción de la audiencia de la Nueva España y declaración de la tabla precedente. HIDROGRAFÍA GENERAL DE LAS INDIAS DECLARACIONES DE LA CARTA DE MAREAR PRECEDENTE, DIVISIÓN DE LOS MARES. Indias^ islas y Tierrafirme del mar Océano se llaman las comprendidas en la demarcación de los reyes de Castilla, por-que el mar Océano, que es lo que cerca toda la tierra, desde el Estrecho de Gibraltar para fuera, las cerca y rodea por una parte y otra, diferentemente que á lo que llaman la India Orien-tal, adonde solamente por una parte llega. Divídese general-mente la mar, comprendida en la demarcación de Castilla, en dos mares principales : el que llaman del Norte , que es toda la mar que hay á la parte del oriente de las Indias descu-biertas para España, desde las provincias del Labrador, Terra-nova y los Bacallaos por la costa de la Florida y Nueva Es-paña y Tierrafirme, hasta la Equinoccial y provincias del Brasil, y de ahí abajo hasta llegar al Estrecho de Magallanes; y la mar del Sur , toda la mar que hay por la parte occidental de las Indias desde el Estrecho de Magallanes por toda la costa del Pirú y provincias de Puerto Viejo, y Panamá, Costa Rica, Nicaragua y Nueva España hasta la California, y todo lo que por allí está descubierto, aunque se va metiendo al norte. En-trambos estos mares tomaron un tiempo su nombre, cuando estando ya descubiertas todas las islas del norte y parte de 00 Tierrafirme, Vasco-Nuñez de Balboa, descubriendo la provin-cia de Panamá, año de 13 (1513), pasó por allí hasta ver la mar por la parte del mediodía, la cual llamó del Sur, respecto del mar y costa de Tierrafirme, que quedaban ala parte del norte, que también desde entonces se comenzó á llamar mar del Norte extendiendo después el nombre del un mar y del otro hasta todo lo que queda dicho, aunque impropiamente pero como necesidad para inteligencia de los que navegan estas mares. Demás de los nombres generales que tienen , las di-viden particularmente por golfos y regiones , los cosmógra-fos que las describen y marineros que las navegan , y así el Océano occidental ó mar Atlántico que hay desde España hasta las Canarias, llaman el golfo de las Yeguas quieren decir que por algunas yeguas que se echaron en él , de las que se lleva-ban á las Indias al principio; y la mar, que hay de las Canarias á las islas de la Dominica y Deseada, y de las otras que llaman de Barlovento y de los Caníbales llaman, el golfo grande del mar Océano, desde la Deseada y Dominica por toda la costa de Tierrafirme , Yucatán , golfo de Tierrafirme y de las islas de la mar del Norte; y lo que hay por la costa de la Nueva Es-paña hasta la Florida, golfo de la Nueva España y Florida y lo que hay de la Florida hasta los Azores llaman el golfo del Norte ó del Sagarzo ¡sicj; y mar délos Bacallaos y Terranova, lo que hay de allí para el norte; y golfo de los Azores ó de Es-paña, lo que hay desde las islas de los Azores hasta España y mar del Mediodía y del Brasil, lo que hay por aquella parte; y del Estrecho de Magallanes, lo que más se va llegando á el mar del Sur, ó mar del Poniente que llaman los cosmógrafos cas-tellanos respecto de las Indias, que quedan al oriente del, y por no ser tan navegado no tiene tantas distinciones: así le nom-bran de las provincias que rodea, como es, la mar del Sur de la Nueva España, lo que hay por la costa occidental della; y del Pirú lo que va por aquellas provincias y mar Pacífico lo que hay desde Chile hasta el Estrecho y golfo del Maluco ó islas del Poniente la mar donde ellas caen; y golfo de la China lo que va corriendo por aquella costa. 56 DEL FLUJO Y REFLUJO DEL MAR, QUE LLAMAN MAREAS. Generalmente, en lo que convienen mares tan grandes y apartados , es solamente en las sustancias de las aguas , que son todas de naturaleza salobres y amargas, y todas están por su peso en todas partes igualmente apartadas del centro de la tierra, sin diferencia ninguna porque en las más de las cali-dades de mareas, vientos, aguajes, tempestades y otras cosas, la diferencia que tienen unas mares á otras proceden, comun-mente, respecto de las costas y postura de las tierras que las cercan y rodean. Solamente, en general, se puede decir, del flujo y reflujo de la mar de las Indias, que en todas partes crece y mengua dos veces cada dia, como en las otras partes del mundo (aunque con diferencia de unas partes á otras) , porque en toda la costa de las Indias de la mar del Norte es poco lo que crece y mengua , como en Europa en el mar Mediterráneo crece y mengua poco y en toda la costa de la mar del Sur es grande la creciente y menguante, como lo es en la costa occidental de Europa y África, del Estrecho de Gibraltar afuera por Francia, Flandes y partes setentrionales, y casi de una mesma ma-nera, tanto, que en las tierras bajas y playas crece y descrece una legua y legua y media y más de tierra; y siempre las cre-cientes son mayores en los dias que más se acerca la luna á la conjunción y oposición, que son las que llaman de aguas vivas, y cabezas de aguas vivas la del mesmo dia de la con-junción y oposición, cuando las mareas son las mayores; y á lo que hasta agora se platica entre marineros, la hora de la creciente, que llaman pleamar, cada dia es cuando la luna está en el nordeste y el sudueste , que es cuando llega en el cielo al círculo horario, y lugar en que si el sol estuviese, se-rían las tres de la mañana y las tres de la tarde y la men-guante ó baja mar, que por otro nombre llaman /oseníe (1), (1) Hoy se le da el nombre áejusente ó yusente, que significa lo mismo, que menguante, vaciante, reflujo ó marea saliente. — V. IHccionario Marítimo español de los señores Lorenzo, Murgay Ferreiro. Úé cuando más la mar mengua , afirman que es cuando la luna está en el sueste y norueste , que en el cielo son los círculos horarios, en que son las nueve del dia y de la noche llegando el sol á ellos. Pero de la hora verdadera de las mareas en par-ticulares regiones y provincias de las Indias, como de otras partes , no consta averiguadamente, ni se sabe si hay alguna diferencia, por la negligencia y poca curiosidad que comun-mente hay en la gente de la mar. DE LOS VIENTOS Y TEMPORALES DE LOS MARES DE LAS INDIAS. Así como los temperamentos y temporales diferentes, de las provincias y regiones, suceden en partes respecto de la posi-ción diversa y sitios dellas, más que de las influencias del cielo, y en otras al contrario, los vientos en la mar y los efectos de-llos son causados y vienen á ser más ó menos peligrosos por las tierras y costas de donde vienen y van á parar y así no se puede hacer de ello regla general , ni decir en común más de que, por lo ordinario, en las mares y regiones comprendidas entre los dos trópicos, por cuyo medio pásala Equinoccial, son ordinarias todo el año las brisas; que comunmente se llaman así los vientos que corren de oriente para poniente desde el nordeste hasta el sueste, los cuales vientan todo el año, si no sea cuando son impedidos de otros vientos más poderosos, y parece que deben ser causados de la presencia del sol, para an-dar con él siempre de oriente á poniente. Y así, para navegar de España á las Indias y de las Indias para las islas del po-niente y Filipinas, que es todo de oriente á poniente, siem-pre los que navegan se van llegando á la Equinoccial, porque por allí son más ciertas las brisas que los llevan; al contrario, para navegar de occidente para oriente y volver de las islas del Maluco á la Nueva España y á España de las Indias, por-que las brisas es tiempo contrario, huyendo dellas, es nece-sario salir de entre los dos trópicos y meterse en mayor altura hasta 40 grados , más ó menos, como es menester para hallar vientos frescos que corran desde el norueste por el norte 58 hasta el nordeste, que comunmente se llaman nortes; los cua-les por la parte setentrional, y los sures y vendábales que son desde el sueste hasta el sudueste por la parte de mediodía, son como ordinarios , y parece que deben ser causados de las exha-laciones continuas que proceden de la frialdad perpetua de las tierras que caen debajo de los polos; y así vientan casi siem-pre en el invierno de los polos para la Equinoccial , si no sea cuando son impedidos por causas particulares , ó mayor vio-lencia de otros vientos , como son los ponientes , que son desde el norueste hasta el sudueste , y los que corren menos y sue-len menos durar en estas regiones , aunque siempre muy re-cios, porque si no fuesen causados de causas muy violentas, no podrian prevalecer contra las brisas que caminan siempre con el sol. Los vientos terrales, que son los que salen de la tierra por los rios á la mar hasta tres ó cuatro leguas, no se sienten sino de parte de noche y con el fresco de la mañana hasta las nueve ó las diez del dia, cuando con la presencia del sol las causas dellos cesan , ó por crecer la brisa son impedidos della ó de otros vientos mayores y más largos que llaman mareros, que, por poco recios que sean, bastan á impedir los terrales por ser tan delgados y cortos. Y aunque, por lo referido en general de los vientos, la nave-gación por las regiones que van allegando á los polos suele ser peligrosa en los inviernos, por las continuas refriegas de vientos que se hallan, y más segura en aquel tiempo por entre los dos trópicos, y en los veranos, al contrario, mejor, por las regiones donde es verano, fuera de los trópicos, que por bajo déla Equinoccial y tórrida zona donde muchas veces sue-len faltar los vientos y haber mucha calmería; esta generali-dad suele faltar por muchas causas, particulares de cada pro-vincia, que son parte para que en ellas reinen y en otras dejen de correr los vientos, regularmente, y que los ordinarios vengan á causar más tormentas en unas partes que en otras, y ser más peligrosos para la navegación , por ser travesías en las costas, que son los vientos derechos de la mar contra la tierra, atravesándose en la costa de manera que dan en ella con los 59 navios, donde con la furia del agua se vienen á hacer pedazos. Y así, los vendábales que vientan de la parte del sur, hasta el sueste y sudueste, son más naturales en las regiones del me-diodía y polo Antartico que en las setentrionales , y más ordi-narios en el invierno de aquellas partes, que es cuando en és-tas es verano, y se sienten pocas veces en España, aunque en el mesmo tiempo vientan en Tierra firme y mar de la Nueva España; y cuando en aquellas partes cesan, corren los nortes en la Nueva España, que es en los meses del invierno de estas partes cuando suelen ser muy frecuentes los vendábales en España , y por esto la navegación desde Sanlucar á las Cana-rias por el golfo de las Yeguas , se tiene por peligrosa desde Diciembre hasta pasado Febrero y Marzo por las tormentas grandes que suelen causar , y porque son travesía en la costa de España y parte de Berbería y así aguardan á entrar en este golfo de Abril para adelante los que han de navegar para la Nueva España , y los que han de ir á Tierrafirme parten antes de Octubre porque no les coja el invierno en él. Y aun-que las brisas suelen ser ordinarias tras el curso del sol , fal-tan algunas veces en el golfo del Océano navegando para las islas de la mar del Norte y costa del Brasil y Rio de la Plata; en el cual viaje suele haber calmas de muchos dias y más en tiempo de verano , y en la costa de Tierrañrme y mar de la Nueva España, donde siempre las brisas y vendábales son vientos suaves y blandos, y las brisas son tan continuas, que la navegación de la costa de Tierrafirme, de occidente para oriente, casi nunca se puede hacer sino dando puntas muy largas á la mar. Los mesmos vientos , salida la canal de Baha-ma en el golfo de Sagarzo , suelen ser tempestosos, y meten mucha mar los vendábales en verano, que son travesía en la costa desde la Florida para los Bacallaos, y las brisas en tiempo de invierno, que también se atraviesan en gran parte de la costa de la Florida y así se procura pasar á este golfo , si puede ser, antes en verano que en invierno. Y cuando en Es-paña son ordinarios los vendábales y vientos sures, desde Octubre hasta Marzo, en las islas de jla mar del Norte, costa de Tierrafirme y de Nueva España, vientan los nortes de or- (Jinario y son peligrosos para navegar, porque vienen á ser travesía derecha en la costa de Tierraflrme y casi todas las islas y costas de Nueva España, adonde causan tormentas grandes y peligrosas para la navegación; y en tiempo que co-mienzan á ventar desde Agosto para adelante, con el contraste y refriegas de otros vientos, que suelen en aquellos tiempos causar unas tormentas que llaman huracanes, las mayores que en el mar se conocen, porque son tan desapoderadas y desechas que se ha visto arrancar del fondo de la mar un navio hundido de muchos años, cargado de hierro, y echarlo fuera del mar en tierra y los animales y ganados de las islas barruntan esta fortuna antes que venga, y así se bajan de las partes altas á las abrigadas. Suelen ser estos huracanes unas veces secos y otras con aguaceros, y porque en veinticuatro horas da el viento á todo el horizonte, se entiende ser causados de vientos contrarios y así suelen suceder muchas veces en fin del ve-rano, como queda dicho, cuando los vendábales aun duran, y las brisas comienzan á esforzarse, y los nortes á ventar, que to-dos deben concurrir para efectos tan terribles y temerosos. Y en la costa del Brasil y provincias del Rio de la Plata hasta el Es-trecho , suelen ser las brisas y vientos suestes , y parte de los vendábales peligrosos para la navegación, por ser travesía en toda aquella costa , y así se aguarda á navegaría desde Octubre para Mayo, cuando es verano en aquellas partes. En la costa del mar del Sur, desde el Estrecho de Magallanes para el Pirú á Panamá y toda la Nueva España, son muy po-cas les brisas; solamente reinan los nortes desde Octubre hasta Mayo y los sures de Mayo hasta Octubre, que por correr en-trambos á lo largo de la costa y no poder ser travesía en ella, viene á ser la navegación de aquella mar la más suave y se-gura de cuantas en el mundo se saben; aunque desde el Estre-cho de Magallanes, que está en cuatro grados y medio hasta 40 de altura para Chile, suele haber grandes tempestades y refriegas de vientos vendábales y sures muy continuos en todo el invierno de aquellas provincias, que es del principio de Mayo hasta fin de Octubre y aun en el verano. Y también la navegación en el mar del Poniente, desde la Nueva España ade- 61 lante, aunque no está tan frecuentada hasta agora , ni sabida como las otras , es apacible y buena , y sirven en ella las bri-sas metidas á la mar, y los vientos nortes subidos en altura; y también el mar de la California y costa occidental de la Nueva España, que va para el norte, que hasta agora es la menos fre-cuentada, también se tiene por segura, á causa de no ser tra-vesía en ella los vientos sures ni nortes, que siempre suelen ser los más furiosos, como queda dicho. • -' DE LAS CORRIENTES Y AGUAJES. La mar, por su naturaleza ó por accidente, tiene su movi-miento como los demás elementos , que siempre el agua della va corriendo á una parte ó á otra, y el curso que hace llaman los marineros aguajes ó corrientes; los cuales, son inciertos ó irregulares en las más de las partes, que por lo ordinario si-guen el curso de los vientos que mueven las aguas y las ha-cen correr para la parte donde ellos caminan, cuando las cos-tas de la tierra no las embarazan y hacen torcer el camino, como en diversas partes acontece y así la duración dellas de-pende de la frecuencia de los vientos, más ó menos ordinarios en unas provincias que en otras. Suelen retardar ó acelerar mucho la navegación, porque los navios con mediano viento , caminando para donde van las corrientes, hurtan muchas leguas de viaje y caminan mucho más de lo que parece, y con el mesmo viento mucho menos de lo ordinario, cuando van contra el curso de las aguas; y algu-nas veces pueden tanto, que aunque el viento sea contrario llevan los navios contra él, como en la canal de Bahama, donde corren tan recias , que aunque haya viento contrario sacan los navios metidos en ella, que vienen de las Indias para España, hasta desembarcarlos de la dicha canal; y cuando les dan del un lado ó el otro los hacen decaer, sin sentirlo, de la derrota por do van , y así importa á los marineros la noticia y conocimiento de las que suele haber por los mares que nave-gan , aunque en muchas partes no pueden determinarse por 0^2 ser pocas, á causa de no ser muy continuos los vientos que en ella reinan y no haber señal para poderse percibir navegando. Es argumento dellas la postura y prolongamiento de las islas que se hallan en la mar , que siempre suelen estar echadas y prolongarse según el curso de los aguajes que por ellas pa-san , como se ve en las islas de la mar del Norte, adonde por ser las corrientes leste-oeste, según el curso de la brisa, que como queda dicho es en aquella mar el viento que más perse-vera, la isla de San Juan de Puerto-Rico y la Española, Cuba y Jamaica con otras muchas, se van prolongando leste-oeste, como corren las aguas con el curso de la brisa hasta dar en la costa de Honduras y Yucatán y golfo de la Nueva España; de donde, rebatidas, vuelven del oriente al occidente contra el curso de la misma brisa, á desembocar por la canal de Baha-ma de donde, huyendo de la brisa, van caminando por la costa de la Florida, metiéndose cuanto pueden para el norte. Y así también, en algunos délos viajes que se han hecho para el Rio de la Plata y Estrecho de Magallanes se ha hallado, que los aguajes vienen del sur para la Equinoccial por los vientos su-res que los deben traer , y también, en la costa de la mar del Sur las corrientes vienen casi siempre desde el Estrecho de Ma-gallanes, por Chile y el Pirú hasta Panamá, y de allí adelante por la costa de Nicaragua y Nueva España hasta la Cahfornia; de cuya causa, la navegación de Panamá para el Perú y Chile suele ser larga, y al contrario muy breve de Chile para el Pirú y Tierrafirme; porque como los vientos sures son tan or-dinarios en aquella costa, traen las aguas del sur para el norte, como también parece que irán al contrario por la mesma costa cuando ventasen los nortes, aunque de éste no se tiene t^nta averiguación como del otro; y así, las más de las islas que están en toda esta costa corren á lo largo della, como cor-ren las aguas. De los que hay en la mar del Poniente, no se tiene hasta agora entera noticia , aunque parece que deben de seguir la generalidad sobredicha por algunas islas y costas que dan dello señal. m DE LAS ESTRELLAS Y NORTES POR DONDE SE RIGEN LOS QUE NAVEGAN Á LAS INDIAS, Y DE LA AGUJA. En la parte de la mar del Norte y parte de la mar del Sur que cae de la Equinoccial para el setentrion, los marineros se rigen en sus navegaciones por la estrella polar del polo Ár-tico, que llaman Norte, la cual dista tres grados y medio y algo más del verdadero polo , con el cual la calamita se afija en dos círculos meridianos uno en la mar del Norte que pasa por las islas de los Azores, y otro en la mar del Sur como en (1) grados de longitud apartado para el occidente del dicho meri-diano de los Azores. De la Equinoccial á la otra parte, en el uno y otro mar del Sur y del Norte, se rigen y gobiernan por cua-tro estrellas puestas en cuadro , que llaman el crucero , de las cuales la mayor, que tiene por cabeza, dista del verdadero polo Antartico 30 grados, y la aguja de marear en esta parte sirve y mira siempre al polo Antartico , y aunque hasta agora no se sabe parte alguna do se fije, parece que ha de ser en los mesmos meridianos sobredichos. VIAJES Y NAVEGACIONES DE INDIAS. En todos los mares de las Indias , islas y Tierrafirme del mar Occéano, demás de los viajes particulares que se hacen de unas á otras provincias, de que se hace mención en las des-cripciones particulares dellas , hay cuatro navegaciones como generales : la primera y más antigua la que se hace desde Es-paña á las Indias hasta el Nombre de Dios y Tierrafirme y Nueva España la segunda desde España al Rio de la Plata y Estrecho de Magallanes , que es la menos frecuentada; la ter-cera desde Panamá y costa de Guatimala y Nicaragua á las provincias del Pirú y Chile; y la cuarta, de poco tiempo acá (1) Véase la nota correspondiente á esta página. 64 comenzada, de la Nueva España hasta las islas del Poniente y contratación de la China. CARRERA DE LAS INDIAS. La navegación primera y más cursada, que llaman carrera de las Indias, es desde el puerto de Sanlúcar de Barrameda en España para el puerto de San Juan de Ulua en la Nueva España, hasta donde se navegan como mil y setecientas leguas de viaje en dos meses y medio, más ó menos, según los tiem-pos; y para el Nombre de Dios en Tierrafirme hasta donde, desde España, se navegan mil y cuatrocientas leguas en dos meses largos. Para entrambas partes se va por las Canarias, y de allí para la isla Dominica, hasta bajar en 15 ó 15 y me-dio grados de altura, en que están las dichas islas, desde donde se aparta la derrota que va á Nueva España , y la que al Nom-bre de Dios, que de estas islas es muy poco lo que baja de al-tura, hasta Cartagena, y desde allí al Nombre de Dios; y la que va á la Nueva España, torna desde las islas sobredichas á subir en altura hasta 17 grados y más, por donde va costeando por la parte del mediodía las islas de San Juan y la Española, y por encima de la de Jamaica y la isla de Cuba, hasta lo más occidental della , y desde allí á San Juan de Ulua. Y á la vuelta vuelven entrambas las flotas de Nombre de Dios y de la Nueva España á juntarse en el puerto de la Habana, que es en la costa setentrional de la isla de Cuba, desde donde desembocan la canal de Bahama , y vienen en conserva, subiendo hasta 39 grados de altura, hasta las islas de los Azores, donde toman refresco , y desde allí vienen á reconocer el cabo de San Vi-cente en España, en la costa de Portugal, y desde allí al puerto de Sanlúcar; habiendo navegado de tornaviaje desde las Indias á España, las flotas que vienen del Nombre de Dios, como mi} y setecientas leguas , y la de la Nueva España mil y cuatro-cientas , todo según la estimación de los marineros. 65 TIEMPOS DESTA NAVEGACIÓN. Los tiempos convenientes, y determinados ya por experien-cia, en que se debe hacer esta navegación de la carrera de las Indias, por los peligros que en ella hay si se hace fuera dellos, son diferentes , porque para navegar para la Nueva España se debe partir desde principio de Abril hasta pasado Mayo , por-que no se pase el golfo de las Yeguas en invierno y se llegue á las islas de la mar del Norte antes de Agosto; porque de allí adelante comienzan los nortes y tempestades de los huracanes. Para ir al Nombre de Dios se debe salir de España en todo Agosto y Setiembre, porque no las tome el invierno antes de las Canarias , y para que puedan llegar al Nombre de Dios en principio de Noviembre , cuando comienza aquella tierra á ser menos enferma. Para la vuelta de las Indias á España es el tiempo más conveniente, del Nombre de Dios por Febrero , y desde Nueva España por Marzo; de manera que se juntan las flotas en la Habana por Abril , cuando ya en aquella mar ce-san los nortes y así se viene á navegar el golfo del Sagarzo y el de los Azores en tiempo de verano , cuando son menos tor-mén tosos, y se llega á España por Julio y Agosto, cuando no hay peligro de vendábales ni de otra cosa, sino de cosarios, moros ó franceses. DE SEVILLA H SANLÚCAR DE BARRAMEDA. La navegación y carrera de las Indias se comienza desde Se-villa , donde en el puerto de las Muelas , que es en rio de Gua-dalquivir, que hasta allí y más arriba crece y mengua con la mar , los navios que han de navegar se ponen á la carga , y son visitados de la primera visita por los visitadores de navios; y si son del porte que han de ser , conforme á las ordenanzas, y están estancos y salidos de carena para poder [recibir carga, se les da licencia para hacer el viaje, y se manda la carga que pueden llevar y las armas y municiones , bastimentos y otras 5 66 cosas de que se han de proveer. Y después de armados y pro-veídos y comenzados á cargar los navios grandes que deman-dan mucha agua, con hasta cuarenta, cincuenta ó cien pipas no más, porque puedan navegar por el fondo del rio, que es de seis brazas hasta ocho, y las urcas y navios medianos á media carga, se vuelven á visitar de la segunda visita, para ver si van conforme á lo que se les manda en la primera, y se les da licencia para partirse y alijar la ropa que fuere menester para pasar los bajos del rio, y bajar al puerto de Sanlücar, hasta donde hay quince leguas por mar y por tierra y para nave-garlas es el viento nordeste el que más sirve. Salidos del puerto de las Muelas, van al puerto de las Bandurrias, que es un bajo de arena como un cuarto de media legua de Sevilla, el cual es el peor que hay en todo el rio, porque no llega á siete codos de agua con la pleamar , ni pasa de cuatro cuando es bajamar. Otro tanto más adelante del hay otro bajo, que llaman los Pilares , que aunque tiene canales fondables para poder pasar , son tan angostos , que por poco que una nao se desvíe da en ellos , y así se han perdido allí algunas. Dos le-guas más adelante está otro paso, que llaman el Valle, de siete codos ó poco más de agua pleamar, y no más de tres cuando es la menguante: de allí á otras dos leguas está otro paso que llaman el Naranjal, del mismo fondo: otras dos leguas más abajo está el Saucejo, que es paso largo y de más fondo, desde donde se va una legua más adelante á surgir en las Hor-cadas, que están ocho leguas de Sevilla, adonde ya las naos tienen mucha agua, y las medianas pueden cargar del todo; y desde allí hasta el puerto de Sanlücar no hay más de otro paso que llaman el Albina, como dos leguas de las Horcadas, de nueve codos de agua. No se pueden pasar estos bajos del rio sin esperar la marea cuando es creciente , porque haya más agua, y así se pasa cada bajo en un dia, si no es cuando al-guna nao va descargada ó es pequeña , que con buen viento puede pasar dos bajos de una marea y tardan las naos, en quince leguas que hay desde Sevilla hasta Sanlücar, siete ü ocho dias. Llegados al puerto de Sanlücar, se surge en Ganfa-nejos, que es una legua del pueblo, donde se amarran los na- 67 víos contra los vientos y mareas, y se acaban de cargar las mercaderías que se han traído de Sevilla, en barcos por el río, y se hace la segunda visita por uno de los jueces, oficiales de la Gasa de la contratación y visitadores de navios , para ver si conforme á las ordenanzas llevan la gente de mar y de servicio que se les manda, y los bastimentos, armas, artillería, muni-ciones, jarcias y otras cosas que ha de llevar cada navio; coino también para que no lleven más carga de la que conforme á su porte les es permitida, y que tengan buen sostén, que es estar bien lastrado. El puerto de Sanlúcar está en 37 grados de altura largos; es grande y capaz para trescientos navios ó más , porque tiene de ancho un cuarto de medía legua, y de largo como dos leguas el rio arriba; es hondable, donde las naos surgen en 8 y 10 brazas , y el fondo limpio de la mar y arena , aunque en tiempo de invierno es algo desabrigado, por ser la tierra más baja que las naos. La boca tiene de ancho una legua, y en ella una canal como de cien pasos, ancha, mudable algunas veces, que corre de nordeste á sudueste, y de allí vuelve el puerto al norte y nornordeste, donde se quiebra la mar y hace abrigo cerca de las casas de Sanlúcar, que están al oriente del rio. Para entrar y salir la barra de este puerto han de concurrir tres cosas juntas: pilotos diestros y examinados para la barra, que pocas veces faltan , viento como es menester , y marea de aguas vivas, con que suele crecer el agua del puerto cuatro co-dos; las cuales cosas no pueden siempre concurrir, porque cuando hay marea, que ésta es cada día, faltan las aguas vi-vas, y cuando las mareas de éstas vienen , falta el viento, y al contrario , cuando hay viento , faltan las mareas y así viene á ser la salida de esta barra dificultosa, demás de que, algunas veces, cuando viene á ser todo junto, es antes del día, y por no se poder ver las mareas y señales de la barra , no se atreven á salir si no sea con faroles alguna vez. El viento necesario para salir de la barra ha de ser desde el norte hasta el leste en invierno , y en verano hasta el su-este , y que sean vientos para poder romper el agua de la ma-rea, que suelen ser más ordinarios y continuos en invierno 68 que en verano, cuando vientan poco como terrales, y no más de hasta las diez ó las once del dia que comienzan las virazo-nes, que son vientos que llaman mareros, porque vienen de la mar; de cuya causa, aunque siempre la salida de este puerto suele ser dificultosa, en los meses de Junio, Julio y Agosto, se puede salir del dicho puerto, porque llegan juntos la marea con las virazones por el sudueste ó sur , por lo cual, algunas veces, cuando hay viento y faltan aguas vivas , se suelen alijar las naos que demandan mucha agua dos ó tres barcos de ropa para poder salir. DE SANLÚCAR PARA LAS CANARIAS. De Sanlúcar de Barrameda se va en demanda de las islas de las Canarias, por el golfo que dicen de las Yeguas, hasta donde ponen los marineros] como doscientas cincuenta leguas, que comunmente se suelen navegar en ocho ó diez dias yendo las naos en flota, y de ahí ahajo si van solas, y así la provisión de bastimentos para este golfo suele ser por quince dias. Salidos de Sanlúcar en tiempo de verano , no se teme de pe-ligro ninguno si no sea de cosarios, moros ó franceses, porque aunque se vuelva el viento contrario , se puede entretener en la mar volteando y surgiendo en la costa; en invierno suelen ser peligrosos los vientos sures por poco que vienten , y así se suelen volver al puerto á tomar la bahía de Cádiz , que es una bahía entre la isla y la costa casi norte-sur, de ancho como dos leguas y la canal como de media legua, en que también hay algunos bajos, y lo demás es fondable de diez á doce bra-zas. Desde aquí, habiendo salido de Sanlúcar y doblado á Sal-medina, una isleta que está media legua de la barra al sueste, se manda gobernar al sudueste en tiempo de verano , que es derrota derecha con la punta de Naga en la isla de Tenerife, una de las Canarias y en tiempo de invierno se manda go-bernar la vuelta del sudueste, cuarta del sur hasta el cabo de Gantin, que está con el cabo de Sanlúcar en 32 y medio grados, por llegarse más á la costa de Berbería, que es costa 69 más caliente y menos tormentosa , y donde so hallan más presto las brisas. Desde allí se vuelve al sudueste, cuarta al oeste, en demanda de la dicha punta de Naga, adonde vientan ya más las brisas desde el nordeste hasta el leste, tanto , que ¡cuando se llega á las islas , algunas veces es ya demasiado. Llegados á las islas de las Canarias, las flotas van á surgir al puerto de la Gran Canaria, aunque antiguamente solían tomar el puerto de la Gomera, por ser el mejor de todas las islas , que aunque todas tienen buenos puertos y muchos sur-gideros , son para en tiempo de verano , que en invierno son peligrosos por estar todos los puertos á los suestes , que son travesía derecha en todos los que son de provecho; y así, no se detienen más de cuanto se proveen de bastimentos y el refresco que han menester, procurando de salir luego á la mar con cualquier viento que sea por temor de las travesías. DE LAS CANARIAS A LA DESEADA Y DOMINICA. De las islas de las Canarias se va en demanda de la Deseada ó Dominica, porque el golfo grande que llaman del mar Océano, que tendrá de viaje desde las Canarias, según la cuenta de los marineros , más de quinientas leguas , en el cual se suele tardar veinte y cinco dias, ó dende arriba algo más, y esto con buenos tiempos, yendo las naos cargadas y en flota, que comunmente suelen caminar veinte y cinco ó treinta le-guas cada dia cuando más. Vientan de ordinario en este golfo las brisas , aunque en verano suelen hacer algunas calmas tres ó cuatro dias; y en invierno, desde Octubre hasta Diciembre, suelen correr algunos vendábales , aunque con poca fuerza y por poco tiempo, y por Agosto y Setiembre se han visto al-gunos huracanes cien leguas antes de las islas. Intentóse, al principio que se descubrieran las Indias, la vuelta para España por este golfo, y á causa de ser tan ordinarias las brisas y viento contrario por la punta, tardaban dos y tres meses en la vuelta; y así la experiencia mostró que era necesario subir en 70 mayor altura, como se hace, para huir de las brisas y hallar tiempos frescos del norte. En partiendo de las islas, se gobierna como treinta leguas al sur, para desviarse de las calmas que echa la isla del Hierro, doce y quince leguas al oeste , y desde allí se prosigue el viaje por dos derrotas en demanda de la Deseada , que es la primera isla de las Indias. La una, que se siguió antiguamente por te-nerse por más derecha, gobernando al oeste, cuarta al sudueste, hasta bajar en 15 grados y medio de altura en que está la dicha isla Deseada y la otra , nueva , que ahora se frecuenta por el oes-sudueste en saliendo de las calmas de la isla del Hierro, hasta bajar á 20 grados de altura; porque cuanto más se meten á la Equinoccial se hallan más prósperas las brisas, y desde los 20 grados se gobierna al oeste, cuarta al sudueste, hasta po-nerse en 5 grados y medio ó 15 de altura de la derrota antigua, desde donde, caminando al oeste sin bajar ni subir de los 15 grados y medio por entrambas derrotas , se da en la isla De-seada; y si se navegare justamente por los 15, se da en Mari-galante á vista de la Dominica, la cual se ve como quince le-guas á la mar por ser alta y montosa. La Deseada se ve ocho ó diez leguas antes de llegar á ella, y Marigalante cinco ó seis; y aunque no tienen bajos ningunos peligrosos, que no se echen de ver, no se surge en ninguna de estas islas ni de las otras que están cerca dellas, salvo en la Dominica, que tiene buenos surgideros á la parte del nor-ueste, y en Martinino , que tiene agua y leña para proveerse cuando es menester y aun en la Dominica conviene ir aper-cibidos, por los indios caribes que suele haber en ella. De estas islas se aparta la derrota de las flotas que van á la Nueva España, Tierrafirme y Nombre de Dios, cada una por su parte, como abajo se dirá. DE LAS ISLAS PARA LA NUEVA ESPAÑA HASTA EL CABO DE SAN ANTÓN EN CUBA. Las flotas para la Nueva España, desde la Dominica y De-seada, van en demanda del cabo de San Antón, que es en la 71 parte última y más occidental de la isla de Cuba, tocando en la isla de San Juan é isla Española, á vista de Santo Domingo, por el sur y costa de la dicha isla de Cuba para el dicho cabo de San Antón , hasta donde, desde la islas Dominica y De-seada, se navegan como 500 leguas ó más , que se tardan en andar como veinte dias. De ordinario vientan casi siempre en esta navegación brisas , y cuando faltan suele haber algunas calmas, aunque desde Mayo adelante vientan continuos ven-dábales; desde fin de Agosto adelante, cuando reinan más los nortes , suele ser peligrosa de los huracanes , y así se procura hacer antes de este tiempo por el riesgo dellos. En partiendo de la Deseada ó Dominica , dando resguardo á los Santos , que son unas isletas que están junto á Guadalupe, se gobierna al norueste 90 leguas, hasta dar vista á Santa Cruz, que está en 17 grados ó más de altura por la parte del sur, sii .llegar á ella con dos leguas, desde donde se gobierna al oes-norueste, cuarta al oeste, como 40 ó 50 leguas en demanda del cabo Rojo, que está en 17 y medio grados de altura en la parte occi-dental de la isla de San Juan de Puerto-Rico por el sur, guar-dándose de llegar á él con cuatro leguas por un bajo que está cerca del cabo; desde donde, dando vista á la isla de la Mona, en que á necesidad se puede surgir, se va diez ó doce leguas más adelante, hasta la isla de la Saona, que está en la mesma altura, cerca de la costa del mediodía de la isla Española, al principio della, á la cual no se llega con una ó dos leguas por algunos bajos; y de allí, avistando la tierra de Santo Domingo, que es ir costeándola, se va á reconocer el cabo ó punta de Gai-cedo( l), que está en la dicha isla, cinco leguas antes de llegar al puerto de Santo Domingo, en el cual no entran los que van á la Nueva España por el peligro de la entrada, del cual, con las demás calidades de este puerto, se hace relación en la des-cripción particular de la isla: y habiendo pasado el dicho puerto, se va corriendo la costa hasta la punta de Nicao (2), que está diez leguas de Santo Domingo ai poniente , adonde, si se (1) Llamado hoy Caucedo. (2) Nisao se le nombra actualmente. 72 llega antes de ser noche, de manera que no se pueda tomar el puerto de Ocoa , que está más adelante , se echan las naos de mar en través, que es dejarlas sin vela ninguna, hasta la ma-ñana. Desde allí se va al puerto de Ocoa , en la costa de la di-cha isla Española, diez y ocho leguas de Santo Domingo al occidente, en el cual, y en la ensenada de Gepecepín , que está junto del como un tiro de lombarda, surgen las flotas, se pro-veen de buena agua y leña, buen pescado y carne , cañas dul-ces y palmitos. Desde el dicho puerto , habiendo salido como cinco ó seis leguas del la vuelta del sur, por huir de las calmas que suelen dar por aquí á causa de volver la costa al sur , se navega la vuelta del oeste como treinta leguas en demanda de la isla de la Beata y Alto Vela, que están cerca de la costa; y aunque se puede pasar por dentro y no hay en ello peligro ninguno, se pasa por defuera como una legua á la mar dellos, desde los cuales se toma la derrota al oes-norueste , guiñando de noche para el oeste, que es tenerse á la mar, por no dar en la costa; por la cual se va en demanda del cabo de Tiburón, que es la parte más occidental de la dicha isla, hasta donde ponen los marineros como 35 ó 40 leguas desde la isla de la Beata. Hay agua dulce en este cabo, que se puede traer en las chalupas, desde donde se gobierna la vuelta del norueste por barlovento ó parte del norte de la Navaza , ó por el gilovento, que es por la parte del sur, como veinte leguas, hasta reconocer la tierra de Santiago de Cuba , la cual se va costeando hasta el cabo de Cruz, que está en altura de 19 y medio grados; desde donde se vuelve á gobernar al oes-norueste como 40 ó 45 le-guas, hasta hacerse norte-sur con la bahía ó golfo de Jagua, y desde allí, siendo de dia la vuelta del oes-norueste, como 90 leguas , hasta dar vista á la isla de Pinos , que está en 20 gra-dos de altura como diez leguas al sur de los bajos que llaman los Xardines, que es tierra muy sucia y muy baja, y donde se han perdido muchos navios, y de noche, habiendo caminado desde el sobredicho cabo "de Cruz por la dicha derrota, como 40 ó 45 leguas, se gobierna al oeste una singladura de 25 leguas; desde donde se vuelve para la isla de Pinos, aunque algunos, por huir de los dichos Jardines , desde el sobredicho cabo de 73 Cruz van la vuelta del oeste á reconocer los Caimanes, que es-tán del dicho cabo como 40 leguas el uno y el otro 50, entram-bos en 18 y medio grados de altura, que son dos isletas, y en la postrera dellas, que llaman el Caimán grande y es la mayor, se puede surgir en 14 brazas por la banda del norte desde donde se vuelve á reconocer por la vuelta del norueste la isla de Pinos , á la cual no se llega con tres leguas por algunos ar-recifes que tiene , y desde ella se van á reconocer, como veinte leguas la vuelta del norueste, las sierras de Guayaguánicos, y después el cabo de Corrientes, que está en 12 y medio grados como treinta leguas de la dicha isla , al cual se pueden llegar y surgir en veinte brazas por la banda del oeste y tomar agua de un jagüey grande y una fuente que están cerca; desde el cual se van costeando doce leguas hasta el cabo de San Antón, que está en 22 grados en la parte última y más occidental de la dicha isla de Cuba , que es la última de las que llaman de barlovento porque quedan siempre á man derecha. DEL CABO DE SAN ANTÚN AL PUERTO DE LA VERACRUZ. Desde el dicho cabo de San Antón para el puerto de la Ve-racruz se gobierna por dos derrotas , una para en tiempo de invierno , desde Setiembre hasta Mayo , y otra para verano. La de invierno, que llaman la navegación por de fuera, que según cuenta de marineros será de 275 á 280 leguas, suele durar ocho ó nueve dias , en la cual son muy ordinarios y pe-ligrosos los nortes , porque meten mucha tormenta y causan muchas averías por las echazones que se hacen. Gobiérnase desde el dicho cabo de San Antón por el oes-norueste como cincuenta leguas, por huir de los bajos que se llaman los Ala-cranes, que están en 22 grados leste-oeste del cabo de San Antón , á los cuales no se llega desde treinta brazas de fondo abajo; y desde este fondo sobredicho se vuelve á navegar otras cincuenta leguas al norueste, hasta ponerse en altura de 24 grados, por apartarse de los bajos que llaman de los Negrillos é isla Bermeja, que están de 23 grados hasta 23 y medio; y 74 desde allí se vuelve á gobernar al oeste otras cincuenta ó se-senta leguas , y luego al sudueste en demanda de la punta de Villarrica , que está en 20 grados menos un cuarto en la costa de la Nueva España, desde la cual punta, quince leguas casi al sur, está el puerto de San Juan de Ulua, para el cual se va, la costa en la mano, tres leguas á la mar, por no dar en los ba-jos della: y por esta derrota se entra en el dicho puerto, por la canal que llaman del norte, de cuyas entradas y salidas se da noticia en la descripción particular de la Veracruz. La otra navegación, que dicen por de dentro, por tiempo de verano desde Mayo hasta Setiembre, que llaman invierno en aquellas partes porque es cuando llueve , será , según las der-rotas, desde el dicho cabo de San Antón hasta la Veracruz, como de doscientas cincuenta y cinco leguas, poco más ó me-nos, y así se tarda en ella como ocho dias, un dia menos que por la de fuera, porque en el verano, cuando se hace, reinan siempre brisas y es la mar blanda y suave , sin haber ningíin mal tiempo; y en invierno sería peligroso, por los muchos nor-tes que son travesía para la punta en toda la costa de Yucatán, cerca de la cual se pasa, y de la costa de la Nueva España desde la sierra de San Martín hasta el puerto de San Juan de Ulua. Partiendo del dicho cabo de San Antón por el oes-sudueste, como cuarenta leguas hasta tomar sonda, que es fondo de la mar en treinta brazas , desde donde se gobierna al oeste cerca de cien leguas por veinte brazas de fondo, hasta pasar por entre la isla del Triángulo é isla de Arenas, que está en 22 grados, también se puede pasar al sur del Triángulo por entre él y la isla de la Carca, puesta en 20 grados largos; y en siendo pasadas estas islas se pierde el fondo y se gobierna al sudueste otras sesenta ó setenta y cinco leguas , hasta ver las sierras de San Martín, en la costa de la Nueva España en 18 grados de altura, y dar vista á una isla que está junto dellas, que llaman Roca Parada, desde la cual se va corriendo la costa al oes-norueste por dar resguardo á unas isletas que llaman las Cabezas, por la cual derrota, dejando al sur las islas de Sacri-ficios, se entra en el puerto de San Juan de Ulua, por la canal que llaman de las brisas, adonde se descargan y desaparejan 75 los navios, quitándoles los mástiles y jarcias, y los amarran con buenos cables por los nortes, que suelen ser muy recios en este puerto, donde están hasta el mes de Marzo, que se parten para España. DESDE LA DOMINICA A CARTAGENA Y NOMBRE DE DIOS. La navegación para el Nombre de Dios desde la Dominica y Martinino, donde se aparta la derrota para la Nueva España y Tierrafirme, será de cuatrocientas leguas de viaje, que se na-vegan como en quince ó diez y seis dias, y hasta Cartagena más de trescientas desde las dichas islas; en la cual, aunque en verano son muy continuos los vendábales y en invierno acuden siempre los nortes, las brisas son casi perpetuas y po-cas veces suelen faltar; y asi la navegación leste-oeste es siem-pre cierta , fácil y segura , y al contrario , casi imposible: los vendábales son en esta costa suaves casi siempre y poco peli-grosos; al contrario de los nortes, que son travesía en toda ella y mala. En desembocando por entre la Dominica y Martinino se va en demanda del cabo de la Vela, cincuenta leguas al oes-sud-ueste y después al oeste , cuarta |del sudueste, hasta ponerse en altura de 12 grados y llegar á reconocer la punta de Goqui-bacoa ó Bahia-fouda, que es una punta en la costa del cabo de la Vela, veinte y cinco leguas antes de ella leste-oeste, hasta donde ponen los marineros de la isla Dominica como doscien-tas treinta leguas; desde el cual, gobernando al oeste cuarta del sudueste, se va en demanda del cabo de la Aguja cos-teando la tierra hasta el rio de Palominos á vista de las sierras nevadas y remate de los Ancores y la sierra de Bonda , que está sobre el puerto de Santa Marta; y desde allí se corre la vuelta del oes-norueste, hasta perder el agua blanca, por desca-bezar el rio Grande, desde donde se vuelve á gobernar al sud-ueste en demanda de Morro-hermoso y de allí al buhio del Gato y á la punta de la Canoa, prolongando la costa hasta Cartagena. Para el Nombre de Dios se gobierna ocho ó nueve 76 leguas la vuelta del nornorueste, y desde allí la vuelta del oeste como cincuenta leguas, y después la vuelta del sudueste otras treinta, hasta reconocer por el sur la cabeza de la Cativa, que aun si fuera en tiempo de vendábales se puede ir derecho desde Cartagena hasta ella, y desde allí, por la misma derrota, al puerto del Nombre de Dios, hasta donde desde Cartagena hay como noventa leguas , que se suelen tardar de navegar tres ó cuatro dias. Llegados al Nombre de Dios se descargan y desaparejan allí los navios, y están desde Noviembre, que es cuando el puerto está menos enfermo, hasta Febrero que se parten para España. VUELTA DEL NOMBRE DE DIOS A LA HABANA. Para volver á España de Tierrafirme , es necesario subir en altura, por ser las brisas contrarias para esta navegación, por la costa de Tierrafirme , como queda dicho y así se viene desde el Nombre de Dios en demanda de la Habana, hasta donde cuentan de camino los marineros como trescientas cua-renta ó trescientas cincuenta leguas, que se navegan en diez y seis ó diez y ocho dias, y de Febrero adelante, cuando ya los Nortes empiezan á faltar; y así, en saliendo del puerto, se go-bierna al leste hasta ponerse norte-sur con la cabeza de la Ca-tiva, y desde allí al leste-sueste para dar en la isla de San Bernardo, y después al leste en demanda de Baru, hasta lle-gar á Cartagena, adonde se vuelve desde el Nombre de Dios por poder mejor tomar, desde aquí, la isla de Pinos que desde el Nombre de Dios, á causa de que, por serlos vientos brisa y correr con las aguas al occidente para la costa de Honduras y desaguadero de Nicaragua , no pueden bien salir los navios del si se ensenan en ella, por atravesarse en el camino el bajo grande del cabo de Camarón, y los bajos de Quitasueño, el Roncador y la Serranilla , por los cuales sería la navegación peligrosa; y así se vuelve á Cartagena , desde donde se go-bierna al norte hasta la punta de la Canoa, que está junto á Cartagena , y desde allí al nornorueste hasta ponerse en al- 77 tura de 13 grados, en la cual altura, hasta 16 grados y medio, están los dichos bajos de la Serrana y Serranilla y Quita-sueño debajo de la agua, á menos de media braza, por los cuales se pasa con mucho cuidado y tiento: y desde allí, por la mesma derrota, se llega á reconocer la isla de Pinos , sin lle-gar á ella, como queda dicho en la navegación de la Nueva Es-paña , y desde ella al cabo de San Antón , desde el cual se corren seis ó siete leguas al nornorueste por dar res-guardo á los bajos del dicho cabo, desde donde se vuelve al les-sudueste en demanda dé Cabana ó de las Tortugas, si no diere lugar el tiempo , y desde allí á la Habana , adonde so vuelven á juntar las derrotas y flotas que vienen del Nombre de Dios y la Veracruz para España. DESDE SAN JUAN DE ULÚA A LA HABANA PARA VOLVER ^ ESPAÑA. Desde el puerto déla Veracruz para la Habana, hasta donde navegan de vuelta como doscientas leguas en nueve ó diez dias , parten las flotas por el mes de Marzo , porque aun en-tonces duran los nortes, que sirven para venir á la Habana y para salir por la canal del puerto que llaman de la Brisa, y los vientos terrales. En saliendo del puerto se gobierna al nor-deste hasta altura de 24 ó 25 grados, con vientos brisas, que en cuatro ó cinco dias bastan para llegar á la dicha altura; desde la cual se va por la banda del leste, hasta tomar sonda en las Tortugas y á la Habana: y así, de Mayo adelante es malo salir del dicho puerto de Ulüa, que por falta de los nor-tes, si se ensenan en la costa de la Florida, no se puede salir della por los vientos susuestes, que como se va subiendo en al-tura , se van las brisas mudando en ellos, por lo cual no se ha de pasar de 26 grados arriba , y desde las Tortugas se gobierna la vuelta del sur, hasta la Habana á do se juntan ó esperan las flotas de Tierrafirme y Nueva España. .78 DESDE LA HABANA A LOS AZORES. Desde el puerto de la Habana para España, habiendo desem- _bocado la canal de Bahama , se viene por el golfo que dicen del Norte ó del Sagarzo , en demanda de las islas de los Azores por dos derrotas: una para verano, más metida en altura, de nove-cientas á mil leguas ó más, según práctica de mareantes , que se navegan en veinte y ocho ó treinta dias con buen tiempo; y otra para en tiempo de invierno que, aunque es algo más corta, se tarda más dias en hacer, por no tener tan favorable viento. Los vientos que sirven para eutrambas estas derrotas, son los vendábales, que en este golfo son más ordinarios en verano, y más suaves y con menos mar que en invierno, cuando sue-len ser más pesados, á causa de ventar muchas veces brisas y los ponientes; también en invierno son más malos, y así esta navegación suele ser peligrosa en aquel tiempo; los nortes, aunque sirven para esta navegación, suelen durar poco, por-que luego saltan en brisas, que en invierno suelen durar ocho ó quince dias y hacer mucho daño en los navios y desde la Canal hasta la Bermuda suele haber algunos huracanes. Del puerto de la Habana se sale por la mañana con terrales: en siendo fuera del puerto, como tres ó cuatro leguas á la mar, da luego la brisa , que aunque es viento contrario para el viaje, las aguas que corren al nordeste, más recias cuanto es mayor la brisa, con andar volteando y barloventeando van metiendo los navios por la canal; y así, con cualquier viento, se dejan ir por ella. Y si fuera viento próspero, en saliendo de la Habana se gobierna al nordeste hasta ver los Mártires , y desde allí al leste por la costa , teniendo cuenta con no llegar con una legua á las islas de los Mártires que están en la punta y tierra de la Florida y en volviendo la costa para el leste, se camina por aquel rumbo la costa en la mano por ser costa sana; y aunque pintan bajos no los tiene hasta 28 grados de altura, adonde se entiende ya haber desembocado la canal, y desde aquí se viene en demanda de las islas de los Azores por dos derrotas ó cami-nos : uno para en tiempo de verano y otro para invierno en ^ 79 " verano, para buscar vientos frescos de la parte del norte, se gobierna la vuelta del nordeste hasta subir en 32 grados, y desde allí al leste que por el nordeste de la aguja viene á ser leste cuarta al nordeste hasta subir en 38 ó 39 grados y no más , porque algunas veces ha sido peligroso subir en mayor altura, y no bajando ni subiendo de los 39 grados por el leste, se va á dar á las islas de los Azores. En invierno se gobierna, en desembocando la canal, por los 28 ó 29 grados la vuelta del leste hasta la isla Bermuda, que está en 33 grados, en la cual altura se sube por la sobredicha razón del nordeste de la aguja, dejando la dicha isla de la banda del norte muchas veces, sin llegar á reconocerla, aun-que por los temporales de aguaceros con mar, que suele haber de ordinario en aquel parage, se entiende que vienen á estar cerca della; desde la cual, prosiguiendo la dicha derrota, se vuelve hasta 37 grados de altura y se llega á ver la isla de Santa María , que es una de las de los Azores y para ir á la Tercera se sube á 38 grados. Y aunque esta navegación es de más derecho y corto camino que la de verano , se tarda más dias en navegarse, porque la otra en que se va por mayor al-tura son más conocidos que en éste los aguajes que van cami-nando, según queda dicho, desde la Florida para el nordeste, y así ayudan más á la navegación; y en la una y en la otra navegación se tiene por señal, para entender que se llega á las islas, el ver que la aguja de marear se va fijando al Polo. Los navios que vienen de las Indias en verano , ora vengan en flota ora solos , siempre suelen tocar en las islas de los Azores, y principalmente en la Tercera que está en 39 grados, por el buen recaudo que hay en ella de agua y leña y basti-mentos para fornecerse de lo que han menester , y para tomar lengua si la costa de España está segura de cosarios , y enten-der si el consejo y oficiales de la contratación de Sevilla han enviado, á la persona que allí tienen , orden alguna de lo que tienen de hacer para venir en España y algunas veces suelen las flotas tomar la isla de San Miguel, que está en 38 grados menos un tercio, cuando no pueden tomar el puerto de la Ter-cera por los vientos sures y suestes que suelen ser contrarios. 80 En el invierno son estas islas ventosas y tormentosas, y por no ser los puertos buenos, tiene mandado el rey de Portugal, que desde Setiembre hasta Abril no se venga á surgir á ellas, porque á las flotas de España en invierno y en verano les está mandado que no puedan surgir en ellas, ni saltar ninguno en tierra porque no se puede sacar el oro que se trae por regis-trar; y así vienen á las naos barcas de todas las islas con re-fresco de agua, bastimentos y otras cosas de que se proveen. DE LAS ISLAS DE LOS AZORES PARA ESPAÑA A SANLÚCAR. De las islas de los Azores hasta Sanlucar de Barrameda, po-nen los marineros como trescientas leguas de navegación, que se navegan desde quince hasta treinta dias muchas veces, por reinar muchas brisas de ordinario en este golfo de los Azores que son contrarias derechamente para venir á España. Partiendo de las dichas islas se gobierna la vuelta del leste como cuarenta ó cincuenta leguas, porque si ventaren los vientos nordestes puedan abitar y tomar tierra de España con ellos , lo cual no podia ser, si bajando de los 39 grados de al-tura, se viniesen camino derecho; y habiendo corrido las cua-renta ó cincuenta leguas se vuelve á gobernar la vuelta del leste cuarta del sueste, en demanda del cabo de San Vicente que está en 37 grados en la costa de Portugal, leste oeste con Sa-lamedina. En doblando el dicho cabo se gobierna hasta Sanltícar leste-oeste, á vista de la costa, guiñando para el nordeste por no des-viarse della, hasta ver las Arenas gordas, que son unos medaños altos de arena que bate la mar en ellos , y está cinco leguas al poniente de Sanlucar, donde se han ahogado muchas gentes en tiempo de tormentas por no haber donde se pueda guarecer la gente que echa la mar y así en tiempo de fortuna se tienen antes para el Estrecho , porque de verano toda esta costa de Es-paña es segura y muy fondable , que casi en toda ella se puede surgir. Llegados al puerto de Sanlucar, se suben los navios para Sevilla por el rio arriba, alijando lo que es menester, unas ve- 81 ees con viento cuando corro apropósito , aunque pocas veces suele correr el que es menester, por los tornos del rio y así el más ordinario subir, y seguro, es con la marea, llevando los na-vios con los bateles hasta Sevilla, donde en el puerto de las Muelas los oficiales déla Contratación los vuelven á visitar, para hacer averiguación si han guardado lo que por las ordenan-zas é instrucción les está mandado, y si han traido oro por re-gistrar, ó si han saltado en tierra en algún puerto de Portugal, ó sacado oro y plata de los navios; y los que vienen consigna-dos y con registro para Cádiz ó que no pueden tomar el puerto de Sevilla, que pocas veces acontece, surgen en la bahía y puerto de Cádiz, en donde así mesmo son visitados por el juez oficial del rey, que allí reside para esto. NAVEGACIÓN DESDE ESPAÑA PARA EL RIO DE LA PLATA Y ESTRECHO DE MAGALLANES. Por ser tan poco frecuentada como es esta navegación , hay poco que decir della más de que de España al Estrecho hay cerca de dos mil leguas de navegación , y hasta el Rio de la Piala cerca de mil seiscientas, que aunque se podría navegar con buenos tiempos en dos meses hasta el Rio de la Plata, y tres hasta el Estrecho , siempre han tardado mucho más los pocos que hasta agora la han navegado, porque á causa de haber de partir para esta navegación de España por Agosto ó antes, por-que se llegue á aquellas partes al principio del verano dellas que es desde Setiembre en adelante , viénese á pasar por de-bajo de la Equinoccial en tiempo que se hallan debajo della muchas calmas y muy continuas; y así se ha tardado hasta el Rio de la Plata tres meses y más, y hasta el Estrecho de Ma-gallanes cinco, y dende arriba. Y porque, demás de las calmas sobredichas, por ser la navegación tan larga y haber muchas tormentas y refriegas de vientos sures y suestes , y brisas que son travesía en toda aquella costa, desde el Brasil hasta el Es-trecho, llegan los navios siempre tan necesitados de reparo que pocas veces, de las que se ha intentado pasarle y navegar por 6 82 él á las islas del Maluco, se ha podido llegar á pasarle antes que el verano de aquellas partes se acabe, que es muy breve y muy lleno de tormentas y grandes tempestades de vientos sures, aguas y algunas veces muy grandes frios , y así siempre ha sido necesario invernar antes de pasar el Estrecho; por lo cual, y por las grandes corrientes que en él hay, y poco aparejo para repararse los navios, aunque no faltan buenos puertos dentro y fuera del , y principalmente por ser la distancia desde el Estrecho hasta los Malucos tan larga, que pasa de siete mil quinientas leguas, la navegación para ellos desde España por el Estrecho viene á ser muy dificultosa y casi imposible. Habiendo partido de Sanlucar de Barrameda para el Rio de la Plata y para el Estrecho, y habiendo tocado y tomado re-fresco en las islas de las Canarias , siempre se ha gobernado norte sur hasta atravesar la Equinoccial y ponerse en 8 ó 9 grados de altura de la otra parte della, leste oeste con el cabo de San Agustín, desde donde algunos han navegado al oeste hasta reconocer el dicho cabo, y otros han ido siempre su-biendo de altura á' reconocer la costa del Brasil, desde donde á vista de tierra han ido caminando hasta el dicho Rio de la Plata, que está en 34 ó 35 grados, y desde allí han pasado, los que han ido al Estrecho siempre á vista de tierra, y en la costa han hallado buenos puertos y rios, donde se han repa-rado de algunas fortunas y también donde se han visto en mu-cho trabajo: y otros ha habido, que desde los 8 grados de al-tura han proseguido la derrota para el Estrecho, sin llegar á reconocer la tierra del Brasil ni tierras del Rio de la Plata. NAVEGACIONES DE LA IVIAR DEL SUR DESDE LA NUEVA ESPAI^A Y TIERRAFIRME POR EL PIRÚ Y ESTRECHO. La navegación del mar del Sur, que desde Tierrañrme y Pa-namá hasta el Estrecho viene á ser de más de mil doscientas ó mil trescientas leguas, y desde Nueva España y Guatimala mil cuatrocientas y mil seiscientas, y dende arriba, se navega con gran diferencia de tiempos de unas partes á otras, por la que 83 hay en los vientos y aguajes y corrientes de mares de aquellas partes; porque desde Panamá hasta la ciudad de Los Reyes, hasta donde ponen de viaje los marineros pocas más de cua-trocientas leguas, se suele tardar de navegar dos meses, y dende arriba, cuando no son los vientos muy prósperos, y otro tanto y más las quinientas leguas que debe haber de navega-ción desde Los Reyes hasta Chile; y á la vuelta se suele hacer cada una de las dichas navegaciones en treinta dias y menos: y así, para ir desde Panamá á Chile son menester más de siete ú ocho meses, y para volver menos de dos, porque-, á causa de ser los vendábales y vientos sures tan continuos gran parte del año en aquella mar, suelen casi siempre correr las aguas del Estrecho para la Equinoccial y provincia de Tierrafirme provincias de la Nueva España y así la navegación del norte por la mar del Sur y para el sur de aquellas partes es siempre dificultosa y pesada, y casi imposible cuando vientan los sures, y al contrario muy fácil y presurosa. Para ir desde Panamá y de la Nueva España y Guatimala al Pirú y desde allí á Chile , se tiene de partir por los meses de Enero , Abril y Mayo , y por Agosto y Setiembre y parte de Octubre, que son los tiempos cuando vientan más brisas y al-gunos nortes que sirven para esta navegación y porque ha-biendo tardado desde Panamá á Los Reyes dos meses ó tres de tiempo, cuando se llega allí es acabado ya el que es menester para navegar á Chile , es forzoso esperarles , de cuya causa la navegación á la ida suele ser tan vagarosa , y á la vuelta al contrario, porque como se hace con tanta brevedad, y en todos otros meses del año en que pocas veces faltan vientos próspe-ros, puédese venir desde Chile á Panamá de un viaje^ y pasar á la Nueva España en poco más de dos meses sin detenerse en el camino. Hácese toda esta navegación costa a costa, sin apartarse de tierra sino poco^ salvo los navios que de Nueva España van al Pirú, que desde Guatimala ó Nicaragua hasta donde llegan costeando atraviesan el golfo de Panamá hasta Puerto Viejo ó el de Guayaquil, que tendrá de travesía como cuatrocientas ó quinientas leguas, y en lo demás hasta allí y de allí para Chile 84 van tocando en muchos de los puertos y desembarcaderos que hay por todas estas costas , como en las descripciones particu-lares dellas se dirá; y haciendo escala en los que han menester proveerse de agua y bastimentos, que en todos se puede hacer con seguridad, por ser esta navegación la más limpia y segura de cuantas hoy se sabe en lo que hay descubierto de la tierra. NAVEGACIÓN DEL PONIENTE DESDE LA NUEVA ESPAÑA PARA LAS ISLAS DEL MALUCO Y FILIPINAS. La navegación de la mar y golfo del occidente para la Espe-ciería é isla del Maluco por la parte del occidente y demarca-ción de los reyes de Castilla, según las derrotas de los que hasta agora las han podido navegar, pasa de cuatro mil leguas largas de viaje, que aunque éstas se podrían andar con buenos tiempos , según el curso ordinario de los navios , en cinco me-ses ó poco más, por ser la navegación tan larga y prolija y haber de pasar el Estrecho con tantas dificultades como hay en ello, háse de invernar en el viaje; y así no se puede hacer esta navegación en menos de un año largo ó año y medio. Comenzóse primero desde España por el estrecho de Magalla-nes, y aunque de dos armadas que se hicieron para este viaje, parte dellas pasaro