Análisis Estructural de los Determinantes de la Estabilidad en Plastocianinas

La vida se encuentra en casi cualquier lugar de la Tierra, tanto en las grietas hidrotermales de los suelos marinos o en las aguas en ebullición de los géiseres, como en los picos de la cordillera del Himalaya o en las frías extensiones de la Antártida. Los seres vivos se pueden clasificar en funció...

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Bibliographic Details
Main Author: Muñoz López, Francisco Jesús
Other Authors: Díaz Quintana, Antonio Jesús, Rosa Acosta, Miguel Ángel de la, Universidad de Sevilla. Departamento de Bioquímica Vegetal y Biología Molecular
Format: Doctoral or Postdoctoral Thesis
Language:Spanish
Published: 2014
Subjects:
Online Access:https://idus.us.es/xmlui/handle/11441/15619
Description
Summary:La vida se encuentra en casi cualquier lugar de la Tierra, tanto en las grietas hidrotermales de los suelos marinos o en las aguas en ebullición de los géiseres, como en los picos de la cordillera del Himalaya o en las frías extensiones de la Antártida. Los seres vivos se pueden clasificar en función del ambiente en el que habitan y de su adaptación al mismo. Así encontramos organismos psicrófilos o termófilos, adaptados a bajas o altas temperaturas respectivamente; halófilos, en ambientes con una alta concentración salina; acidófilos o alcalífilos propios de ambientes de bajos o altos pH respectivamente; los barófilos en condiciones de alta presión, etcétera. En general, estos organismos se denominan extremófilos y han llamado la atención de numerosos científicos desde los primeros estudios llevados a cabo por Perutz y colaboradores en los años 70 (Perutz y Raidt, 1975; Perutz, 1978). Según la temperatura óptima de crecimiento (TOC), los organismos se clasifican en cuatro grupos: psicrófilos, con una TOC en el rango de -5 a 15 ºC, mesófilos con una TOC entre 15 y 45 ºC, termófilos con una TOC entre 45 y 80 ºC, y los hipertermófilos (o termófilos extremos) con una TOC superior a 80 ºC (Vieille y Zeikis, 2001; Li et al., 2005). Las proteínas originarias de organismos mesófilos se denominan proteínas mesofílicas, y termofílicas las de los organismos termófilos o hipertermófilos (Pantazaki et al., 2008). Desde el punto de vista de la biología celular, los componentes de la membrana y pequeñas moléculas protectoras juegan un papel importante en el caso de las adaptaciones a salinidad, pH o presión extremas, (Jaenicke, 1991; Yancey et al., 1982; van de Vossenberg et al., 1998). En las adaptaciones a temperaturas extremas, los componentes celulares como por ejemplo, las proteínas, deben ser termoestables (Jaenicke y Zavodszky, 1990).