Summary: | Fil: Momo, Fernando Roberto. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales; Argentina. Los sistemas antárticos tienen un especial encanto para el biólogo. La pregunta que surge inmediatamente para quien ve este ambiente por primera vez es. ¿existen organismos que vivan en estas condiciones?. Como dice Amaud (1977) no sólo existen sino que son muy numerosos y variados. Investigar su dinámica y los mecanismos que les permiten sobrevivir y prosperar es un interesante objetivo científico. En la Antártida, los sistemas marinos y, en particular, el bentos costero, están sometidos a grandes perturbaciones y estrés y a severas limitaciones energéticas. Dunbar (1968) sugiere que la evolución de los sistemas marinos polares está influenciada por dos procesos selectivos antagónicos: uno que favorece la estabilización de la comunidad y otro que selecciona fenotipos adaptados a las oscilaciones estacionales; el primero da como resultado la proliferación de especies con baja fecundidad específica, ya sea con pequeño tamaño corporal y pocos huevos pequeños y de rápido crecimiento, o con tamaño corporal grande con unos pocos huevos también grandes y de crecimiento lento; el segundo tiene como consecuencia la proliferación de organismos semélparos de ciclo anual, bajas velocidades de crecimiento individual, poblaciones grandes con alta fecundidad específica y un pequeño número de especies. Estas ideas son discutibles y no coinciden totalmente con las de otros autores (por ejemplo Amaud, op. cit.); además, los dos procesos no son necesariamente excluyentes o antagónicos (White 1977).
|