Chikungunya: un reto para los servicios de salud de la República Dominicana

Desde diciembre de 2013, la Región de las Américas se enfrenta por primera vez a una epidemia de chikungunya. Los casos iniciales se registraron en el Caribe francés y, debido al comercio y la movilización de personas, esta epidemia no tardó en llegar a la República Dominicana, cuya población es de...

Full description

Bibliographic Details
Main Authors: José Moya, Raquel Pimentel, José Puello
Format: Article in Journal/Newspaper
Language:English
Spanish
Portuguese
Published: Pan American Health Organization 2014
Subjects:
R
Online Access:https://doaj.org/article/e089932804144d288bd747bb630c54f3
Description
Summary:Desde diciembre de 2013, la Región de las Américas se enfrenta por primera vez a una epidemia de chikungunya. Los casos iniciales se registraron en el Caribe francés y, debido al comercio y la movilización de personas, esta epidemia no tardó en llegar a la República Dominicana, cuya población es de 10 millones de habitantes y comparte con Haití la isla La Española. En este artículo se difunde información extraída de diversos artículos y documentos oficiales sobre el virus, la infección y la epidemia de chikungunya, que han sido de gran ayuda para orientar la respuesta en la República Dominicana y pueden ser útiles para mejorar tanto el conocimiento como las actuaciones frente a la epidemia de los trabajadores del sector salud de la Región. Se destaca la importancia que revisten las investigaciones realizadas en países y territorios afectados del océano Índico, como la isla de Reunión, durante la epidemia declarada entre 2005 y 2007, cuando se registró una tasa de ataque mayor de 30%, se identificaron los grupos de riesgo, las formas graves y atípicas de la infección, la transmisión vertical del virus, las formas crónicas, que pueden provocar dolores recurrentes durante tres años, y las defunciones directa o indirectamente relacionadas con el virus chikungunya. Por su alta tasa de ataque, el virus chikungunya se convierte en un reto sin precedentes para los ministerios de salud, que exige una adecuada organización de los servicios de salud, la priorización de la atención a los grupos de riesgo y a los pacientes con formas graves de la enfermedad, así como una adecuada comunicación social y respuesta intersectorial.