De cómo España abrió su ruta a la investigación antártica

La Antártida así como los océanos que la rodean tienen un interés especial para la investigación científica ya que son depositarios de una gran información sobre el pasado del Planeta y la evolución de sus especies. El aislamiento de este continente es la causa de su desconocimiento y solamente en l...

Full description

Bibliographic Details
Published in:Arbor
Main Author: Josefina Castellví Piulachs
Format: Article in Journal/Newspaper
Language:English
Spanish
Portuguese
Published: Consejo Superior de Investigaciones Científicas 2007
Subjects:
A
Online Access:https://doi.org/10.3989/arbor.2007.i727.139
https://doaj.org/article/d93b0d1fcebd42c2a8a92eed7461138b
Description
Summary:La Antártida así como los océanos que la rodean tienen un interés especial para la investigación científica ya que son depositarios de una gran información sobre el pasado del Planeta y la evolución de sus especies. El aislamiento de este continente es la causa de su desconocimiento y solamente en la segunda mitad del siglo XX se puede hablar de expediciones científicas. En los años ochenta en la comunidad científica española se produjo una especial atención por el conocimiento de la Antártida y ayudados por el interés político de que España pudiera ser Miembro Consultivo del Tratado Antártico, se instaló la Base Antártica Española Juan Carlos I en Isla Livingston y se construyó el buque oceanográfico “Hespérides”. Desde 1987 anualmente se organizan expediciones con una media de 140 científicos que hacen sus investigaciones desde el propio buque “Hespérides” y desde los dos asentamientos españoles existentes: Juan Carlos I y Gabriel de Castilla.