Chile: nuevos desafíos sanitarios e institucionales en un país en transición

En Chile, desde 1950, las políticas públicas sanitarias se transformaron en un tema prioritario. Se lograron importantes avances en aspectos sanitarios básicos –como cobertura de agua potable- y priorización de la atención primaria de salud, lo que permitió controlar enfermedades transmisibles, redu...

Full description

Bibliographic Details
Published in:Revista Panamericana de Salud Pública
Main Author: Constanza Forascepi Crespo
Format: Article in Journal/Newspaper
Language:English
Spanish
Portuguese
Published: Pan American Health Organization 2018
Subjects:
R
Online Access:https://doi.org/10.26633/RPSP.2018.137
https://doaj.org/article/84293559221c4683952ae48394ed0506
Description
Summary:En Chile, desde 1950, las políticas públicas sanitarias se transformaron en un tema prioritario. Se lograron importantes avances en aspectos sanitarios básicos –como cobertura de agua potable- y priorización de la atención primaria de salud, lo que permitió controlar enfermedades transmisibles, reducir la mortalidad materno-infantil y eliminar la desnutrición. Chile, con un modelo mixto de salud, logró el cometido de la Declaración Alma-Ata de “alcanzar un mejor nivel de salud de los pueblos” y obtuvo los mejores índices sanitarios y socioeconómicos de América Latina. Sin embargo, proveer un mejor nivel de salud a la población es una meta que nunca llega a su fin y pareciera ser que Chile quedó estancado. En este contexto, el desafío es plantearse las nuevas metas sanitarias que tiene el país, ya no como un país de ingresos bajos, sino como un país de ingresos medios-altos, cuyas problemáticas de salud son otras. En concreto, Chile debe avanzar en perfeccionar la atención y cuidado de la salud de las personas, con políticas sanitarias enfocadas en enfermedades no transmisibles -como afecciones cardiovasculares y el cáncer- y enfocadas en la prevención y promoción de la salud. Para ello, el Ministerio de Salud debe modernizar su gestión y retomar su rol de gestor de metas sanitarias, que ha sido absorbido por tareas administrativas. Todo ello sin perder la complementariedad alcanzada entre los sectores público y privado, de modo de aminorar las limitaciones que tiene hoy el sistema público.